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CHRIS POTTER'S UNDERGROUND
XII Festival Internacional de Jazz de Ciudad Lineal

  • Fecha: 16 de noviembre de 2007.
  • Lugar: Centro Cultural San Juan Bautista (Madrid).
  • Componentes:
    Chris Potter: saxo tenor y clarinete bajo.
    Adam Rogers: guitarra eléctrica.
    Craig Taborn: Fender Rhodes.
    Nate Smith: batería.
  • Comentario:
    Un huracán pasó por Madrid la noche del dieciséis de noviembre. Altas eran las expectativas generadas por Underground, grupo liderado por el saxofonista del Dave Holland Quintet, Chris Potter. Dudamos que alguno de los presentes no las viera colmadas. A medio camino entre el jazz y otras músicas tangenciales de corte más comercial, con el sonido de las mejores bandas de jazz fusión, el desparpajo de los grupos de funk de los setenta y la insolencia del Miles Davis de Bitches Brew, Potter y sus muchachos presentan una música que invita a moverse rítmicamente sin dejar de conservar el interés artístico.
     
    Chris Potter. Fotografía: Sergio Cabanillas

    El tema "Underground", que da nombre al primer disco y al propio grupo, abrió el concierto madrileño con un largo solo del líder en el que presentó una historia bien contada. En Chris Potter se escucha a muchos saxofonistas, pero su carácter individual sobresale por encima de sus influencias. Acreedor de una técnica soberbia, no necesitó recurrir a ella de forma gratuita. Su buen hacer al tenor se vio complementado por una faceta menos conocida: el clarinete bajo, con el que se lució en varios de los temas. El segundo solo de la noche correspondió a Adam Rogers, probablemente el mejor guitarrista de jazz que ha aparecido en los últimos quince años. En Underground presenta su versión extrema, cambiando la jazzera Gibson 335 por su Fender Telecaster de 1956. Su primera intervención fue intensa y desgarrada a la vez que intelectual e interiorista. Si la improvisación de Chris Potter sugería buenas vibraciones y atmósferas abiertas, la de Rogers bebía de la oscuridad y el sobrecogimiento. "Viva Las Vilnius" arrancó con una introducción de saxo tenor donde el uso de escalas orientales dio paso a un riff obsesivo sobre amalgama rítmica de catorce tiempos. La variación de dinámicas sobre armonías estáticas, los juegos métricos, los cambios de contexto rítmico y la precisión en la ejecución de los arreglos fueron constantes durante toda la actuación.
     
    Craig Taborn. Fotografía: Sergio Cabanillas
     
    Adam Rogers. Fotografía: Sergio Cabanillas

    Las sonoridades del Medio Oeste estadounidense hicieron su aparición en forma de balada, con un buen solo de guitarra muy aplaudido, si bien el momento álgido de Adam Rogers ocurrió durante el siguiente tema, el nuevo "Facing East". Su solo fue absolutamente increíble. Partiendo del nivel de intensidad más bajo imaginable y utilizando material melódico sencillo como punto de partida, el guitarrista neoyorquino conformó toda una obra arquitectónica, larga y bien elaborada, cargada de tensión y cercana a la perfección. Pero la perfección no existe, y cuando estaba a punto de finalizar tamaña empresa, un problema técnico (posiblemente la pila de uno de sus pedales) le dejó sin sonido emborronando puntualmente un trabajo soberbio. El público reconoció el esfuerzo arrancando aplausos espontáneos. Como esto es jazz, la adversidad no hizo más que establecer un nuevo contexto para la creación: Potter y Nate Smith se quedaron solos interactuando a un nivel de detalle prodigioso. El batería (miembro, también, del quinteto de Dave Holland) hizo gala de carácter, recursos y una pegada portentosa. El cuarto miembro del grupo es, quizás, el más importante en lo que al sonido del conjunto se refiere. Craig Taborn es el pegamento que mantiene unidos a sus compañeros, proporcionando colchones armónicos deliciosos o durísimos, según el momento lo requiera, compenetrándose con Adam Rogers en la confección de dichos colchones y haciendo líneas de bajo claras y discretas (no olvidemos que Underground no cuenta con bajista). Además, sus solos fueron dignos de mención.
     
    Nate Smith. Fotografía: Sergio Cabanillas

    Los cuatro músicos compatibilizaban momentos de introspección con continuas sonrisas. Cada uno de los temas contenía distintas texturas y muchos contextos sobre los que investigar. Cada melodía, cada solo eran un mundo. Y, como todo lo bueno, el concierto llegó a su fin. El medio tiempo de "Morning Bell" ejerció de bis poniendo el broche a una noche de música del más alto nivel y demostrando que muchas veces los mejores espectáculos se encuentran en las programaciones de los festivales alternativos, como el del San Juan Evangelista o este de Ciudad Lineal que celebra su duodécima edición con una salud envidiable.

    Texto © 2007  Arturo Mora Rioja
    Fotos © 2007 Sergio Cabanillas