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CICLO JAZZ A SOLO 2004

  • Fecha: 22/25 de Abril de 2004
  • Lugar: C.M.U. Luis Vives, Madrid.
  • Hora: 21:30
  • PRESENTACIÓN (entrevista con Ángel Castañón)
  • MIGUEL ÁNGEL CHASTANG / TAO GUTIÉRREZ
  • ANTONIO MOLINA / MARCOS MONGE
  • CHEFA ALONSO / ANTONIO BRAVO

  • PRESENTACIÓN (entrevista con Ángel Castañón por José Francisco Tapiz)

    ¿Cómo se os ocurrió plantear un festival con un formato tan particular?

    Aunque en un principio barajamos la idea de hacer un festival algo mas convencional, tras darle vueltas pensamos en buscar un formato de festival menos habitual que rompiera con las lineas generales de los festivales al uso. Por otro lado tenemos un interes general por cierta linea experimental, asíque finalmente decidimos organizar un festival de solos, algo que hasta la fecha, no se había llevado a cabo. Por supuesto eramos conscientes de lo inusual del planteamiento, de las trabas que supondría y de la receptividad del publico (que ya se verá), pero nos parece un festival original, interesante y un riesgo que nos apetece asumir.

    ¿Cuál fue la respuesta de los músicos? -¿Os ha costado mucho convencer hasta reunir a esas ocho figuras?

    Bueno, propusimos “el reto” a diferentes músicos que habitualmente circulan por los clubes de jazz de Madrid y sí que en algunos de los casos la propuesta les cogió absolutamente fuera de juego (45 minutos solo... es broma, fue la respuesta); en cuanto a los músicos que participan en el festival a todos ellos la idea les ha encantado, la han acogido con muchas ganas, comentándonos, algunos de los músicos, la falta de propuestas arriesgadas y la necesidad de iniciativas similares que le den un poco de “vidilla” a los festivales de Jazz, que generalmente vienen a ser lo mismo de lo mismo.

    Nos ponemos a imaginar... ¿a quién te gustaría traer si tuvieras los medios en algún futuro? Tanto figuras españolas como extranjeras...

    Prefiero no aventurarme la lista seria interminable, pero... Ornette Coleman, Evan Parker, Dave Douglas, Peter Brotzman, Evan Parker, Cecil Taylor, Dave Holland, Joe Lovano, Jorge Pardo, Perico Sambeat, Baldo Martinez... y un muy largo etc.

    José Francisco Tapiz


    MIGUEL ÁNGEL CHASTANG / TAO GUTIÉRREZ

    Asistencia: un tercio del aforo.
    Componentes:
    Miguel Ángel Chastang (contrabajo)
    Tao Gutiérrez (electrónica y percusión)



    Comentario: Comienzo desigual para el ciclo Jazz a Solo, un programa que irrumpe en el panorama nacional como un soplo de aire fresco, con un planteamiento sorprendente y estimulante a partes iguales: enfrentar al instrumentista consigo mismo en la soledad de un escenario en un reto de la máxima exigencia para los músicos. El promotor de la “excentricidad” (visto el panorama, esta afirmación podría estar en boca de muchos...): Ángel Castañón, responsable de la emisión radiofónica “A ritmo de Jazz” (http://www.uam.es/ra/programas/aritmodejazz.htm), con el respaldo de la emisora universitaria Radio Autónoma (http://www.uam.es/ra); el escenario: el salón de actos del Colegio Mayor Luis Vives, un recinto acogedor y bien acondicionado que reúne las condiciones idóneas para disfrutar a placer de la propuesta.

    Con un ligero retraso y sin ceremonias de ningún tipo, abría el ciclo el veterano contrabajista madrileño Miguel Ángel Chastang. Si bien algo frío y descentrado en su comienzo, casi con la sensación de estar asistiendo a un ensayo con público, pronto encontró acomodo en el vacío del escenario, transformando la tensión inicial del reto en disfrute de la libertad que le otorgaba esta modalidad. Una vez asimilado este cambio de perspectiva por el protagonista, las ideas fluyeron sin cortapisas, evolucionando de un planteamiento a otro mostrando todas y cada una de sus facetas, desde la rítmica ortodoxa, doblando el tempo o frenándolo a voluntad, deteniéndose en el blues y sonidos más negros para pasar después a la melodía y el fraseo intimista con elegancia y lirismo tanto en pizzicato como con arco en los que fueron los mejores momentos de la noche, hasta pisar de puntillas terrenos menos explorados, superando airoso la dura prueba con el beneplácito del lamentablemente escaso público asistente.

    Antes de abandonar Chastang el escenario, pudo compartirlo unos momentos con el percusionista Tao Gutiérrez, dedicando estos instantes a un tímido intento de colaboración a dueto sobre una secuencia programada, de la que sacó amplio partido el contrabajista - guiño al “so what” de Miles incluido - respirando por fin tras ver acabados sus momentos de soledad.

    Una vez solo en escena Tao Gutiérrez, el rumbo de la noche cambió radicalmente. Y es que, a tenor de lo oído, lo que desplegó el percusionista granadino en escena no se acercaba ni por asomo a las premisas que dan nombre al ciclo, a saber: el jazz salió tras los pasos de Chastang, dejando tras de sí un proyecto basado en su mayoría en loops repetitivos de escasa o nula variedad rítmica que dejaban poco espacio a la ya limitada capacidad improvisadora del solista, quien compartió su “soledad” con una omnipresente base secuenciada de corte bailable salpicada de sampleados; nada que ver con el refinamiento en lo electrónico que exhibiera Eivind Aarset hace pocos días junto a Dhafer Youssef en el San Juan. Ni siquiera los breves momentos de brillantez en las pinceladas étnicas aportadas por el didjeridoo, el berimbau y un último solo de darbuka pudieron aplacar por mucho tiempo el convencional monotema digital, que convirtió un set de percusión que en otras manos hubiera permitido adentrarse en terreno inexplorado en un mero museo de instrumentos.

    En suma, una de cal y una de arena que dejó patentes las diferencias entre el músico de estudio orientado a la producción de éxitos y el jazzman curtido en mil jam sessions de madrugada, y consagró el nacimiento de un ciclo esperanzador que merece asentarse dentro del circuito nacional y del que aún quedan tres citas que a buen seguro se adentrarán en los terrenos de la experimentación para clausurarse con una cita más que recomendable (por lo imprevisible) para el domingo: Antonio Bravo y Chefa Alonso.

    Sergio Cabanillas


     

    ANTONIO MOLINA / MARCOS MONGE

    Asistencia: un tercio del aforo.
    Componentes:
    Antonio Molina (guitarra)
    Marcos Monge (saxo tenor)



    Comentario: Pasados los nervios y el ajetreo de la apertura, la segunda jornada del primer ciclo Jazz a Solo nos deparaba una deliciosa doble velada en alas del blues y el free jazz. En esta ocasión sí hubo unos minutos para las presentaciones, a cargo del director de Radio Autónoma Miguel Ángel Ramos, quien hizo gala de su elocuencia en la breve exposición de las premisas del ciclo, así como los pertinentes agradecimientos al organizador y al público asistente.

    Tras la presentación salió a escena el veterano bluesman Antonio Molina, acompañado por una preciosa guitarra de Jazz adaptada a su condición de zurdo al estilo de Jimi Hendrix, cuyo espíritu visitó el salón de actos del Luis Vives a lo largo de su exposición. Pasados los necesarios minutos para rebullirse una vez más del peso de la soledad, se centró en un repertorio basado en su mayoría en el blues, pero también con buena parte de influencias de la música popular americana. Para ello hizo uso acertado y eficiente de la técnica grabando en directo las progresiones de cada pieza para después dedicarse a improvisar sobre ellas haciendo gala de sensibilidad y buen gusto, pasando por diversos estilos, bordeando el soul con la elegancia de Robert Cray o atacando riffs más contundentes próximos al estilo del más eléctrico Chicago, llagando al cenit en una sencilla recreación del “Little Wing” de Hendrix que hizo las delicias de los asistentes, incluyendo al que suscribe.

    Con el ambiente relajado tras la sesión de blues y un breve descanso, salió a escena Marcos Monge, saxo tenor natural de Nicaragua y miembro del quinteto Akafree, así como de formaciones como Dead Capo o Insecto. Pese a sus inquietudes nada afines a convencionalismos, no enfocó su repertorio de forma rupturista para con su predecesor en escena, sino que inició su exposición tomando como punto de partida el “Well you needn’t” de Monk, melodía en la que fue situando a su antojo pausas y silencios, retorciéndola progresivamente hasta desmembrarla por completo, técnica que también aplicó al desarrollo de otras piezas del repertorio. Monge ejerció con soltura y claridad de ideas apabullante la libertad absoluta que le concedía la soledad del escenario en una actuación extraordinariamente amigable pese a ubicarse claramente en el terreno del free Jazz lindero con la libre improvisación, con dominio técnico y entrega absolutas desde el más ortodoxo y elegante fraseo bop, pasando por melodías exquisitas dignas de Ben Webster hasta explorar en terrenos más abstractos texturas sonoras de todo tipo, armónicos, percusión de llaves y ligados hasta registros altísimos, exprimiendo hasta las últimas consecuencias las posibilidades tímbricas del tenor. Una exhibición impresionante en todos los aspectos que exigió lo máximo del intérprete, sonriente y agotado por el esfuerzo físico, que finalizó su actuación entre los aplausos del público.

    El balance: extraordinario, sin duda la mejor sesión del ciclo hasta la fecha; llegado a la mitad del mismo, no cabe la menor duda de que aún nos aguardan sorpresas en las dos jornadas restantes de un programa que, de ser fiel a su filosofía inicial, se está ganando a pulso un puesto de honor en el circuito nacional.

    Sergio Cabanillas


     

    CHEFA ALONSO / ANTONIO BRAVO

    Asistencia: un tercio del aforo.
    Componentes:
    Chefa Alonso (saxo soprano y percusión)
    Antonio Bravo (guitarra)








    Comentario: Todo lo bueno se acaba, y si es con finales como éste, uno queda con hambre hasta la próxima edición. Broche de lujo a esta primera edición del ciclo Jazz a Solo, protagonizado por un mano a mano entre dos de las máximas figuras de la improvisación en España: Chefa Alonso y Antonio Bravo, con resultados sorprendentes.

    Abrió la velada la saxofonista coruñesa Chefa Alonso, alma mater del quinteto Akafree y cofundadora del colectivo Musicalibre (http://www.musicalibre.org), organizadores del Festival Internacional de Improvisación Hurta Cordel de Madrid, toda una autoridad en la materia. Se hizo acompañar en escena por un set de percusión y su habitual saxo soprano, instrumentos que alternó a lo largo de un desarrollo conceptual basado en los colores. Alonso exploró las evocaciones sonoras de esta idea de forma casi didáctica: antes de cada pieza anotaba en una pizarra el color que evocaría a continuación, encabezando la lista con una cita del Poeta Victor M. Díez, compañero de fatigas de la protagonista en el proyecto a cuarteto “Sin Red”, el cual se autodefine como “propuestas multidisciplinares que combinan poesía, danza, artes plásticas, música improvisada”. La cita del autor leonés es perfecto preámbulo a lo que se avecina: “y los colores también son columpios”.

    Intercalando piezas a percusión y saxo, Chefa pintó su lienzo sonoro utilizando con maestría y fluidez los recursos tímbricos en las piezas de percusión, escogiendo con mimo las baquetas adecuadas a las texturas a asociar con cada color: las empleó terminadas en varillas de madera para “Ocre circular” haciendo uso variado y colorista (valga la redundancia) de los instrumentos (campanas, cajas de diversos tipos, una lámina de metal y un muñeco infantil, accionado con el pie sobre el suelo) de forma cíclica; evocó el “Tierra” con mazas acolchadas, obteniendo registros más graves; hizo sentir el “Hueso” bajo las uñas por medio de fricción con las escobillas, para finalmente hacer aletear “El rojo de un enjambre de amapolas” con baquetas de madera. En los temas a soprano, se valió oportunamente de los cromatismos para salpicar de “Añil errático”, y de fraseo endiablado, armónicos y variaciones riquísimas en “Cinco colores libres para Isa” y el oleaje del “Verde mar”, en una exposición muy libre sin ser extrema ni árida a la audiencia, sino francamente estimulante.

    Tras el preceptivo descanso, salió a la palestra el también coruñés Antonio Bravo quien, además de otras aventuras improvisatorias, es miembro desde su formación del quinteto de Baldo Martínez, coincidiendo en ésta con Chefa Alonso en su debú discográfico “No pais dos ananos”, además de compartir actividades en el colectivo Musicalibre y el Festival Hurta Cordel. Tras un bellísimo y jazzístico comienzo pleno de buen gusto, elegancia y virtuosismo el gallego deplegó toda una enciclopedia de la guitarra contemporánea en la que sus dedos citaron, desde su propia visión, a un Abercrombie sumergido en amplios y grandiosos espacios hasta las inquietantes e hipnóticas melodías de Robert Fripp, pasando por los armónicos conseguidos percutiendo las cuerdas propios de Michael Hedges, aunque en este caso inmersos en dominios más oscuros, evolucionando en su desarrollo hacia territorios más atonales, fundiendo progresivamente el sonido de la guitarra con relámpagos de sonidos generados via midi que fueron ganando protagonismo hasta desembocar en una apoteosis disonante a la que se sumó Chefa Alonso como epílogo a una noche inmensa.

    No podemos dejar de felicitar a Angel Castañón y Radio Autónoma por asumir el riesgo de una propuesta rompedora que ha pagado con escasez de público su carácter de novedosa dentro del panorama musical madrileño, una iniciativa pionera que se ha nutrido íntegramente de intérpretes que, o bien son españoles o bien desarrollan sus creaciones en nuestro país, demostrando de nuevo el altísimo nivel de muchas de las propuestas nacionales. No nos cabe duda de que esa escasez de público se cura a base de difusión y años, en los que esperamos que el ciclo sea fiel a su planteamiento inicial y, a través de algún patrocinio responsable, pueda crecer y poder incluír en su nombre el apelativo “Internacional”, conservando un espacio amplio (el 50% que reclama la Plataforma de Apoyo a Nuestro Jazz sería lo justo) para esos proyectos de aquí que han hecho de su primera edición una experiencia inolvidable. Nos vemos en el 2º Festival Jazz a Solo.

    Sergio Cabanillas