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KURT ROSENWINKEL
XI Jornadas de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid

  • Fecha: 7 de Mayo de 2006.
  • Lugar: Rectorado de la U.P.M. (Madrid)
  • Aforo: casi lleno
  • Componentes:
    Kurt Rosenwinkel: guitarra eléctrica.
    Mark Turner: saxo tenor.
    Aaron Golberg: piano.
    Joe Martin: contrabajo.
    Jeff Ballard: batería.
Aaron Goldberg
Mark Turner
Jeff Ballard
  • Comentario: ¡Los tiempos corren que vuelan! Y las nuevas generaciones toman el relevo de las anteriores. Eso es precisamente lo que sucedió el domingo con el quinteto de Kurt Rosenwinkel, que se convirtió en el concierto más interesante de estas XI jornadas y eso que lo tenía bastante complicado, tras la actuación del dúo Abercrombie-Vitous del primer día.
    Kurt Rosenwinkel

    Este quinteto practica un jazz bello, sencillo, en apariencia, y amable. Apoyado en la excelente técnica tanto individual como colectiva, se desenvuelve con facilidad asombrosa, alejándose de estridencias y saltos bruscos, obteniendo un sonido sólido y compacto que obliga a cada miembro a escucharse; y a quienes les escuchan, a los aficionados, a tener un oído para cada músicos.

    Un combo donde no existen los solistas, si no que los solistas son todos y cada uno, grupo monocolor compuesto de muchos colores, que conforman un collage de diversas tonalidades y subtonalidades. No existe, por tanto, exposición, nudo y desenlace.

    Apoyándome en el argumento de la sencillez, diré que el líder de la formación, Rosenwinkel, es un guitarrista que aparenta no hacer nada y que, sin embargo, dice mucho. De sonido introvertido, casi tímido, y delicado, hace de su forma de interpretar un ejercicio de belleza, donde sus dedos se muestran ligeros al compás de sus ojos, cual fase REM, alcanzando ecos profundos y finitos. Otras veces sus dedos se tornan en “mariposas”que se posan en cada cuerda en un vuelo de entrelazados sonidos.

    Y qué decir de sus dúos con Turner, que más que diálogos en realidad son monólogos lanzados a la atmósfera, como mensajes que alguien debe recoger, como un mensaje en una botella. Y, es que a veces, tanto Kurt como Mark no parecían mostrarse atención alguna, ¡como si eso fuera posible! Mientras el primero se ensimismaba en un solo, el otro marcaba el ritmo con su tenor, con un toque entrecortado y seco que terminaba en un aplauso encarecido y enérgico del público.

    Mientras esto acontecía, Golberg competía con su piano elegante, fino y tímbrico, cuyos agudos son cadencia de lluvia y sus medios y graves ponen en marcha la maquinaria, unas veces del trío, otras del cuarteto y otras del quinteto.

    Joe Martin

    Joe Martin, es el músico que menos vimos o en el que menos nos fijamos, pero lo cierto es que es un bajista de técnica depurada, y un complemento ideal para el combo, sabiendo aplicar el feeling y el swing cuando correspondía.
    Y por último Jeff Ballard, un batería que no duda en utilizar sus manos desnudas para hacer temblar sus tambores y combinándolas con las baquetas para realizar un solo pleno de ritmo y contundencia.

    Bueno con esto está casi todo dicho, eso creo… y digo casi, porque siete minutos de aplausos interrumpidos, después de la retirada y una nueva salida para saludar, no contentaron al público, que exigió más. Lo que consiguió fue ni más ni menos que una hermosa balada, “Round Midnight”, para alboroto y dicha de aficionados y profesionales, ¡que haberlos haylos!