>> VOLVER A TOMAJAZZ

 
 

 

   

ABE RÁBADE SEPTETO

  • Fecha: 20 de mayo de 2009.
  • Lugar: C.C. Nicolás Salmerón (Madrid).
  • Componentes:
    Abe Rábade: piano
    Chris Kase: trompeta y fiscorno
    Perico Sambeat: saxo alto
    Jesús Santandreu: saxo tenor
    Toni Belenguer: trombón
    Pablo Martín: contrabajo
    Bruno Pedroso: batería
  • Comentario:
     

    Algo se cuece en la música de Abe Rábade cuando figuras de la talla de Perico Sambeat, Jesús Santandreu (cuyo segundo trabajo en solitario ha producido el compostelano) o Chris Kase se suman a su proyecto sin pestañear cada vez que los requiere. Con estos precedentes y dado el éxito cosechado en el Nicolás Salmerón el pasado diciembre, el retorno del pianista de la mano de Dick Angstadt se convirtió en cita obligada para los melómanos de la capital que llenaron la sala.

    Comenzó el espectáculo, al igual que en su anterior visita, con “Campo Da Estrela”. Desde el principio dejó entrever la diferencia de planteamiento con el formato de trío: solos más breves y más concepto de banda, cediendo espacio para lucimiento de la sección de vientos de lujo que copaba el escenario, con solos a cargo de Perico Sambeat y Toni Belenguer, la intervención concisa de Rábade y las improvisaciones de Bruno Pedroso sobre el tema principal.

    Siguió una composición de nuevo cuño llamada “Eivissa” basada en una canción ibicenca, cuya armonía a piano solo evocó a primera escucha la placidez, casi la luz del paisaje isleño, antes de dar entrada a la melodía, tocada por los metales y el contrabajo, que desembocó en una improvisación colectiva de los vientos antes de dar paso a los solos. Abrió la ronda el lirismo aterciopelado de Chris Kase con el fliscorno, seguido por Jesús Santandreu. Mientras la complejidad armónica del tema ponía a prueba la técnica de los solistas, le llegó el turno a Toni Belenguer, que pasó a primer plano acompañado únicamente por el contrabajo y la batería. Fue una de las sorpresas agradables de la noche que se despachó con un magnífico solo rebosante de melodía que arrancó aplausos espontáneos del respetable antes de pasar el testigo a Sambeat y quedar solos en escena Rábade y Pablo Martín. Ambos protagonizaron un intenso diálogo al que se incorporó la batería de Pedroso, construyendo el soporte sobre el que los cuatro metales conversaron dos a dos: saxos por un lado, trompeta y trombón por otro.

    Continuó la fiesta con otro estreno para el público madrileño llamado “Changó”, basado en uno de esos riffs adictivos marca del compostelano que sirvió un duelo entre los saxos protagonistas en la entrada del tema antes de que Belenguer volviera a hacer de las suyas cruzando en su solo mensaje tras mensaje con la mano izquierda del pianista. Abordó de nuevo el trío la melodía para que Sambeat y Santandreu solaparan sus improvisaciones, mientras trompeta y trombón se sumaban a la melodía, llevando al tema a su final.

    Pero no pararon ahí las sorpresas, porque el protagonista presentó otra composición reciente, un homenaje a Miles Davis titulado “Full Dive”, una pieza a ritmo acelerado, plena de swing y múltiples paradas tan espectaculares como difíciles de interpretar. Como pez en el agua, Chris Kase desgranó un espléndido solo arraigado en la tradición bop espoleado por los apoyos incisivos del piano. Tomó el relevo Santandreu, marcando contrastes en una intervención críptica, compleja, moderna en suma, para dar paso a Sambeat, quien se quedó a solas con la batería de Pedroso, cantando una melodía con su saxo y explorando todas sus variaciones imaginables mientras el tempo partía del swing medio para volver a acelerarse mientras el alto evolucionaba. Pasó el turno a Belenguer, quien partió de un swing lento, casi arrastrado, y jugó con maestría con el tiempo, dividiendo los compases a voluntad y enlazando su intervención con la de Rábade, quien tomó como punto de partida para su solo la última frase del trombonista y desarrolló su solo desde el discurso melódico para adentrarse de un modo natural, casi intuitivo, en las disonancias, empleando con escalas cromáticas como elemento de transición entre pasajes. Entre los aplausos del público tras la coda, Sambeat y Santandreu escenificaron una cómica rivalidad, saludando Santandreu cuando se presentaba a Sambeat y viceversa.

    Y llegó el repertorio establecido a su fin con la festiva melodía de “Iria”, cuyo tema principal fue interpretado por el septeto al completo antes de dejar a Rábade solazarse a solas con su piano haciendo lecturas caleidoscópicas sobre el tema a las que se sumaron batería y contrabajo. De pronto se hizo el silencio y tomaron la escena Perico Sambeat y Jesús Santandreu, quienes protagonizaron un fascinante diálogo interpretativo cuasi vocal entrelazando líneas, jugando con prolongados silencios, rotos por telepáticas entradas al unísono, armonizándose, improvisando de forma libre y cómplice a la vez, en uno de los puntos álgidos de la noche que obtuvo una abundante cosecha de aplausos del respetable. Una insinuación de la melodía y la banda retomó la escena para arropar a los dos saxofonistas, que seguían soleando simultáneamente, para volver al tema principal y ponerle fin entre la ovación de los asistentes, que demandaron una propina al instante, petición que satisfizo el septeto interpretando el arreglo de Abe Rábade sobre el “Inner Urge” de Joe Henderson.



    Sólo cabe quitarse el sombrero ante el inmenso trabajo de orfebrería sonora del de Santiago, que dirige el combo con mano férrea, señalizando con precisión las entradas en los arreglos, controlando con maestría la dinámica en cada momento, empujando y elevando con el trío cada intervención solista y dejando al mismo tiempo rienda suelta a la creatividad de sus colaboradores a la menor ocasión, alentando una interacción continua que lleva el espectáculo a otro nivel.

    Si en España resulta ya una ardua tarea trabajar un repertorio complejo y original a septeto y materializarlo sobre un escenario, hacerlo con los nombres mencionados adquiere tintes de epopeya, pero Abe Rábade lo ha conseguido, ofreciendo a los aficionados un auténtico espectáculo de jazz nacional sin apellidos, sin artificios, con el talento como único y concentrado ingrediente.

     



    Texto y fotografías: © 2009 Sergio Cabanillas