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BARRY HARRIS TRIO
Madrid

  • Fecha: 22 de septiembre de 2006.
  • Lugar: Bogui Jazz (Madrid)
  • Componentes:
    Barry Harris: piano.
    Alex Milosevic: contrabajo.
    Jimmy Castro: batería.


Barry Harris

J. Castro


A. Milosevic

  • Comentario: Recuperado de la enfermedad que le tuvo alejado de las salas de conciertos, el maestro de Detroit vuelve a mostrarse muy activo a sus 77 años. Este mismo mes comenzó con cuatro noches de actuaciones en el Birdland de Nueva York, continuó con un seminario en Roma y de allí voló a España para ofrecer un workshop de cinco días en el Taller de Músicos de Madrid. Su presencia en esta ciudad fue una oportunidad para volver a escucharle en directo, que los programadores del Bogui Jazz afortunadamente no dejaron escapar.

    Desde una hora antes del concierto, la cola que daba la vuelta a la esquina del local anunciaba el llenazo absoluto que iba a desbordar la sala.

    Tras subir con cierta dificultad al escenario, el pianista comenzó a darnos una lección de su arte. Después de los dos primeros temas que sirvieron para entrar en calor y ajustar algunos temas de sonido, flotó en el aire una estremecedora ’Round Midnight que, por si quedaba alguna duda, nos avisó del extraordinario nivel que iba a tener el concierto. Si en estos años Harris ha visto menguada su energía, su profunda sabiduría hace que la sepa administrar de maravilla. Cuando comienza a acariciar el teclado, la magia fluye y ya no desfallece.

    La alegría con la que vive la música y su capacidad para meterse al respetable en el bolsillo no han disminuido ni un ápice. Para confirmarlo bastaba con verlo canturrear sobre el citado tema de Monk, improvisar una canción con la colaboración del público (a la que llamó “Madrid 785”), divertirse improvisando sobre “A Night in Tunisia”, pidiendo coros en “Salt Peanuts”, sumergiéndose en una emotiva “A Time for Love” a piano solo o poniendo a todo el mundo a bailar y a cantar cuando cerró con “Nascimento”, un broche de oro ya habitual en sus presentaciones.

    Aunque parezca paradójico, este elegante seguidor de Bud Powell, continúa sorprendiéndonos sin cambiar para nada su estilo (en el que tampoco son ajenas las influencias de Thelonious Monk y Tadd Dameron), quizá porque la capacidad de sorprender es inherente a los grandes talentos.

    En cuanto a sus compañeros, Alex Milosevic estuvo sobrio, preciso y siempre atento a las variaciones del líder, mientras que a Jimmy Castro se le vio maravillosamente suelto, exultante, con una chispeante fluidez de ideas que elevó aún más el nivel del trío. Estaba claro que el sevillano había ido a pasárselo en grande y de hecho parecía ser quien más disfrutaba del concierto.

    Cuando la tradición está servida con esta mágica y apabullante naturalidad, es un placer relajarse y olvidarse por una noche de las vanguardias, los experimentos y las nuevas búsquedas. Quienes se lo hayan perdido el pasado viernes, deberían comprobarlo en la próxima visita que nos haga Barry Harris. Aunque algunos anunciaban esta actuación como la última oportunidad de verlo en Madrid, el pianista se marchó con una amigable sonrisa y un rotundo “volveré”.

    Alex Milosevic

    Jimmy Castro
    Barry Harris
Texto: © 2006 Sergio Zeni
Fotos: © 2006 Pablo Neustadt