DAVE DOUGLAS

FREAK IN 

Canciones

1. Freak In 3:47
2. Culver City Park 7:19
3. Black Rock Party 4:54
4. Hot Club of 13th Street 2:12
5. Eastern Parkway 5:36
6. November 5:41
7. Porto Alegre 5:57
8. The Great Schism 4:36
9. Wild Blue 2:59
10. Maya 6:51
11. Traveller There Is No Road 7:54
12. The Mystic Lamb 5:22

Músicos

Dave Douglas (trompeta, teclados y voz), Seamus Blake (saxos en 1, 3, 5 y 10), Chris Speed (saxo tenor y clarinete en 2, 6, 7, 8, 9 y 12), Jamie Saft (teclados, loops y programación), Craig Taborn (teclado Fender Rhodes en 7 y 12), Marc Ribot (guitarra eléctrica), Romero Lumambo (guitarra acústica en 2), Brad Jones (bajo eléctrico y acústico), Joey Baron (batería), Michael Sarin (batería en 7 y 12), Ikue Mori (percusión electrónica) y Karsh Kale (tabla y percusión en 1).

Grabado en Nueva York, entre julio y septiembre de 2002.
(Bluebird/BMG 09026 64008 2)

Comentario

Parece que Douglas sigue con su revisionismo milesdavisiano: si con The Infinite dio un repaso a la época de Filles de Kilimanjaro e In A Silent Way (1968-69) ahora ha dado un saltito en el tiempo y se adentra en el período años setenta, con algunas referencias a los ochenta (You’re Under Arrest).

Freak In tiene dos partes marcadamente diferenciadas: una primera muy interesante y una segunda para olvidar. Y es curioso porque ambas utilizan los mismos ingredientes: ritmos energéticos, apetitosos ambientes ensoñadores, sabrosas melodías entrecruzadas, ricas armonías, texturas y combinaciones sorprendentes... Pero si los primeros cinco temas conforman un potaje enjundioso, los siete siguientes asemejan un plato de nouvelle cuisine en el que una presentación atractiva –con esa ramita de perejil y ese chorrito de salsa que parece un trazo de Jackson Pollock- no se ve acompañada por el sabor.

Así, siguiendo las pautas marcadas por Miles en discos como Get Up With It, Jack Johnson o Big Fun, Douglas aporta sus intrincadas melodías, mete percusión india (con tabla) y retazos electrónicos que, aunque son poco más que cosméticos, resultan agradables y, como suele ser habitual en él, multitud de citas y referencias, muchas de ellas de Miles Davis, como ocurriera en The Infinite.

Pero, por desgracia, a partir del sexto tema, el disco se diluye cual pequeño azucarillo en vespertino café. "November", que así se titula la cosa, es una balada compuesta por Douglas pero que recuerda bastante a "Time After Time" (mismo ambiente, esa sordina...), aunque con la salsa actualizada por un bristoliano fondo triphopero. Estamos en los terrenos de lo blandengue, lo almibarado, el sirope y el merengue (¡Forza Atleti!). La siguiente porción musical –que, pese a su título, "Porto Alegre", es de un nostálgico subido- es un tema atmosférico, muy a lo "In a Silent Way", pero que no va a ningún lado (no llega a puerto, jaja). Y lo mismo se puede decir del "corte" 10, "Maya". Si el mejunje recobra consistencia con los temas 8 y 11 (éste último puro Weather Report), tan sólo se debe a que el ritmo es más vivo. El 9, "Wild Blue", es una breve pieza dominada por un recitado incomprensible (¿Por qué, para qué distorsiona tanto la voz, como hizo con Tom Waits –"La Voz"- en "Witness"?). El disco termina (mal) con "The Mystic Lamb" un tema oculto (¿por qué incluir temas ocultos, si ya están más visto que Aznar?) que debería haber quedado totalmente oculto.

Diego "Arguiñano" Sánchez-Cascado