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TOTS SANTS!!
Temporada Arco y Flecha 2009-2010

  • Fecha: 31 de octubre de 2009.
  • Lugar: Centre Artesà Tradicionarius (Barcelona).
  • Grupos:
    Vrak’Trio
    Liba’s Traum Trio,
    Kaulakau,
    Filthy Habits Ensemble,
    Bèstia Ferida
    +
    Proyecciones de VJ Mongo.
  • Comentario: Una noche especial la de Tots Sants, la noche de difuntos. Frente a la disparatada oferta de calabazas y terrores de plexiglás que abundan esa noche en los locales de la mayoría de ciudades de Occidente (y que conste que somos fans de la peli de Carpenter, pero nunca de sus demenciales consecuencias ulteriores), la productora de Barcelona Arco y Flecha proponía algo distinto, más interesante. La idea era reunir las bandas locales que durante la temporada anterior habían aparecido en la programación estable que la promotora monta en Barcelona. Todas las formaciones representan estilos distintos de acercarse al jazz o a la improvisación. Desde las raíces tradicionales (Kaulakau), abiertos a un lenguaje más contemporáneo (Vrak’Trio o Liba’s Traum Trio), con la figura de Zappa como estandarte (Filthy Habits Ensemble), o con la improvisación libre y eléctrica (Bèstia Ferida). Todo en conjunto, y como ha pasado recientemente con otros eventos, como el festival L.E.M., era una magnífica ocasión para hacerse una idea de algunas de las cosas más interesantes que se están haciendo ahora en Barcelona, siempre en un territorio musical inestable y frágil, huérfano de cualquier paternidad genérica. Lamentablemente, la entrada fue floja, y eso quizá tendría varias explicaciones. Una, que el público barcelonés haya podido ver recientemente a estas formaciones (algunos tocan con bastante frecuencia en la ciudad); dos, que la competencia de esos otros eventos acabara por pasar factura; y tres, la elección de la sala para dicho evento, ya que el Centre Artesà Tradicionarios, a pesar de su excelente equipo de sonido y acústica, no permite la entrada de bebidas dentro del espacio de conciertos, cosa que provocó un curioso fenómeno: que hubiera más personas en el bar (donde hay instalada una televisión que permite seguir los conciertos) que dentro viendo las actuaciones en directo. También fue una noche para comprobar el peculiar comportamiento de parte del público barcelonés: a pesar de lo económico de la entrada, muchos prefirieron ver tan sólo a un grupo sin curiosidad por ver como sonaban los demás. Peculiar falta de interés por descubrir qué sucede en la ciudad...

    El trío franco-catalán Vrak'Trio puso en marcha la noche con su poco habitual formación: Etienne Lecomte (flautas), Laurent Guitton (tuba) y Oriol Roca (batería). Hace tres años ganaron el Concurs de Jazz de Barcelona –que les permitió grabar y publicar su única referencia hasta el momento: TLS_BCN Live (Label Manibelle, 2007)– y, a pesar de que se han prodigado poco en directo, su puesta en escena ha evolucionado positivamente. En los escasos 30 minutos que tocaron, el trío estrenó nuevas composiciones en las que se mostraron más libres, más abogados a la improvisación profunda, jugando con figuras hipnóticas. Algo así como si hubieran depurado el concepto clásico del free jazz y lo hubieran llevado a su terreno. La tuba y la batería se iban intercambiando el sustento rítmico, lo que enriqueció el sonido y les permitió avanzar sobre seguro a la vez que construir poco a poco paisajes poco predecibles. El último tema que interpretaron fue una versión de Charles Lloyd, “Tales Of Rumi”, incluida en su disco de debut. En esta ocasión se hicieron acompañar del saxofonista Liba Vilavecchia, un veterano de todos los frentes, que puso a tono el ambiente para lo que vendría pocos minutos después: la actuación de su trío Liba's Traum.

    Y así, al cabo de unos minutos apareció sobre el escenario el corpulento Paul Stouthamer, chelo en mano, que en su poder parecía tan pequeño, flexible y maleable como un violín. El músico Marc Egea, de Kaulakau, comentaba desde la platea que Stouthamer era capaz de todo con esas cuatro cuerdas. Y así se verificó en el concierto de Liba's Traum: el chelo se metamorfoseaba en una guitarra, en un contrabajo, en una viola y en un instrumento de percusión cuando la partitura así lo requería. Y sobre ese mar de cuerdas, Villavecchia se movía con agilidad en lo abstracto de este proyecto cercano a  la música camerística. Más incisivos y pasionales en esta ocasión que en su anterior concierto en Barcelona hace unos meses, gracias al punch del nuevo batería de la formación, el veterano Caspar St. Charles, que sostuvo y empujó las composiciones a terrenos antes tan sólo intuidos. Liba's Traum se mostraron incisivos y sugerentes, abiertos a trabajar con elegancia por la historia presente de la música, tanto jazzística como contemporánea. Se merecen trabajar más el directo y grabar por fin un disco.

    Tras los dos tríos acústicos, y para cerrar la primera parte, subió a escena el cuarteto Kaulakau, con Jordi Molina (tenora), Marc Egea (zanfona), Franco Molinari (contrabajo) y Enric Canada (batería y percusión). Kaulakau llevan unos cuatro años tocando juntos. Su único disco, Bernoiver (Discmedi, 2008) fue grabado hace exactamente tres años, en diciembre de 2006. En todo este periodo, el grupo ha tenido tiempo de presentar ese material ante el público en muchas ocasiones (aunque tal vez no tantas como a ellos les hubiera gustado), y varias de ellas fuera de España. Eso se nota: temas como “Mesó pi”, “Bernoiver”, “Viatge al no res” o “El clatell de la Traudel” sonaron con aplomo, por más que se les sometió a pequeños cambios, tensiones y estiramientos. Pero esas  rápidas mudas de piel también traslucían una cierta incomodidad de los músicos para con el repertorio, que no con el proyecto. Hay que tener en cuenta que en circunstancias normales, o sea, en otro país, durante este tiempo una banda como ellos hubiera registrado uno o dos discos más, al menos. La manera abrupta que introdujeron en los pasajes interiores o improvisados de algunos temas, como por ejemplo “El clatell de la Traudel”, parecía indicar por dónde pueden ir los tiros de su futuro trabajo (que al parecer se grabará en la primavera de 2010). Los elementos tradicionales, un poco como está ocurriendo con otros proyectos de la carrera de Egea, principal compositor del cuarteto, se están diluyendo en un mundo musical más severo, más interior. ¡A ver cuando nos llegan cosas nuevas de Kaulakau!

    Tras la  primera parte, Filthy Habits Ensemble, que había presentado su relectura de Zappa unos meses antes en el mismo local, mostró que, además de tener cada día más rodado el intrincado repertorio zappiano, empieza a permitirse alguna gamberrada con él. Eso era necesario. Tienen que seguir por ahí porque una cosa es la vía de la big band de Ed Palermo, tal vez insuperable en ese sentido, pero en Filthy Habits existe un capital de juventud y de talento potencial que hay que trabajar. Que los acompañe alguien como Liba Villavecchia es además un plus (hizo un solo con el soprano estupendo). Pero, a lo que iba, además de esas irreverencias, como la improvisación que condujo El Pricto entre la que se iban colando temas de Zappa que no interpretaron esa noche, yo diría que tarde o temprano deberían plantearse el añadir temas propios, si se quiere y en la medida de lo posible en sintonía con los de Zappa. Pero, para volver a esa noche, algunos de sus particulares highlights zappianos, como “King Kong”, “Uncle Meat” o “Echidna’s Arf (Of You)”, sonaron con fuerza y confianza, seguro que en buena parte gracias al estupendo sonido que siempre hay en esa sala. Nuevamente, el VJ Mongo volvió a desplegar su particular arsenal de series B, rarezas, material de archivo de Zappa, y un montón de efectos visuales y mezclas con cámaras muy bien distribuidas por el escenario. Además de ser el noveno miembro del Ensemble, VJ Mongo trabajó e improvisó sobre la pantalla durante el resto de actuaciones: de nuevo los mismos recursos pero con un fondo nuevo y aleatorio compuesto de imágenes de films (Svanjmaker, Buñuel, Jodorowski, Terayama, etc.) y otro material de diversa procedencia. Lo mejor de todo fue que nunca impuso un discurso, se mantuvo respetuoso y atento con cada una de las bandas, muy diferentes musicalmente hablando.

    Para el grupo que cerró el evento, Bèstia Ferida, VJ Mongo se guardó un material mucho más psicodélico, petición expresa de la banda, que también pidió que bajaran la intersidad de la iluminación para tocar en densa penumbra. Con aquella ambientación –y lo desangelada que se quedó la sala con la desbandada de gran parte del público hacia el bar– la música producida por la intersección de Adrián de Alfonso (guitarra eléctrica, efectos), Mark Cunningham (trompeta, efectos) y Arnau Sala (batería) ganó oscuridad, profundidad y dramatismo.  La batería proporcionaba una base rítmica alimentada de aleatoriedad que sostenía los vaivenes, los golpes y feedbacks de la guitarra eléctrica a modo de gritos de un animal herido (parafraseando el significado del nombre del grupo en catalán) y las intervenciones puntuales de la trompeta, mucho más efectiva que en otras ocasiones. De acuerdo, cada concierto de Bèstia Ferida es distinto, con lo bueno y con lo malo por ser actuaciones basadas en la improvisación libre, pero sí se pudo percibir una mejora en la concreción y comunicatividad de su propuesta musical –su  reciente disco Wounded (Ozonokids, 2009) es buena muestra de ello–. Cunningham aportaba otra dimensión, clarificaba y focalizaba el mensaje ante el mar de ruido de los otros dos músicos. También ayuda el hecho de que, a diferencia de otras formaciones de un estilo parecido, el trio apuesta por piezas cortas, cosa que ayuda a que puedan trabajar musicalmente de una forma inteligente desarrollando pequeñas ideas una a una sin caer en el peligro que tienen las grandes divagaciones ruidistas improvisadas.

    La actuación de Bèstia Ferida fue el broche final a un minifestival que, a pesar de la poca asistencia de aficionados, nace con la intención de ser un barómetro de la escena experimental de Barcelona, de unir al público con sus músicos escondidos, de unir a los músicos con los músicos en una ciudad poco prolífica a la promiscuidad, de unir a los músicos con un público poco habituado a la música visionaria. Esperemos que sea así por muchos años.


    Texto © 2009 Jack Torrance / Olga Àbalos