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EQUINOX QUARTET

  • Fecha: 4 de Noviembre de 2005.
  • Lugar: BoguiJazz (Madrid)
  • Hora: 23:30
  • Asistencia: Tres cuartos
  • Componentes:
    Teresa Olmeda (voz)
    Héctor García Roel (guitarra eléctrica)
    Ernesto Lapeña (contrabajo)
    Diego Gutiérrez (batería)

Héctor García Roel

Diego Gutiérrez
Tete Olmeda
Ernesto Lapeña
  • Comentario: No sólo de grandes eventos vive el aficionado al jazz. Madrid ofrece una programación de clubes permanente y bastante variada, donde sorprenderse encontrando a figuras del género sobre escenarios cercanos, o bien donde descubrir jóvenes talentos llamados a engrosar la futura nómina del jazz patrio. Tal fue el caso en la pasada noche, el Equinox Quartet sobre las tablas del Bogui. Grupo joven sobre escenario joven.

    Equinox basó su repertorio en la revisión de estándares como Bye Bye Blackbird, All Blues, Softly as in a Morning Sunrise, Autumn Leaves o los clásicos de Jobim Corcovado y Once I Loved, bellas melodías biseladas por la dulce voz de Teresa Olmeda, cantante de registro agudo que demostró buen tiempo y buena afinación, así como capacidad de improvisación en algún que otro devaneo en scat. El soporte rítmico vino de la mano del sobrio Diego Gutiérrez, cuya aportación se basó en la soltura y la capacidad de escucha a las evoluciones de sus compañeros. En dicha labor recibió la inestimable ayuda de Ernesto Lapeña, contrabajista de depurada técnica y buen conocedor de recursos jazzísticos. Entre ambos fomentaron el caminar de las interpretaciones, sin dejar resquicio alguno a la duda ni a la indecisión. A medio camino entre la vistosa labor solista y el trabajo de soporte rítmico se encontraba el guitarrista Héctor García Roel, excelente improvisador y creador de los solos más expresivos de la velada, abanderado del buen uso de citas y de los desarrollos motívicos rítmicamente arriesgados. Lo mejor de la noche: el impresionante arreglo de Night and Day donde el grupo atacó una interpretación ad libitum basada en los arpegios del guitarrista y las largas notas provenientes del arco de Ernesto Lapeña, mientras Diego Gutiérrez aportaba colorido y variadas dinámicas gracias a sus elementos percusivos.

    Trabajo, compenetración y buen gusto. Cuatro músicos entregados y con una amplia carrera por delante. Esperamos verles muchas más veces, así como esperamos que se afiance la propuesta del Bogui y podamos seguir disfrutando de buen jazz en directo, de forma asidua y con independencia de eventos puntuales.