EYVIND KANG

The story of Iceland

Tzadik 7059

  • Circle of Fair Karma 1:48 

  • Circle of Fair Karma 15:07 

  • Sweetness of Candy 3:06 

  • Hour of Fair Karma 4:32 

  • Hour of Fair Karma 6:07 

  • 10:10 (The Beloved One) 10:12 

  • Ayanamsha 2:12 

Músicos

Eyvind Kang, Courtney Agguire, Keith Lowe, Bar McKinnon, Jessica Lurie, Leslie Dalaba, Phil White, Evan Schiller, Kala Ramnath, Bill Frisell, Timothy Young, Tucker Martine, Leila Clarke, Loss Angela, Paul Moore, Nancy Scranton.

Comentario:

Eyvind Kang es una de las personalidades más herméticas del underground norteamericano actual, pero si hay algo que verdaderamente defina su trayectoria es la paradoja. Kang imita sin tapujos e incorpora a su lenguaje musical estilos tan dispares como la música medieval, el reggae, el rock, la bossanova o la tradición oriental. Pero, curiosamente, el entramado temático de sus composiciones ofrece una cohesión inusual. Dicho de otra manera, tanto "The Story of Iceland" como sus dos trabajos anteriores para Tzadik, "7 Nades" y "Theatre of Mineral Nades" constituyen un personalísimo universo en el que todos sus elementos mantienen órbitas a menudo opuestas, pero siempre compatibles. Kang emplea materiales de residuo a los que consigue dotar de un carácter cien por cien contemporáneo y, a pesar de que su propio estatus limita sus recursos, sus trabajos poseen un carácter de dimensiones épicas. "The Story of Iceland" también lo es y –de nuevo la paradoja- se sirve de la repetición minimalista, de una partitura reducida a su común denominador para tejer una minisuite en cinco secciones con elevadas dosis de teatralidad, la sencillez al servicio del gesto dramático. Con un pequeño grupo de vientos, cuerda y percusión, el compositor esboza un paisaje melódico a medio camino entre la épica contemplativa de Arvo Pärt y cierta candidez oriental.

Como epílogos a lo que supone el núcleo del álbum, "10:10 (The Beloved One)" es un chocante encuentro con la psicodelia de Bowie que busca –y encuentra- la intensidad por medio de la reiteración de una única estrofa que exprime hasta la extenuación, mientras que "Ayanamsha" es una sencilla y breve pieza para gamelan.

No deja de sorprender que una música tan cálida y envolvente pretenda ser un retrato de las tierras islandesas, lo cual parece un indicio de la capacidad de Eyvind Kang para desmoronar ideas preconcebidas. Un músico minoritario cuya accesibilidad y talento deberían apuntar precisamente a lo contrario. Lo dicho, una paradoja.

Efrén del Valle