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    JEAN LUC CAPPOZZO/AXEL DÖRNER/HERB ROBERTSON
Jazz em Agosto 2005
  • Fecha: 07 de Agosto de 2005.
  • Lugar: Sala polivalente de la Fundación Calouste Gulbenkian
  • Aforo: Aprox. 150 personas
  • Componentes:
    Jean Luc Cappozzo (trompeta y fliscorno)
    Axel Dörner (trompeta)
    Herb Robertson (trompeta)
  • Comentario: En un contexto de improvisación total, el primer concierto del domingo fue, más que una jam de trompetistas de calidad, una confrontación de estéticas y formas de tocar. Dörner fue siempre muy germánico, gutural, abstracto y formal. Cappozzo, más abierto y francófono, fue un trompetista potente, con más brillo, más melódico, más claramente un músico acostumbrado a los lenguajes de la improvisación. Herb Robertson fue el contrapunto a estos músicos. Improvisador experimentado, a lo largo del espectáculo fue siempre más figurativo y también, sin ninguna duda, el más jazzy de los tres. Claramente el matiz americano predomina en Robertson, incluso en esta música muy fragmentada y muchas veces totalmente abstracta.

    Este choque de personalidades entre tres grandes improvisadores, dio como resultado un espectáculo lleno de color y brillo, muy intenso, en el que todos ellos fueron, además de grandes solistas, músicos atentos a los sonidos surgidos de sus compañeros. Y a partir de los fragmentos, de pequeñas melodías, de pequeños cambios y resonancias, se hizo la luz, es decir una música de gran calidad.

    Es impresionante la cantidad de recursos técnicos que los músicos utilizaron a lo largo de la sesión. Al contrario que los otros dos, Robertson utilizó siempre una variedad increíble de sordinas y wha-wha que le permitieron ejecutar unas figuras absolutamente innovadoras, ora serias, ora burlescas. Nos dejó en la retina un momento en el que dialogó con Dörner, al que claramente dio severas regañinas pero también consejos paternales. Interesante también fue una trompeta utilizada por el alemán, con la boquilla hacia arriba, a lo Dizzy, que permitía manejar la vara de afinación con gran amplitud, haciendo con ese movimiento ser al instrumento una mezcla de trompeta y trombón de varas.

    Lo que quedó también en la memoria fue el humor con el que sobre todo Cappozzo y Robertson afrontaron el espectáculo, tanto por su postura relajada sobre el escenario como por las figuras ejecutadas. El final del espectáculo fue una clara prueba de ello: mientras Dörner mantenía a través de la respiración circular una nota tocada muy bajo durante algunos minutos, los otros músicos asumieron el sonido con un resonar prolongado a la vez... fue un epílogo corto y fulminante.

    ¡Muy bueno!

    João Pedro Viegas traducido por Diego Sánchez Cascado