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ANTHONY BRAXTON SEPTET ACCELERATOR CLASS GHOST TRANCE MUSIC
43 Heineken Jazzaldia

  • Fecha: 25 de julio de 2008.
  • Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (San Sebastián (Guipúzcoa)).
  • Componentes:
    Anthony Braxton: saxos alto, soprano y sopranino, y clarinete contrabajo.
    Taylor Ho Bynum: corneta, fiscorno y trompeta en fa.
    Jessica Pavone: violín, viola.
    Mary Halvorson: guitarra.
    Jay Rozen: tuba.
    Chris Dahlgren: contrabajo, viola de gamba y melódica.
    Aaron Siegel: batería, percusión y vibráfono.
  • Comentario:
    El del Heineken Jazzaldia de San Sebastián ha sido el único concierto europeo en el verano de 2008 para el septeto de Anthony Braxton con su Accelerator Class Ghost Trance Music. En este proyecto Braxton está acompañado por unos músicos habituales en sus formaciones. En concreto la guitarrista Mary Halvorson y el trompetista Taylor Ho Bynum visitaron el Johnny madrileño acompañando al veterano saxofonista y compositor en noviembre de 2007 como integrantes de la formación Diamond Curtain Wall Trio, mientras que todos los músicos del septeto salvo Halvorson actuaron en La Coruña en abril de 2005.
     
    Este conocimiento musical mantenido a lo largo de varios años y la complicidad que conlleva se hicieron notar en el concierto donostiarra. A lo largo de poco más de una hora el septeto interpretó la “Composition nº348”. Ésta está encuadrada dentro de la serie de composiciones que trabajan el concepto de las Ghost Trance Musics, uno de los elementos principales en la obra de las dos últimas décadas de carrera de Braxton.
     
    El reloj de arena puesto en funcionamiento por éste fue el inicio de un concierto memorable. Tras exponer esas primeras notas que en este sistema sirven para establecer el esqueleto de la composición, los músicos desarrollaron su trabajo siguiendo las curiosas partituras de Braxton (en las que se combinan tanto el pentagrama como sus gráficos característicos), realizando diferentes variaciones e improvisaciones, e incluso introduciendo otras composiciones, tal y como hizo el trompetista Taylor Ho Bynum, que en un momento puntual en el último cuarto del concierto expuso repetidamente una melodía compuesta por ocho notas.
     
    Para que todo este proceso llegase a buen puerto, el septeto (dispuesto en semicírculo en el escenario para lograr una comunicación total) se desdobló a lo largo de todo el concierto en diferentes cuartetos y tercetos que a la vez que interactuaron entre sí sirvieron como soporte para que los músicos (grandes solistas todos ellos) realizaran sus correspondientes solos. Estos subgrupos estaban dirigidos cada vez por uno de los músicos, el cual era el encargado de dar indicaciones a sus compañeros acerca de su intervención. De esa manera el concierto pasó por diferentes estadios entre los que abundaron los tiempos medios, en donde hubo espacio para algún tutti repleto del expresionismo característico del free y algún otro con un swing más que notable, solos por parte de todos y cada uno de los músicos, pero especialmente una comunicación sobresaliente que logró que toda la música, a pesar de la complejidad en su exposición y su carácter abstracto, discurriera con total naturalidad hasta que, al contrario de lo que sucediera en el citado concierto en el Johnny, el reloj de arena marcó el final de una actuación memorable.

    © 2008  José Francisco Tapiz