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DAVE HOLLAND QUINTET
XXII Festival de Jazz de Madrid

  • Fecha: 3 de Noviembre de 2005.
  • Lugar: Centro Cultural de la Villa (Madrid)
  • Hora: 22:20
  • Asistencia: Tres cuartos
  • Componentes:
    Dave Holland (contrabajo)
    Chris Potter (saxos tenor y soprano)
    Robin Eubanks (trombón)
    Steve Nelson (vibráfono, marimba)
    Nate Smith (batería)
  • Comentario: Hay conciertos buenos, los hay especiales, y después aparece el capítulo de los inolvidables. No nos equivocamos mucho si incluimos la aparición de Dave Holland y su quinteto en el XXII Festival de Jazz de Madrid dentro de este último grupo. Es difícil concebir música de tanta calidad con un trasfondo tan jazzístico y un sonido tan actual. Los miembros de la banda demuestran conocerse a la perfección, hasta el punto de que, más allá de reaccionar a los impulsos de los otros músicos, la sensación es que los cinco intérpretes deciden tomar el mismo camino en el mismo momento, como si una fuerza superior tirase de todos a la vez, y todo ello en lugares donde no cabe pensar en arreglos ni pactos cerrados de antemano. Jazz en estado puro, improvisación colectiva con un ensamblaje tan perfecto que resulta difícil de creer. Si no hubiéramos estado allí, claro.

    Arrancó el espectáculo con The Eyes Have It y cerró con Free for All. El resto, nuevas composiciones que el quinteto grabará en breve. Y hasta en ese capítulo se demostró cohesión: daba igual quién fuera el autor de cada tema, todos sonaban al Dave Holland Quintet, con esa mezcla de ritmo, oscuridad, métricas poco usuales, armonías abiertas y espacio ilimitado para improvisar y para soñar. Por si fuera poco, la ausencia del batería Billy Kilson desde hace casi dos años ha sido magistralmente cubierta por un joven Nate Smith cuya excelente técnica queda en mera anécdota al lado de su capacidad de escuchar e interaccionar con sus compañeros. En el segundo tema, un blues menor, Smith tuvo mucho que ver en el éxito del impresionante solo al tenor de Chris Potter, ya que fue el batería de color quien dirigió las evoluciones de su compañero, marcando la velocidad del fraseo y forzando a Potter a solear continuamente a altas velocidades, escudado tras la cómplice sonrisa del maestro Holland. El saxofonista salió victorioso de los aprietos en que le puso el percusionista, divirtiéndose y dejando un momento memorable. Los temas servían generalmente de escaparate para un par de solos, no más. Eso permitía a los improvisadores desarrollar sus apariciones con tiempo, e impedir el carrusel de intervenciones que puede convertir a un grupo profesional en combo de escuela a poco que se descuiden.

    Amator Silenti, nueva composición del original Steve Nelson (qué bien encajan los sonidos de su vibráfono y su marimba en el contexto musical del grupo) aparentaba ser una balada lenta y algo sobrearreglada, casi lacrimógena. Sorprendentemente el tema deviene en una feroz improvisación libre sin forma, causando un contraste brutal y sorprendiendo al público, en esta ocasión tan excelente como la música. La influencia del formato de big band en el que estos músicos han viajado por todo el mundo en los últimos años se dejaba notar en la precisión de los arreglos, hecho que quedó de manifiesto en la presentación de dos nuevos temas, aún sin título, a cargo de Robin Eubanks y Chris Potter. El primero de ellos comenzó con un vertiginoso diálogo entre trombonista y saxofonista sin acompañamiento. La compenetración entre ambos músicos tuvo mucha culpa del resultado final. Y sobre Dave Holland, poco se puede decir ya. Su técnica de contrabajo es más que envidiable, su capacidad para crear líneas de bajo melódicas sobre la marcha no tiene parangón, y como líder sabe encontrar grandes músicos y hacerles sonar como un grupo. Qué más se puede pedir.

    El mencionado Free for All (tema del disco Extended Play: Live at Birdland) cerró el concierto con Chris Potter al soprano y un solo de Nate Smith donde utilizó unas complejas polirritmias que volvieron loco al respetable, no así a sus compañeros. El obligado bis vino de mano del Go Fly a Kite de Steve Nelson, donde Eubanks y Potter intercambiaron frases con dominio, lirismo y mucha sabiduría. Pedazo de concierto, pura magia, esperemos que el nuevo disco no tarde mucho en salir y que esta agrupación siga explorando y ampliando horizontes musicales. El jazz les necesita.