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DAVE HOLLAND QUINTET
29º Festival de Jazz San Juan Evangelista
“La belleza mágica del jazz en su valiosa diversidad”

  • Fecha: 29 de octubre de 2010.
  • Lugar: Colegio Mayor San Juan Evangelista (Madrid).
  • Componentes:
    Dave Holland: contrabajo.
    Chris Potter: saxos tenor y soprano.
    Robin Eubanks: trombón.
    Steve Nelson: vibráfono y marimba.
    Nate Smith: batería.

  • Comentario:

    Durante la Gran Depresión, tras el crack bursátil de 1929, y con el ánimo de encontrar algo positivo en sus vidas, gran parte del pueblo estadounidense se entregó en cuerpo y alma a las salas de fiestas, siempre equipadas con una banda de jazz en directo. La música les hacía vibrar, bailar, sentir y olvidarse de sus problemas, hasta el punto de justificar la experiencia vital en base a la experiencia artística. En los actuales tiempos de crisis, materialismo y frivolidad, eventos como el de anoche son los que hacen que la vida merezca la pena.

    Juzgando solamente de forma apriorística, el hecho de ver el San Juan Evangelista (el Johnny) a reventar, meses después de su presunto cierre, para disfrutar de un músico y de una banda que ya ha pisado este escenario en numerosas ocasiones, era todo un logro, una apuesta por los valores de la cultura, una sensación de comunidad, un halo de esperanza. Y lo mejor estaba por llegar.

    Dave Holland está a gusto en el Johnny. Él lo sabe, y el público, a quien observa sonriente, también. Su planta, mano derecha embutida en el bolsillo del pantalón, mano izquierda sujetando su contrabajo, transmite alegría y cierta sensación de presión convertida en compromiso. Tras el aplauso inicial, Holland cuenta la entrada al primer tema, y comienza la magia.



    Como ya ocurriera en 2008, dos nuevos originales abrieron el concierto. “Walking The Walk”, a medio tiempo, es un típico ejemplo de composición de esta banda, basado en una compleja célula métrica y con un sabor melódico ya escuchado anteriormente. Robin Eubanks, encargado de romper el hielo, abordó la primera de varias citas, sucedidas a lo largo de la noche, al coltraniano A Love Supreme. Steve Nelson le secundó con su frenético concepto melódico al vibráfono y más calmado a la marimba. “Shape Shifter”, de Chris Potter (y, curiosamente, en una simple métrica de cuatro por cuatro que, incluso, caminaba con swing), trajo consigo un nuevo solo de Steve Nelson, la primera intervención del líder haciendo uso extensivo de glissandos y (se hizo de rogar) una encendida y, a la vez, controlada improvisación de Chris Potter que dejó boquiabiertos a los presentes. El saxofonista ya había arrancado más aplausos que nadie en la ronda de presentaciones entre tema y tema, y no defraudó tras su aparición inicial. En sus solos Potter reclama la atención del oyente, utiliza abruptos cambios de octava y contrasta entre notas largas y rápidos torrentes, pero nunca abandona un contorno melódico definido y coherente. Por si fuera poco, tiene una gran influencia en Holland y Smith, llevándoles en volandas y haciéndoles suspender el pulso rítmico en el aire.

    Robin Eubanks, trombonista superdotado, abrió su propio “The Sum Of All Parts” sin acompañamiento. Perfecto de afinación, pletórico de fuerza y de ideas, sus compañeros fueron arropándole progresivamente. Primero Nate Smith, batería ideal para esta agrupación, flexible y contundente, capaz de dar sentido al problema rítmico más complejo. Después Chris Potter, enzarzándose con Eubanks en uno de sus ya típicos diálogos trombón-saxo tenor donde parecen pensar como una sola persona. Más tarde Holland, que afrontó un solo largo y bien trenzado, con pocos silencios, y biselado por un background tejido por los vientos y el vibráfono. “A Rio”, original de Holland dedicado a la brasileña Río de Janeiro, permitió afrontar un ligero cambio de personalidad en Chris Potter, esta vez al saxo soprano, donde se muestra más económico y contenido. Nelson citaba el “Salt Peanuts” de Dizzy Gillespie en la melodía final y Holland le respondía sonriendo.

     

    No obstante lo mejor estaba por llegar. La colaboración que Dave Holland ha mantenido en los últimos años con el guitarrista flamenco Pepe Habichuela (presente en el San Juan y para quien el contrabajista pidió un aplauso) se materializó en el CD Hands, pero ese no fue su único fruto. “Veil Of Tears” (ya grabada en 2007 con el Monterey Quartet), de aires flamencos y en curiosa amalgama métrica binaria-ternaria, tuvo como introducción un discurso a contrabajo solo donde Holland compaginó las funciones de cantaor y tocaor, con una técnica insultante y una capacidad creativa fuera de límites. Más allá de utilizar las escalas adecuadas o de querer hacer guiños a otras músicas, Holland habló flamenco por un rato, conteniendo la respiración del auditorio. Jaleado con “olés” al término de su intervención, demostró que el acomodo no existe para él, que lo que le mantiene vivo y vibrante es esa búsqueda constante propia de los mejores jazzmen.

    “Lucky Seven” cerró el concierto con prolongadas intervenciones de Eubanks y Potter. Nate Smith tuvo su momento de gloria en uno de esos solos expresivos y complejos a que nos tiene acostumbrados (utilizando un shaker además del kit de batería). “Easy Did It”, como es habitual, hizo de bis con otro solo colectivo in crescendo de los vientos. Podrían tocar en el Johnny todas las noches del año y siempre llenarían. Tras el concierto se comentaba por los pasillos, y sin ánimo de caer en la pedantería, que esta agrupación es, posiblemente, el mejor grupo de jazz de la pasada década. Absolutismos aparte, lo cierto es que la crisis se ve con más tranquilidad tras haber sido transportado a los cielos por Holland y sus muchachos.


    Texto © 2010 Arturo Mora Rioja
    Fotos © 2010 Sergio Cabanillas