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    13º CICLO JAZZ ES PRIMAVERA EN EL COLEGIO MAYOR SAN JUAN EVANGELISTA

DAVE DOUGLAS & NOMAD

  • Fecha: 14 de marzo de 2005
  • Lugar: Club de Música y Jazz San Juan Evangelista
  • Hora: 21:00
  • Entrada: Casi lleno
  • Componentes:
    Dave Douglas (trompeta)
    Michael Moore (saxo, clarinete y clarinete bajo)
    Marcus Rojas (tuba)
    Rubin Kodheli (violonchelo)
    Tyshawn Sorey (batería)

  • Comentario:

    Por Carlos Lara Por Diego Sánchez Cascado


    Si hay un músico en la actualidad capaz de sorprender en cada uno de los proyectos que acomete, ese es el trompetista y compositor Dave Douglas. Su presentación en Madrid sirvió de excusa para dar a conocer y hacer un repaso a “Mountain Passages”, el último trabajo de este incansable artista, para el que se ha inspirado, según sus propias palabras, en los mitos y en el espíritu de la cultura rural de las montañas. Una especie de folk jazz, con fuertes resonancias vanguardistas que apuesta como siempre por los sonidos nuevos y sobre todo bellos. Con una formación de trompeta, clarinete, chelo, tuba y percusión, el concierto supuso un viaje imaginario, con diferentes vertientes e incursiones, interpretadas con la originalidad a que nos tiene acostumbrados siempre Dave Douglas, que una vez más, ha sabido rodearse de extraordinarios músicos para ofrecer un concierto que resultó magnífico.

    Haciendo gala del título de su nuevo disco, Douglas y su nuevo proyecto, Nomad, nos propuso, ciertamente, diferentes paisajes musicales en los que tuvieron cabida múltiples apuntes o referencias, que poco a poco fueron formando un conjunto total, denso, lleno de intensidad y en momentos, muy emotivo. Si hay que destacar alguna de las muchas cualidades de Douglas, una sería sin duda la densidad de sus composiciones, su capacidad para unir estilos tan dispares, pero a la vez auténticos, que irían en una línea contínua desde Stravinski a John Coltrane, pasando con Miles Davis. Douglas se ha convertido en una especie de Miles Davis moderno, donde cada propuesta es diferente a la anterior, un músico camaleónico capaz de huir de los encorsetamientos. Su capacidad para retomar y transformar el jazz, desde los ritmos más tradicionales hasta los más vanguardistas, es ciertamente asombrosa. Las notas que salen de su trompera suenan como retazos, punzadas, que al momento se transforman en sonidos nunca antes escuchados, que rayan en la música clásica, en la música contemporánea y el vanguardismo, sin perder nunca la referencia jazzística.

    Buena parte del éxito del concierto del San Juan Evangelista hay que apuntarlo también a la gran selección de los músicos que acompañaron a Douglas. A destacar por encima de todos, la sensibilidad y fina claridad mostrada por Michael Moore en los vientos, especialmente con el clarinete. Moore es un músico que emociona con cada una de las notas que interpreta. Sus intervenciones se convierten en auténticos poemas musicales. La aportación del otro músico con instrumento de viento, Marcus Rojas, a la tuba, cumplió en algunos momentos la función intencionada de un contrabajo, ausente, pero que de modo imaginario sin duda estaba presente en el concierto. La contribución lírica de la noche corrió a cargo del violonchelista Rubin Kodheli, que incorporó su toque clásico, precisando y complementando en los momentos más oportunos al resto de la banda; mientras que la batería de Tyshawn Sorey, marcaba los tiempos con un calculada suavidad y sensibilidad, tanto con el manejo de las escobillas como las baquetas finas, con las cajas y los platillos. De todas formas, también tuvo su oportunidad para marcarse un solo, con el que, casi al final del concierto pareció resarcirse de tanta finura mostrada a lo largo de la noche.

    Resumiendo, hay que insistir en la afortunada nueva propuesta de Dave Douglas que no dejó fríos a sus incondicionales. A fin de cuentas, referirse a Douglas es hablar de varios músicos en uno. Y uno de los mejores estuvo e hizo disfrutar una vez más a los asistentes del tercer concierto del ciclo “Jazz es Primavera”, con que todos los años nos “premia” el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista, al que estaremos siempre agradecidos por ofrecernos un espectáculo como el que nos proporcionó Dave Douglas y su nueva creación “Nomad”.

    Carlos Lara Cid


    El proyecto Nomad surgió hace dos años del encargo que recibió Douglas de componer música que pudiera ser interpretada en el festival Suoni delle Dolomiti, que se celebra en estas montañas italianas del Trentino a unos 3.000 metros de altura. Al lugar del concierto, emplazamiento idílico entre las cumbres, sólo se puede acceder a pie, lo que limita en cierto modo la instrumentación (nada de piano, ni órgano de iglesia o Hammond, ni teclados à la Nacho Cano...) A esta premisa, se añadió la sugerencia de inspirarse del folclore de la zona.

    Con estos mimbres, Douglas ha parido una música mayormente intimista, melancólica, pastoral (¡claro!), continuación directa de su proyecto Charms of the Night Sky (1) y que, al igual que gran parte de su obra, es ecléctica (2), con multitud de referencias “cultas” y populares, tanto dentro como fuera del jazz.

    El concierto de Madrid no fue ni mucho menos malo, fue incluso bastante bueno, pero le faltó cierto desmelene para llegar a ser memorable. En este proyecto, el trabajo en las composiciones y en los arreglos tiene un gran peso y tal vez, al menos por lo visto el lunes, dificulte unas improvisaciones menos constreñidas. Resultó interesante el partido que sacó Douglas a las diversas combinaciones de este quinteto inhabitual, en el que se forman dúos y tríos a indicación del líder, y en el cual la tuba de Marcus Rojas (fantástico músico) tiene un papel fundamental, a la vez anclaje rítmico (como en los tiempos primitivos del jazz) y elemento melódico e improvisativo. Michael Moore, un gran lírico vanguardista al que esta música parece ir como anillo al dedo, estuvo demasiado comedido, aunque mostró algunas pinceladas. Los jóvenes Kodheli y Sorey -que no figuraban en el proyecto inicial (3)- cumplieron sobradamente. Por su parte, Douglas tiene una técnica enorme y un sonido y un discurso propios (lo que ya es mucho), pero a quien esto escribe no le llegó a sorprender como en anteriores visitas a Madrid.

    Fue una noche agradable, con un par de momentos de arrebato, de éxtasis, que al final supieron a poco. Tal vez, sencillamente, la música no cuajó porque le faltaba su entorno natural en las cumbres de las Dolomitas, do el viento mece los edelweiss y los rebecos se acercan, confiados, para comer de nuestra mano...

    Diego Sánchez Cascado

    (1) Con un disco homónimo publicado por Winter and Winter y otro por RCA/BGM, “A Thousand Evenings”
    (2) Tal vez en estos tiempos pos-posmodernos, el eclecticismo sea la verdadera corriente principal del jazz actual.
    (3) Peggy Lee (chelo) y Dylan van der Schyff (batería) figuran en la formación original del disco “Mountain Passages”, primera referencia del nuevo sello de Dave Douglas (suyo propio), Greenleaf Music (www.greanleafmusic.com).

    Este texto está dedicado a Guillermo Navarro. Mucha suerte en tu nueva vida.