Sebastián Chames, pianista de origen argentino, ha estudiado en Nueva York junto a Barry Harris, Rodney Kendrick, Fred Hersch y Bruce Barth, entre otros grandes músicos. En la Fundación Carlos de Amberes presentó las nuevas composiciones pertenecientes a su último trabajo que acaba de grabar junto con a Jeremy Pelt a la trompeta, Justin Robinson al saxo alto, Dawyne Burno al contrabajo y Willie Jones III a la batería. Sebastián Chames cuenta con un primer disco titulado Primera Toma aparecido en el 2008 en el sello New Mood Jazz en formato de cuarteto.
Tardamos poco apenas unos cuantos acordes para identificar a Sebastián Chames como un firme seguidor del neobop elegante, sencillo y fácilmente digerible incluso para un público poco avezado. La estructura de sus composiciones se basa en la alternancia en los solos y en la exposición, nudo y desenlace donde la interactuación de saxo alto y la trompeta marca el principio y final de dichas composiciones. Temas como “Reconstrucción”, “Seis Tabús”, “Alon”, “Remenber”, “Primero vino un vecino y luego la policía” o “Esperando a Simón”, todas pertenecientes a su último trabajo, formaron mayoritariamente el repertorio del concierto.
Sebastián Chames maneja con soltura las armonías que en ocasiones quiebra de forma original desde su teclado siendo el swing y la melodía componentes importantes de su grupo, al cual maneja de forma democrática y con libertad de movimientos.
El trompetista Jorge Vistel es su valor más firme, un instrumentista de brillante arrebato que sabe combinar con modulaciones swingeantes y virtuosas y que es capaz de alegrar cualquier interpretación. Excelente su intervención en “Remenber” con un sonido gruñón e intenso o en “Esperando a Simón” (dedicada al hijo de Sebastián Chames). En lo meramente anecdótico cabe señalar que Jorge Vistel no necesita mucho tiempo para conocer las partituras y que con apenas unos minutos entre intervención e intervención le bastan para poder demostrar lo buen músico que es.
En cuanto al combo en sí sonó bien ensamblado a pesar de algunos pequeños desajustes a la hora de tocar tal o cual tema. El resto de componentes del quinteto cumplieron con corrección la labor que se les presumía con dignidad y profesionalidad.
Recordar por último que de los dos pases que son costumbre en la fundación el segundo debió ser acortado en su repertorio por haber alcanzado la medianoche. En resumen jazz clásico para una noche calurosa bajo el palio estrellado de Madrid.
