Romano, Sclavis, Texier "Root Africaine" || 27-VI-2010, Vigo || Conciertos ||Tomajazz

Comentario:

Salvo las actuaciones callejeras de los más que competentes Gangbé Brass Band, que supieron congregar a un público numeroso, y tras la suspensión por enfermedad del concierto de Lluis Vidal en el que estaba prevista la presentación de Mompiana por parte de su trío más Perico Sambeat y Dave Douglas, el concierto del cuarteto compuesto por Aldo Romano, Louis Sclavis y Henri Texier se convirtió en la propuesta huérfana del domingo del primer fin de semana en Imaxinasons 2010.

Este trío lleva en activo más de quince años. En ese periodo ha publicado tres CD en los que, además de la música, un elemento fundamental es el trabajo del fotógrafo Guy le Querrec, presente en unos libretos que más bien son unos libros en miniatura. En sus viajes a África estos cuatro artistas no sólo han recogido distintas influencias presentes de un modo u otro en su música. También están las imágenes de Guy le Querrec y su laica. Éstas mostraban una África cercana y diversa, una gran parte de su trabajo se centraba en sus habitantes, mientras que a la vez llevaban a reflexionar sobre la brutalidad de la condición humana en ciertas partes alejadas del primer mundo.

El concierto de Vigo fue la primera ocasión en que el grupo actuaba en España acompañado por la proyección de esas fotografías. Las instantáneas se convirtieron en una parte esencial del espectáculo. Con los músicos situados en un lateral, su proyección sobre el fondo del escenario permitió apreciarlas en todo su esplendor e integradas en la música. Su montaje, en forma de presentación tema a tema, se ajustó casi milimétricamente a las ejecuciones del grupo, asombrando al respetable con tal precisión.

El repertorio del concierto estuvo estructurado a partir de los temas de su última grabación African Flashback (2005). Entre ellos incorporaron algunas composiciones de su primer disco Carnet des Routes (1995), mientras que el segundo, Carnet de Routes. Suite africaine (1999), permaneció inédito. A lo largo del concierto sonaron “Daoulagad (à GLQ)” de su primer disco; “Berbére”, “Le Long Du Temps”, “Entre Chien Et Loup”, “Look The Lobis” de African Flashback; “Annobon” (Carnet des Routes); “African Panther 69”, “Surreal Politik”, “Three Children”, “Dieu N’Existe Pas” de African Flashback. En la parte final retornaron a su primera grabación terminando con “Standing Ovation (for Mandela)” y “Les Petits Lits Blancs”, que es posiblemente el mejor de los temas del grupo. Tal y como se puede escuchar en la grabación Sclavis comenzó el desarrollo de su composición improvisando en solitario. Posteriormente se incorporaron Aldo Romano y Henri Texier estableciendo un ritmo muy marcado, lo que permitió que Louis Sclavis se luciese con su solo como el gran instrumentista que es. El auditorio respondió entusiasmado. De un modo más que merecido el trío interpretó dos bises. En el primero sonó “Viso Di Donna”, mientras que en el segundo y último lo hizo “Fô Lion”, ambos temas de African Flashback.

Poco hay que añadir a la categoría de los tres músicos que no se haya dicho ya: tanto sus discografías, especialmente las de Henri Texier y Louis Sclavis como líderes, así como sus actuaciones (algunas en las anteriores ediciones de Imaxinasons) dan buena fe de ello. Sin embargo este grupo es mucho más que la suma de sus tres individualidades. Las dos décadas de experiencia trabajando juntos han logrado que en directo su entendimiento alcance un nivel al alcance de muy pocos. El público en pie ovacionando al grupo con las luces del teatro encendidas antes del último bis fueron la constatación de todo ello. Quien esto escribe ha tenido en muy contadas ocasiones la fortuna de presenciar tanta unanimidad por parte de un público tan variado como el que casi llenaba la sala de Conciertos del Centro Cultural Caixanova.

Pudiera parecer reiterativo, pero el insistir en el éxito de la programación de Imaxinasons ante un público que fielmente acude a sus propuestas un año tras otro no es más que la constatación de una realidad. La de que es posible optar por otras formas de programar festivales, diferentes a lo que se acostumbra por estos lares, y que el resultado sea un éxito. Algo que en Vigo llevan demostrado año a año desde hace seis.