>> VOLVER A TOMAJAZZ

 
 

 

   

GONZALO RUBALCABA TRIO & JOAO BOSCO QUINTETO
XIV Ciclo de Jazz Fundación Barrié

  • Fecha: 18 de abril de 2009.
  • Lugar: Palacio de la Ópera (La Coruña).
  • Grupos:
    Gonzalo Rubalcaba: piano
    Armando Gola: bajo
    Ignacio Berroa: batería
    Joao Bosco: guitarra
    Nelson Faria: guitarra
    Ney Conceyçao: bajo
    Kilo Freitas: batería
    Armando Marçal: percusión
  • Comentario: Compatibilidad de genios

    No fueron dos sino tres los genios compatibles (paradójicamente Bosco cuenta en su repertorio con un “Incompatibilidade de genios”) en un concierto abierto por una bella introducción a piano solo de Rubalcaba. La imaginación y la técnica del cubano se escapan a calificativos que, al fin y al cabo, sólo son palabras. A diferencia de otros grandes pianistas que sólo ejercitan la gimnasia envidiable de sus falanges, el cubano juega además con los timbres, con los espacios, con la rítmica y con el volumen. El sonido tosco de la sala -que quizá propició que Bosco mantuviese en el bolsillo parte de su brillante y original arsenal vocal- agradeció los remansos delicados y de baja intensidad. La transición del espectáculo la protagonizó el tercer genio, Jobim, en un “Desafinado” en el que se estableció un difícil equilibrio entre los ornamentos del pianista y la batida anticanónica (Joao Gilberto hubiese fruncido el ceño) que Bosco imprimió a su guitarra. Se volvió al cancionero del carioca en logradas versiones de “Aguas de Março”, “Inútil Paisagem” (con algún trecho notoriamente rearmonizado) y la hermosísima “Ligia”. Bosco acudió a algunos de los pilares de su repertorio: “Pret a Porter de Tafetá”, “Corsario”, “Linha de Passe”, “Na Venda”…sin dejar de explotar su vertiente más africana (“O ronco da Cuica”). Ya con las dos bandas reunidas llegaron las propinas con dos sensacionales “Drume Negrita” y “Papel Machê” (otra balada de mérito fue “Desenho de Giz”) y con la ausencia de la célebre “O Bébado e a Equilibrista”, que quizá no llegó porque el hermano de Henfil ya volvió, aunque fuese para morir de sida como sus dos hermanos. Pero no eran esos tres genios a los que hace referencia la compatibilidad del título, sino un pianista que ya no pisa tierra (ni falta que le hace), un compositor con un gusto refinado y alejado de los tópicos (que no de los trópicos) y un Jobim… que en paz descanse.

    Texto: © 2009  Quinito L. Mourelle