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KRISTJAN RANDALU TRIO
Festival Berklee's Corner

  • Fecha: 14 de julio de 2007.
  • Lugar: Bogui Jazz (Madrid).
  • Componentes:
    Kristjan Randalu: piano.
    Toño Miguel: contrabajo.
    Bodek Janke: batería, percusión, voz y flauta.
  • Comentario: Bogui Jazz cumple dos años, y para celebrarlo ha organizado el Festival Berklee's Corner, cediendo su escenario a figuras de la escena norteamericana con presencia en la famosa Berklee School of Music de Boston, como The Fringe (con George Garzone), JoAnne Brackeen o High Groovin'. En esta ocasión, y para cerrar el festival, el turno le tocó al pianista estonio Kristjan Randalu, residente en Manhattan, al que ya pudimos ver en febrero al mando de otra de sus formaciones, el cuarteto con chelo.

    Para su presentación veraniega Randalu mostró una versión ampliada de sí mismo, disfrutando de más espacio en sus solos y erigiéndose en melodista de la mayoría de las piezas, originales de corte contemporáneo y arriesgadas versiones de standards donde el uso de métricas inusuales fue territorio común. De hecho el espectáculo arrancó con un 5/4, preludio del sorprendente "All the Things You Are" en el que Toño Miguel evidenció una gran capacidad en los tempos rápidos. El zaragozano, de vuelta a la escena madrileña tras su aventura neoyorquina, demostró excelentes habilidades líricas y rítmicas, precisión y buen sonido. Su compañero de sección, el polaco Bodek Janke, se movía entre el swing y los motivos étnicos, pasando por el drum'n'bass y haciendo uso de todo tipo de enseres percusivos, incluída la mbira (instrumento africano conocido como piano de dedos, finger piano, o piano de pulgares, thumb piano), con la que dobló a un Randalu que pellizcaba las cuerdas de su piano mientras presionaba las teclas correspondientes. Recursos, que no artificios. Cadencias armónicas embriagadoras, hipnóticos riffs de piano y sorprendente claridad en complejos entornos rítmicos avalaron el buen trabajo del trío. Para finalizar el primer pase, el "Folk Song" de Bodek Janke alternando métrica de 11/4 con un patrón latino para los solos.

    Diez minutos de descanso y vuelta al trabajo con otro standard deconstruido, "I Hear a Rhapsody", dando paso a un 7/4 también obra de Janke en cuya introducción el batería cantaba y tocaba la flauta a la vez. Una introducción casi libre, con elevados niveles de energía sobre las tablas, obtuvo el merecido premio del público: entregados y sinceros aplausos. La balada "Equilibrium" y la espectacular versión de "If I Were a Bell" cerraron el concierto de un grupo que, si se hace justicia, a buen seguro aparecerá en no mucho tiempo en carteles de festivales internacionales.

    En tiempos en que se abusa del lenguaje común del jazz para montar rápidamente combos sin apenas ensayo previo, da gusto disfrutar de una banda por cuyos poros emana el fruto del trabajo. Buen entendimiento, perfecto ensamblaje, definición de un escenario privilegiado para la improvisación y expresión en estado puro: cualidades más que sobradas para convencer al público más exigente. Y encima el Bogui ("El Club de Jazz de Madrid", como lo llama Juan Claudio Cifuentes "Cifu") prosigue su exitosa andadura, todo un lujo en la Villa y Corte (más si cabe comparando su programación con la del resto de clubes madrileños, y especialmente con la de los eventos veraniegos promocionados por el Ayuntamiento). Como gritó un emocionado espectador en mitad del concierto de Randalu: "¡Esto es la hostia!".

    © 2007