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JAZZ-ROCK. A HISTORY
Autor: Stuart Nicholson
Editorial: Schirmer Books (1998)
ISBN: 0-02-864679-7
Idioma: inglés
Páginas: 456

Stuart Nicholson es autor de varios libros de jazz, el más reciente Is Jazz Dead (or has it moved to a new address)? se publicó el año pasado. También cuenta en su haber con biografías de Ella Fitzgerald, Duke Ellington y Billie Holliday, más el libro Jazz: The 1980s Resurgence. El autor vive en Inglaterra y publica regularmente en Jazzwise, The Observer y colabora con la BBC Music Magazine entre otros. Jazz-Rock. A History fue publicado en 1998 y cuenta con una reedición en rústica de 2001.

Para Stuart Nicholson, "el jazz es una música inclusiva que no sólo permite, sino que demanda individualidad y conceptos nuevos. Definir el jazz en términos de su pasado es peligroso para el futuro de la música /…/ el cambio no es sólo inevitable, es necesario. El jazz-rock renovó el ciclo de cambio en el jazz a finales de los sesenta, y ha continuado evolucionando durante los ochenta y noventa de una forma en que otras áreas del jazz no lo han hecho, salvo un par de notables excepciones en el free jazz". Con este párrafo se puede entender por dónde va el autor. Nicholson plantea cómo el jazz-rock, cuando emergió al final de los 60s, fue el último movimiento radical coherente del jazz, y el único movimiento del jazz en el que los músicos europeos desempeñaron un papel incipientemente importante. En su momento, el jazz-rock fue un paso lógico para el jazz, y para entender esto, propone que hay que entender algo de los factores sociales y económicos que imperaban a finales de los años sesenta.

En el libro se muestran ejemplos de cómo las principales compañías discográficas fueron detrás del jazz-rock, cómo el marketing lo impulsó favoreciendo su rápida aceptación en el mainstream del jazz y cómo a mitad de los setenta todo se vino abajo por la explotación cínica que existe alrededor del negocio de la música. Nicholson escribe que tomar una música marginal, comercializarla e integrarla en el grupo mayoritario para su aceptación popular amplia, es un ciclo continuo propio del mercado pop y rock y una vez que el jazz-rock se introdujo en este ciclo mercadotécnico fue inevitable su desintegración, atraído por el canto de sirena del comercio. Su planteamiento es que el rock de los sesenta inspiró una búsqueda de ritmos nuevos y timbres electrónicos que se mezclaron con diferentes combinaciones del jazz existente y eso se ha convertido en el legado de jazz-rock para los tiempos futuros.

El libro proporciona mucha información sobre el jazz-rock y los músicos que lo hicieron posible y abre un interesante campo de debate en torno al "canon del jazz" y la postura que niega que la "tradición del jazz" sea una tradición de cambio. El texto no está escrito como cronología, sino que cada capítulo toma grupos de músicos importantes y sus contextos y hace una detallada historia discográfica de sus trabajos. Uno de los aspectos más interesantes de este libro es la manera en que el autor muestra las relaciones e influencias de unos artistas respecto de otros y la movilidad de sus ideas.

El libro abarca desde la fusión temprana de mediados de los años sesenta en Inglaterra hasta mediados de los noventa, cubre un espacio amplio de músicos, aunque se hecha de menos la presencia de los Earthworks de Bill Bruford o Brand X y un mayor espacio de reflexión entorno al jazz-rock inglés, especialmente Nucleus, el grupo de Ian Carr, y toda la caterva de grupos Canterbury y su influencia en todo el jazz-rock coetáneo europeo y sus ramificaciones posteriores.

A los 15 capítulos del libro hay que añadir una introducción de Bill Laswell y la enorme discografía de casi cien páginas realizada por Jon Newey.

© Julían Ruesga Bono, 2007