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BUGGE WESSELTOFT
XVI Ciclo Jazz es Primavera 2008

  • Fecha: 08 de abril de 2007.
  • Lugar: Colegio Mayor Universitario San Juan Evangelista (Madrid).
  • Componentes:
    Bugge Wesseltoft: piano solo y electrónica
  • Comentario:
    Último concierto dedicado al piano dentro del nuevo ciclo de jazz del San Juan Evangelista. La visita a Madrid del músico noruego Bugge Wesseltoft era de las que podían despertar algún recelo por parte de los más puristas, ya que sus actuaciones no son de las que dejan indiferentes. En cualquier caso el miedo previo no era para tanto.

    Bugge Wesseltoft. Foto: Sergio Cabanillas

    La utilización de la electrónica en el jazz no es nueva. Músicos de la categoría de John Cage, Steve Reich y otros neovanguardistas ya habían echado mano de ella sin el más mínimo rubor. En el campo del jazz, el mismo Miles Davis se atrevió a utilizarla como compañera de viaje a principios de los 70 y no renunció a ella.

    Con una clara formación clásica y perfecto dominio de las notas jazzísticas, Wesseltoft dejó bien claro por qué está considerado como uno de los más importante abanderados de las nuevas tendencias en el jazz. Y como pianista es un buen representante de la sobresaliente escuela nórdica de ese instrumento, de la que son fieles representantes Bobo Stenson, Tord Gustavsen y Esbjörn Svensson, entre otros.

    Sin ningún tipo de complejo a la hora de utilizar los sintetizadores, los sonidos pregrabados o la técnica de los samplers, en el discurso musical de Wesseltoft se transluce una intención bien clara de experimentar con los sonidos. Partiendo de una base principalmente clásica y por supuesto de jazz, las composiciones del noruego se arman con diferentes diálogos entre lo artificial y lo original, aunque al final ambos factores se confundan, precisamente porque esa es la intención del músico. A priori puede existir la convicción de que la utilización de los recursos tecnológicos crea un campo sonoro, un fondo instrumental, que sirve de excusa para disfrazar el verdadero contenido del concierto, o en otros, disimular las carencias del músico. En el caso de Wesseltoft, afortunadamente, la técnica siempre va por detrás del músico. Por un lado es capaz de manejar con una gran precisión cada uno de los recursos que tiene a su alcance: reproducción de sonidos previamente grabados, congelados en el momento y creación de efectos sonoros como prolongación de los sonidos originales. Se mueve con soltura y cambia de un elemento a otro sin solución de continuidad. Por otro crea frías notas al piano, paisajes sonoros intimistas, en ocasiones minimalistas, que podrían haber salido de la factoría de Erik Satie o del Keith Jarrett de sus primeros discos en solitario.

    Wesseltoft maneja la técnica como si fuera un juego de niños, introduce samplers, acompaña con percusiones y utiliza la voz como un instrumento más. Engarza piano y electrónica para mantener un equilibrio. En la creación de ambientes de gran belleza introduce sonidos distorsionados. Por algún momento Wesseltoft también puede convertirse en abanderado de la música electrónica de los 70, y de su chistera aparecen algunas sombras de Tangerine Dream o incluso Pink Floyd. Pero también, sin perder la línea jazzística, se introduce de lleno en las notas del “Take Five”, primero a piano, en una interpretación soberbia, hilvanada a continuación con los sonidos del ordenador, para pasar a continuación a una pieza que, poco a poco, va modificándose en un blues. Para terminar, un deconstruido estándar como “How High The Moon” que, al momento, se transforma y se vuelve irreconocible.

    Bugge Wesseltoft es un magnífico pianista que ha sabido encontrar su espacio con una decidida propuesta, propia del siglo en que vivimos, siendo fiel a la máxima que dice que el jazz se alimenta de aquello que le rodea en cada momento, siempre avanzando. Vivimos rodeados de tecnología, la necesitamos, la utilizamos o ¿es ella la que nos maneja a nosotros? En ocasiones nos asusta y nos merece excesivo respeto. La música no está exenta, ni siquiera el jazz.

    Texto © 2008  Carlos Lara
    Fotos © 2008 Sergio Cabanillas