>> VOLVER A TOMAJAZZ

 
 

 

    AGUSTÍ FERNÁNDEZ QUARTET - LONELY WOMAN
  • Fecha: Viernes 27 Junio 2003
  • Lugar: Convento de San Agustín. Festival de verano de Barcelona. Grec 2003.
  • Asistencia: 200 personas aprox. según percepción visual
  • Duración: 1h 15 minutos (Aprox. incluyendo un bis)
  • Músicos:
    Agustí Fernandez: Piano
    Xavier Liba Villavecchia: Saxos tenor y soprano
    David Mengual: Contrabajo
    Jo Krause: Batería
  • Temas interpretados (todos compuestos por Ornette Coleman):
    - Broken Shadows.
    - Mob Job
    - Kathelyn Grey
    - Lonely Woman
    - Latin Genetics
    - Unknown Artist
    - Happy House
    - What Reason (should I give you)
    - City Living
    - Law Years
  • Comentario: Era una calurosa noche de verano, pero el marco era perfecto para esa velada ya que, al aire libre, la suave brisa se agradecía mucho. ¿Lugar? El antiguo convento de San Agustín, desde hace unos años arreglado y gestionado por el ayuntamiento de Barcelona para fines culturales varios. El escenario y gradas estaban situados en un patio interior con unas dimensiones aproximadas a las de una cancha de baloncesto.

    La banda inició el concierto con "Broken Shadows". En un in-crescendo, cada músico iba calentando motores encontrando su espacio en la interpretación conjunta. El tema se aceleraba y ganaba en densidad, y variedad de acordes, manteniendo de fondo la melodía original. Fue una buena carta de presentación: comedida pero suelta.

    En "Mob Job" el batería-precusionista hizo alarde de su dominio con toques poli rítmicos y combinando toques de swing con otros más contundentes. De forma homónima, Agustí tanto "peinaba" el teclado con suaves acordes, como "aporreaba" acertadamente el piano dándole al tema carácter y fuerza. David Mengual, con formas "de escuela", hizo bien su trabajo. Liba modificaba sobre la marcha su manera de tocar con lo que evitaba estancamientos interpretativos, aún así, quizás le faltó ángel en comparación con el resto de la banda, aunque que tocando temas de Ornette significaba toda una responsabilidad.

    Tras un dúo piano y saxo soprano en el que tocaron, de forma dulce y melódica, "Kathelyn Grey" en concierto dio paso a la pieza que daba título al concierto: "Lonely Woman". Piedra de toque representativa de la obra de Ornette. Se trata de un auténtico estándar de jazz que comparte título al compuesto por Horace Silver. Iniciado al contrabajo, le siguió Agustí, que imprimió perfectamente el componente emocional intrínseco en la melodía, ensalzándolo en una magnitud muy destacable. Se fueron sucediendo pasajes atmosféricos que iban llenando el recinto de magia en forma de música. El tema acabó en un progresivo fundido como si se fuera difuminando en su propia esencia.

    "Latin Genetics" es una fanfarria con ciertos aires Aylerianos. Festivalero, vivaracho, en contraposición emocional con la pieza anterior. Destacó un solo de contrabajo acompañado con unos originales toques de manos en los timbales, a lo Joey Baron, e incluso en los muslos y palmas.

    En "Happy House", los músicos se adentraron en terrenos más cercanos al free jazz genuino. Más sueltos, con un tempo más rápido y más contundencia. Destacó un solo de batería variado e imaginativo.

    Con "What Reason (should I give)" en forma de balada por parte del piano y el contrabajo, la paz volvió al redil.

    "City Living", es un tema con una estructura circular, típica de Ornette. Estuvo en la línea de "Happy House", con un tempo rápido, dando la oportunidad a los músicos de explayarse con sus instrumentos. Agustí utilizaba formas percusivas con las teclas del piano. Era un descontrol controlado, a veces incluso adrenalínico, con eventuales sincopados.

    Como bis, tocaron "Law Years" en el que se sucedieron fraseos entre varios instrumentos.

    El concierto me dejó, en general, "buen sabor de boca" aunque me quedé con ganas de escuchar más piezas. Destacar especialmente a Agustí, que puede considerarse en primera línea de la escena actual del jazz más vanguardista. También me sorprendió el batería porque supo estar a la altura y jugar sus cartas en cada momento.

    Bernat Comerma