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CHANO DOMÍNGUEZ TRIO
XI Jornadas de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid

  • Fecha: 5 de Mayo de 2006.
  • Lugar: Rectorado de la U.P.M. (Madrid)
  • Aforo: completo
  • Componentes:
    Chano Domínguez: piano.
    Mario Rossy: contrabajo.
    Marc Miralta: batería.

  • Comentario: Presentación del trío de Chano Domínguez en estas XI jornadas de jazz de la UPM; como en la jornada precedente, salida al escenario con poco retraso sobre la hora de comienzo.

    El primer tema es “Alegría callada”, perteneciente a su álbum Imán (Karonte 2000) tras lo cual, Chano toma el micrófono para dirigirse al público y dedicar su concierto al crítico musical Xavier Rekalde, fallecido en fechas cercanas.

    Una vez más, Chano demuestra que no sólo es un pianista de jazz-flamenco, sino que va más allá y que, apoyado en una técnica depurada y labrada a base de esfuerzo callado, es capaz de obtener un estilo inconfundible y reconocido por entendidos y hasta por profanos.

    En esta ocasión el líder se vio bien cubierto por la labor encomiable y sacrificada de Mario Rossy al contrabajo, con un estilo fluido, desenvuelto y un buen sentido del ritmo, el complemento perfecto por su solidez para empastar el trío.

    Otro tanto podemos decir de Marc Miralta, un batería ideal para los requerimientos de su líder y amigo. Versátil como pocos en estas circunstancias y de probado conocimiento del flamenco-jazz. Tuvo oportunidad de lucirse en un solo con el que demostró el control que es capaz de sostener, tanto en los arrebatos como en la pegada, y obtener así un sonido nada pesado ni cargante, sino más bien sutil, que le valió el aplauso unánime del respetable. Y es que la actuación de hoy se hizo para gustarse y gustar al numeroso público, que supo premiar con sonoros aplausos el duende y el don de Chano.

    De estos conciertos se saca la conclusión certera de que el profano puede acercarse al jazz sin temor, pensando que esta música no tiene por que ser de minorías, sino que puede llegar a un amplio sector de la sociedad.

    Y esta es la prueba: Chano es capaz de hacer asequible su música y a la vez hacer perder el miedo, a quien lo tenga, para cambiarlo por respeto, respeto se plasma en su manera de interpretar, que a algunos puede recordar a unos pianistas o a otros (personalmente creo que está mas cerca de Bill Evans que de ninguno). Por fraseo sensible y “femenino”, donde los dedos parecen acariciar el teclado como un viento fresco que recorre las marismas de su Cádiz natal.

    Ese sentimiento demostrado en temas a piano solo, como “Alma de mujer”, de su trabajo Hecho a mano, que resultó ser un ofrecimiento mágico, un paseo por los jardines Maria Luisa de Sevilla o un retumbar de tacones de mujer en un tablao.

    También hubo momentos a lo largo de la hora y media de recital para demostrar el cariño y admiración que siente por su progenitor, en temas como “A mi padre”, “Oye como viene”, “Lola 2002”, o en otros como “Mr. C. I.” dedicado a Camarón de la Isla.

    Con un bis final, que tanto esfuerzo costó a los allí congregados, finalizó un concierto que gustó y que aún dejó ganas para otra ocasión, por los sonoros aplausos y vítores con que se obsequió al trío.