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PAT METHENY GROUP
Barcelona

  • Fecha: 1 de Julio de 2005.
  • Lugar: Palacio de los Deportes (Barcelona)
  • Componentes:
    Pat Metheny: Guitarras.
    Lyle Mays: Piano y teclados.
    Steve Rodby: Contrabajo, bajo eléctrico.
    Cuong Vu: Trompeta.
    Gregoire Maret: Percusiones.
    Nando Lauria: Guitarra acústica.
    Antonio Sánchez: Batería.
  • Comentario: Érase una vez un músico con una camisa a rayas…, érase una vez un músico con muchas guitarras…, érase una vez el Pat Metheny Group: un grupo hecho a semejanza de uno de los músicos más carismáticos del panorama actual.

    El Pat Metheny Group (PMG) ofreció en Barcelona el último concierto de la gira española del World Tour 2005, que ha servido de presentación del último trabajo del guitarrista americano titulado “The Way Up”. Pat Metheny se presentó con un grupo reformado y con la baja del omnipresente (y en ocasiones excesivo protagonista) músico camerunés Ricard Bona. Para la presente gira Metheny exhibió a un grupo de músicos cimentado por la columna vertebral de Lyle Mays, Steve Rodby, Cuong Vu y Antonio Sánchez.

    El concierto resultó ser un éxito de público y de música, proporcionando a la gran cantidad de seguidores del músico norteamericano, una buena ración de Pat Metheny Group en estado puro. El concierto se inició con un pequeño tema acústico y en solitario de Metheny, para pasar de inmediato a desarrollar la suite “The Way Up”, conformada por cuatro partes, todas ellas interrelacionadas entre si. La música desplegada a lo largo de la mencionada suite y con una duración superior a la hora, demostró las virtudes y a la vez las debilidades de la música de Metheny. El grupo sonó perfectamente cohesionado, atento a los desarrollos de la partitura, mientras que el líder llevaba a cabo una auténtica exhibición de guitarras (llegó a tocar casi una docena de guitarras en todo el concierto), con la clara intención de buscar diferentes sonoridades a lo largo de toda la interpretación. Piezas y engranajes perfectos de esta interpretación eran músicos como Lyle Mays y Antonio Sánchez, quienes sirvieron de apoyo a Metheny a fin de desarrollar sus consabidas artes en la guitarra. En determinados momentos la música de Metheny se encuentró excesivamente parametrizada, al objeto de ofrecer una forma musical muy determinada (incluso estéticamente), quedando los intérpretes prisioneros de la música y del desarrollo de la misma (en especial en las entradillas de determinados elementos sonoros). Todo ello es buscado con una clara intención por parte de Metheny, comportando una música que es fácilmente reconocible por sus seguidores. A pesar de lo comentado, la música aportó momentos brillantes aunque en otros, el efecto sonoro resultó ser excesivamente agrupado lo que no dejaba apreciar los diferentes instrumentos.

    Pero tras la suite de “The Way Up”, quedaban todavía casi dos horas de concierto y Metheny empezó a reinterpretar sus propios “standards”. Donde Metheny brilló y con una luz propia fue en las “distancias cortas”, interpretando temas en solitario, a dúo, a trío (recordar los excelentes tríos que ha formado a lo largo su carrera musical) y en cuarteto, demostrando las excelentes cualidades como guitarrista, con una música abierta y más libre, que permitió una música más improvisada y donde los músicos se encontraron cómodos y dieron los mejores momentos como instrumentistas, antes de acabar interpretando temas tan conocidos como “Last Train Home”. De los músicos del grupo señalar la extraordinaria musicalidad por parte del batería mexicano Antonio Sánchez, que demostró unas excelentes cualidades no solo como acompañante sino también en los momentos como solista, o las exquisiteces sonoras de la trompeta de Cuong Vu y por supuesto su inseparable amigo de aventuras Lyle Mays.

    En definitiva, los seguidores de Pat Metheny salieron del concierto entusiasmados y plenamente satisfechos después de tres horas ininterrumpidas de concierto y en donde pudimos observar a un Pat Metheny pletórico y me atrevería a decir en muy buen forma tanto física como musical y donde demostró que los años parece que no pasan para él y donde la maquinaria de su PMG se encuentra perfectamente revisada y engrasada, y funcionando a todo ritmo, lo que augura muchas más noches de placer para los aficionados en venideros años, que son muchos en toda España.

    P.D.: Señalar como nota negativa del concierto por parte de la organización, el trato de desconsideración y de desprecio a los fotógrafos acreditados al evento, que no permitieron en ningún momento poder llevar a cabo su labor en condiciones, todo ello con pretextos de muy diversa consideración (que el músico no dejaba hacer fotos o que el aforo del concierto no lo permitía), lo que obligó a intentar realizar fotos desde la mesa de sonido. Mientras que por el contrario el público de las primeras filas realizó fotos en todo momento con flash y algún aficionado había, que se encontraba grabando el concierto con una video cámara. Este público no fue advertido en ningún momento ni se le invitó a dejar de llevar acabo tales acciones, sino que disfrutó de plena libertad para hacer fotografías a sus anchas. Es ya hora en España de que la función de los fotógrafos sea reconocida y ante todo respetada y que se deje de perseguir a todos estos profesionales, sometiéndolos en cada concierto a absurdas imposiciones, pues es posible integrar los intereses de todos los interesados (fotógrafos, músicos y público), para así de esta forma poder apreciar una actividad que forma parte esencial del jazz, y que es la fotografía de conciertos.

    Juan Carlos Abelenda