ENTREVISTA CON OAM TRIO

Entrevista OAM Trio (Aaron Goldberg, Omer Avital, Marc Miralta) por Arturo Mora Rioja
Calle 54 Club – Madrid, 2 de Abril de 2004, 21:30 h.


OAM Trio + Mark Turner
Festival de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid, 27/04/2003

I. El trío (21’40”)

Arturo: Me gustaría empezar hablando sobre vuestros backgrounds musicales: cómo descubrísteis la música, cómo empezásteis a tocar jazz, etc.

Aaron: En mi casa tenían un piano cuando yo era muy pequeño, y empecé a recibir clases de piano. En el instituto (high school) descubrí el jazz. Estudié con un bajista, que fue mi mayor influencia en esos momentos. Tras dos años con él me tomé más en serio la música y fui a la New School en Nueva York en 1991. Allí conocí a Omer. Después me mudé a Boston, aunque seguí en contacto con Omer y el resto de compañeros de la New School. Entonces fui consiguiendo más y más conciertos y oportunidades gradualmente, un poco más cada año.

Omer: Soy de Israel, y empecé tocando guitarra clásica cuando tenía 10 años, después guitarra eléctrica y bajo eléctrico. Estudié en la High School for the Arts en Tel-Aviv. Fui metiéndome en el jazz, y con 17 años pasé a tocar el contrabajo. Por esa época vine a Nueva York y conocí a Aaron en la New School. Desde el 94 toco mucho en Small’s, un club de Nueva York.

Marc: Yo empecé a tocar la batería más o menos a los 7-8 años. Mi padre compró una batería para él, era su sueño, y la acabé tocando yo. Con 11 años tuve mi primer profesor y con 13 fui a la escuela Zeleste de Barcelona. Entonces entré en el conservatorio, estudié percusión clásica durante 5 años, 2 cursos de piano clásico, toqué con algunas orquestas sinfónicas (Joven Orquesta Europea del Mercado Común), y después fui al Taller de Músics, donde fui estudiante un año y profesor de batería el siguiente (1986). Creo que tenía 17 años. En España he tocado con todo el mundo: Tete Montoliú, Zé Eduardo, Perico Sambeat, Lluis Vidal, con todos. En 1990 me fui a vivir a Boston, donde estudié vibráfono, que era mi primer instrumento en esa época (la gente no lo sabe). Toqué mucho la batería con Aaron y con el resto de músicos que había por allí: Kurt Rosenwinkel, Joshua Redman, Seamus Blake, Chris Cheek, Chris Higgins, ... En enero del 93 me mudé a Nueva York, donde conocí a Omer. Estuve allí hasta el 97 o 98.

Arturo: Cuando estudiaste vibráfono en Boston, ¿lo hiciste con Gary Burton?

Marc: Gary enseñaba como una vez al mes. Yo tenía otro profesor, pero Gary venía de vez en cuando.

Arturo: ¿Impartía una especie de master classes?

Marc: No, elegía unos pocos estudiantes y les enseñaba de vez en cuando.

Arturo: Muy bien, comentadme vuestra sensación sobre este trío, ¿cómo describiríais vuestra música?

Aaron: El grupo va sobre Omer y su elección de camisas, barba y pelo largo (risas. Omer lleva, efectivamente, barba, pelo largo y una camisa de vivos colores). De ahí viene la mayor parte de nuestra dirección musical.

Omer: Es cierto, en cada gira a medida que mi pelo crece las canciones también se van alargando.

Aaron: En cierto modo hay algo cierto sobre esta idea del grupo, como que todo es muy orgánico, y el camino musical del grupo refleja nuestro estado de ánimo y nuestra interacción en una noche concreta. Realmente no sabemos lo que va a pasar. A veces tomamos muchos riesgos y a veces cometemos muchos errores, pero a veces tenemos grandes momentos. Aquí hay posiblemente más interacción que en cualquier otro grupo en que yo haya tocado. Es el apogeo y la caída.

Arturo: ¿Ocurre esto también cuando váis a grabar al estudio? ¿Escribís todos los arreglos o dejáis las cosas fluir?

Marc: ¡Fluir! (Flow), ese es nombre de nuestro segundo disco.

Aaron: ...e incluso ocurrió en el primero. Entramos al estudio sin siquiera saber qué íbamos a tocar, o qué íbamos a grabar.

Marc: Este trío es un auténtico trío, no es un músico o dos, es realmente tres personas.

Aaron: Hay tres papeles, una continua combinación de liderazgo y acompañamiento.

Arturo: Es un grupo cooperativo.

Marc: Musicalmente y también en cualquier otro aspecto.

Omer: Pero Marc se lleva todo el dinero (risas).

Aaron: Y Omer se bebe todo el vino...

Marc: ...y Aaron se lleva todas las chicas (más risas).

Arturo: ¿Qué otros tríos os han influido como trío?

Aaron: Ninguno y todos.

Marc: Lo único que seguimos es nuestros instintos y nuestros conceptos musicales.

Aaron: Lo interesante es que no tenemos ni idea de cómo vamos a sonar. Nuestras influencias son nuestras experiencias musicales, con otros grupos, con nuestros propios grupos, tocando como acompañantes, distintas experiencias con líderes distintos, más lo que obtenemos de los países de los que provenimos: América, Israel, España. Todos esos elementos vinieron de una vez y crearon el sonido del trío. Nunca decimos: “queremos sonar como este trío o como este otro”. Tan sólo ocurre.

Arturo: ¿Creéis que juntar a tres personas de tres países diferentes tiene mucho que ver con el éxito del sonido del trío?

Marc: Sí, cada uno de nosotros tiene bagajes distintos. Obviamente la influencia de la música árabe en Omer, yo toco flamenco, toco tablas y cajón con el grupo, ...

Omer: ...y Aaron es el músico de jazz.

Marc: Tiene amigos negros.

Omer: Toca a Aaron Copland y eso...

Aaron: ...e himnos patrióticos de George Bush, baloncesto, ... (risas)

Arturo: Marc, ¿cómo fue lo de estudiar instrumentos de percusión hindú?

Marc: Lo aprendí en Nueva York. Empecé a tocar con un grupo de flamenco, con la bailaora Laconja. Ahora voy en Junio con mi grupo a Estados Unidos y ella va a bailar. Me llamó y me dijo que si sabía tocar tablas, que es un instrumento que siempre quise tocar, así que tomé clases con un profesor y empecé a tocar tablas. Pero nunca toqué con ella, porque aprender lleva un tiempo.

Aaron: Cuando volví a encontrarme con Marc en Nueva York no tocaba batería, sólo tablas.

Marc: Cierto.

Arturo: El uso de todos esos elementos: instrumentos exóticos, escalas del Este, ... ¿creéis que tan sólo es un buen recurso o que realmente se trata de un camino a seguir?

Omer: Bueno, Coltrane, McLaughlin y otros ya usaban música del Este, africana, hindú y de Oriente Medio. Desde entonces todo eso ha sido parte de la música. Esos tíos sentaron precedente. Creo que lo que pasa ahora es que uno se sale del jazz y se mete en la influencia. En vez de incorporar esas influencias al jazz es el jazz el que va a otros lugares. Pero es definitivamente un camino a seguir.

Arturo: ¿Y qué hay sobre vuestro camino? ¿Tenéis alguna idea de qué haréis próximamente?

Aaron: La respuesta es no, pero hemos trabajado en algo distinto con Mark Turner, algo con influencia brasileña, aunque no sabemos si seguiremos con ello.

Marc: No sabemos. Cada vez que nos juntamos, dependiendo de nuestro momento musical, algo pasa.

Aaron: Como vivimos en países diferentes, cuando nos juntamos a lo mejor hemos estado 6 meses sin vernos, así que tenemos 6 meses de experiencias completamente distintas, y a lo mejor Marc ha estado 6 meses tocando en un grupo de flamenco, y Omer ha estado tocando música orquestal, y yo he tocado con Joshua Redman, o con cualquiera, y entonces venimos con nuestras distintas experiencias, y añadimos todos esos elementos a la mezcla.


Marc Miralta
Festival de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid, 27/04/2003

II. Enseñanza musical (20’04”)

Arturo: Váis a impartir clases en el Seminario de Música de Zaráuz este verano. ¿Os gusta enseñar? ¿Qué hay sobre vuestra experiencia docente?

Omer:
Yo trabajo como profesor de la Universidad de Jerusalén desde hace 3 años, y la verdad es que, incluso con todos los problemas que conlleva, me gusta.

Aaron: Pero tú sólo enseñas a judíos (risas).

Omer: También tengo estudiantes palestinos (risas). A mucha gente no le gusta enseñar, pero para mí el tema es la posibilidad de ayudar a otra persona. Es posible enseñar a alguien cómo ser mejor, así que es algo grande, ¿sabes? Es muy bonito dar lo que conoces. Tocar es emocionante, pero yo no aprendo cosas todos los días. Voy creciendo, y ver a gente joven que no sabe y a los que puedes mostrar tus estándares es genial. Es un trabajo muy exigente, conduzco durante una hora desde Jerusalén a Tel-Aviv para enseñar a 8 estudiantes, y entonces vuelvo a Jerusalén y acabo destrozado, pero a veces me siento muy orgulloso de mis alumnos.

Marc: Sí, estamos encantados.

Aaron: Creo que la mayoría del trabajo de enseñar para mí consiste en llevarme por el buen camino, no por el malo. Nunca recibí mucha información específica de mis profesores. Era más: “no te pierdas en este camino”. Así que cuando enseño lo mejor para mí y para mis alumnos es eliminar sus conceptos erróneos, apartarles de los caminos erróneos que cogen. Cuando enseño nunca digo: tienes que hacer esto, no tienes que hacer esto otro. Es mejor decir: bueno, deberías apartarte de esto, no ir por allí, porque eso te llevará al camino erróneo.

Arturo: Hace dos años asistí a un seminario impartido por Barry Harris. Contó que había sido invitado a otro seminario en Australia y tenía ganas de escuchar a pianistas australianos, pero que quedó decepcionado porque sonaban igual que todos los pianistas jóvenes de Holanda, de Nueva York, de cualquier sitio, que todos sonaban igual. Esto lo comentaba como crítica al siempre controvertido tema del estilo de enseñanza Berklee. ¿Qué pensáis sobre ello?

Omer: Mis primeras experiencias estudiando jazz fueron en los 80, ya sabes, todo el tema de la fusión, y Berklee es muy buena en eso, así que todo el mundo iba a Berklee, pero no era mi tema. Para mí Berklee fue sólo el primer encuentro. Me ayudó, pero no me despejó el camino.

En cierto modo Berklee es una forma comercial de enseñar, lo cuál tampoco me parece mal, pero el jazz fue creado por gente que no eran académicos. Por el contrario estaban fuera de la raíz principal. Si coges la música de Charlie Parker y la escribes en escalas y acordes y todo eso, pues se hace más fácil, pero la música no vino de allí, así que es como estudiar música clásica para estudiar a Charlie Parker. Es mejor estudiar lo que él estudió, en vez de estudiar fórmulas que fueron construidas años más tarde para facilitar las cosas. Por otro lado no es malo tener un papel desde el que enseñar jazz. No es negativo, pero no es exacto.

Aaron: Berklee es una forma metódica de enseñar jazz que lo descompone en sus elementos técnicos y teóricos, los presenta de una vez, te dice: practica esto hoy, practica esto otro mañana, ... y sonarás bien. No funciona así. Y además nunca funcionó así. Pero no creo que Berklee sea responsable del hecho de que la gente suene igual. Si realmente piensas en la gente que fue a Berklee: Joe Lovano, Michael Brecker, Branford Marsalis, Chris Cheek, Seamus Blake, Kurt Rosenwinkel, Pat Metheny, John Scofield, Kenny Kirkland, Mulgrew Miller, Antonio Hart, Roy Hargrove, Gary Burton, Peter Erskine, Avishai Cohen, ... ¿Suenan igual? ¿Cuánta gente de tanto nivel fue a Berklee? Y todos suenan distintos. Y vale, vamos a ver el contraste con el ejemplo de Barry Harris: muchos de sus alumnos realmente suenan igual, porque estudiaron la misma información que él les da. Barry Harris es otro Berklee, tan sólo es “el método Barry Harris”. Método Berklee – Método Barry Harris. Pero ninguno de ellos es el camino hacia sonar bien. Realmente creo que Barry Harris es mucho mejor profesor que cualquiera de los profesores de Berklee, pero ir a una clase impartida por Barry Harris no te va a inspirar. Y 4 años en Berklee no te van a hacer un gran músico de jazz innovador, te ayudará en forma similar a Barry Harris.

Omer: Berklee te ayuda a conocer gente.

Aaron: Sí, tocas con mucha gente, tocas en jam-sessions, das conciertos.

Marc: Las escuelas descomponen la información, te la ponen en papel. Hoy cualquiera puede conseguir la música en papel, pero eso no significa que vayas a llegar a ser un gran músico.

Omer: Algo interesante (quizás un poco alejado del tema): las escuelas de música clásica son muy buenas, y son un sistema que ha funcionado durante muchísimo tiempo, cientos de años. La gente estudia contrapunto, la gente estudia armonía en el conservatorio. Pero así es la música clásica. Todo el mundo lo hizo así, Debussy fue al conservatorio, es lo que la gente hacía en ese entorno, pero en jazz nunca fue así. Se originó fuera de todo eso. Debes descubrir los secretos por ti mismo.

Aaron: Hay gente que va a Berklee tan sólo para conseguir el título. La mayoría de la gente va a la universidad porque sus padres les han mandado a por un título, aunque no estudien.

Marc: Para mí Berklee fue una excusa: para que me fuera más fácil comenzar en un país extranjero. Me daba igual ir a Berklee, pero fue más fácil para mí aprender la cultura, la lengua. La prueba es que cuando llegué ya estaba tocando, hice un examen de nivel y los profesores me pusieron en el nivel más alto, y yo decía: no vine aquí para ser el mejor, vine aquí para ser el peor. Por eso cambié la batería por el vibráfono, porque quería aprender, porque no quería ser el mejor, sino el peor.

Aaron: ...y triunfó, ahora es el peor (risas).

Marc: Lo mejor es que estaba todo el día tocando con gente. La información ayuda, pero lo mejor es poder estar desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la noche tocando, haciendo jam sessions. Nos juntábamos con Antonio Hart y nos poníamos en una habitación de batería.

Aaron: Las escuelas pueden perpetuar el mito de que si te gradúas serás bueno.

Omer: La música es diferente de otros estudios, como médico u otros. Tú no te conviertes en músico por estudiar. Hay gente que tiene 3 títulos y no son músicos.


Aaron Goldberg
Festival de Jazz de la Universidad Politécnica de Madrid, 27/04/2003


III. Jazz en España, Israel, Europa, tocar con estrellas del jazz (33’04”)

Arturo: Muy bien, cambiando de tema: El jazz en España: su estado actual (Marc suspira). Todo el mundo habla sobre que no hay lugares donde tocar, la gente no va a conciertos, la Plataforma Nuestro Jazz está quejándose, ... ¿Qué creéis sobre ello?

Marc: Estoy en contra de quejarse.

Aaron: Nos quejamos de los que se quejan.

Marc: Siempre hay algo de qué quejarse, y siempre hay algo con lo que estar contento. Por supuesto hay cosas que podrían cambiarse, y cosas que podrían estar mejor, pero también hay cosas que podrían estar peor. Para mí es algo como: si el tema está muy bien es porque está muerto, ¿sabes?

Aaron: Nunca te das cuenta si era bueno hasta después.

Omer: Exactamente.

Marc: Podría ser mejor y podría ser peor. Algunas cosas están mucho mejor aquí que en Estados Unidos, y otras cosas están peor.

Omer: Tengo que decir que hay una muy buena escena en España, francamente impresionante. Quiero decir, hay sellos, hay gente que toca en Barcelona, en Madrid, ...está muy bien. Hay clubes. Gente que toca por todo el mundo comparte la idea de que hay música aquí, ¿sabes a lo que me refiero?

Aaron: Clubes y festivales... La gente también se queja en Nueva York. Un club cierra y la gente se queja, pero entonces abren otros dos clubes. En los 7 ú 8 años que llevo en Nueva York he sido testigo de cómo la gente entra en pánico, pero luego todo se regenera.

Marc: Cuando sales fuera te das cuenta de que hay cosas increíbles que tenemos aquí. Es evidente que hay muchas cosas que tenemos que mejorar, que se pueden mejorar, pero hay otras que son muy buenas también. Yo vivo sólo tocando jazz.

Arturo: ¿No piensas que hay un poco de vicio de algunos músicos de jazz españoles que hacen giras o discos con gente comercial? ¿Que quizá es más sencillo para ellos tocar con esos grupos comerciales y hacer dinero que trabajar por una carrera plenamente jazzística?

Omer: La carrera jazzística también se hace por dinero, pero el jazz no es un gran negocio, a no ser que seas uno de los famosos que se llevan casi todo. Pero yo no creo que esos músicos de los que hablas toquen música comercial por dinero, creo que tocan con quien tocan porque les gusta la música. Les gusta ver a cientos de personas bailando, y ser tratados de otra forma. Es una pregunda profunda, no se trata sólo de un tema financiero. Tratar con el mundo del jazz, con los negocios del jazz es también muy agotador. Cuando no te salen las cosas, y aún piensas que eres bastante bueno, es un tema muy limitante.

Marc: Sí, pero en este país puedes hacerte una vida agradable. Yo lo conseguí. En otros países puedes ser incluso el mejor y no llegar. Por supuesto a veces piensas que te has dejado la piel y mereces más, pero...

Omer: En España hay mucho más respeto por la música que en otros países.

Marc: ...no es fácil hacerlo, y realmente tienes que amar mucho el jazz, tienes que estar un poco loco, porque a veces es durísimo. Te tiras toda la puta vida tocando y hay meses en que no puedes pagar el alquiler, o lo que sea.

Pero yo intento no tirar mi tiempo quejándome, se trata de una elección personal, porque creo que se gasta un montón de energía quejándose, que se podría usar en cambiar el tema, aunque tan sólo sea practicando, porque si practico más conseguiré mejores conciertos, o lo que sea.

Aunque por supuesto, hay veces que me quejo.

Arturo: ¿Y qué hay acerca de la escena jazzística en Israel?

Omer: La escena es aún más pequeña que el increíble núcleo de músicos con talento que salen de allí. Hay un nivel increíblemente grande. La gente sabe tocar, y hay un sentimiento local que es muy bonito, muy groovy, la sensación de que algo está pasando. Pero la infraestructura del jazz en Israel casi no existe. Hay unos pocos festivales con sólamente un artista extranjero, gente de la que nunca has oído hablar. No hay clubes, actualmente sólo hay uno. Yo hago giras con la ayuda de un amigo promotor y es divertido, pero no hay escena. La gente joven se junta y tocan entre ellos, pero la escena no es más que un grupo de músicos tocando entre ellos y preparándose para ir a Nueva York y tocar con más gente. Este es un ejemplo claro de no hacer dinero con el jazz, a no ser que dés clases o toques otros estilos. Y además no apetece tocar jazz en Israel, porque la atmósfera no es la adecuada, si te gusta mucho lo haces, pero no hay buenas vibraciones.

Arturo: Quiero hablar sobre el jazz europeo. Jazz con raíces europeas interpretado por suecos, alemanes, etc. ¿Creéis realmente que se puede hablar en cierto modo de un movimiento de Jazz Europeo?

Aaron: Creo que cuanta más gente toque, escuche y aprecie el jazz, pues mejor para todos. Si hay grandes músicos tocando en países europeos, me alegro. Y mejor aún si tocan en un estilo que además es propio. Es bonito y es una evolución mental, ya que saben incluir su propia cultura en este tipo de música. Pero hablar sobre “Jazz Europeo”, .... ¿hasta qué punto está unificado? ¿Tiene sentido hablar de Unión Europea? ¿Qué tiene que ver el jazz escandinavo con el español? Habrá gente a quien le guste Marc y el flamenco jazz, pero hay otro tipo de jazz español que es diferente, o habrá gente en Noruega haciendo lo que quieren llamar Jazz Noruego, o...

Arturo: Algo como comparar a Jan Garbarek con Chano Domínguez, por ejemplo.

Aaron: Esa comparación es muy fácil, sabemos que Jan Garbarek y Chano Domínguez no tienen mucho que ver en términos de jazz europeo, pero incluso dentro de Noruega, ¿suena Jan Garbarek como otros noruegos? ¿Quién posee la definición de jazz noruego, o la de jazz español? ¿Quién es el estándar? O incluso, ¿qué es jazz americano? ¿Es Michael Brecker, o Roy Hargrove, o Cecil Taylor?

Marc: Cuando le pones nombre a la música te la cargas.

Omer: Tengo algo que decir: siempre ha habido jazz europeo, durante muchos años. Y otro tema es que hay enormes innovadores no americanos, la mayoría de ellos europeos. Así que no creo que ahora el tema sea distinto. A lo mejor ahora es más sonado, ya que el mundo ahora es algo más pequeño, así que hay mayor posibilidad de que surja un genio de la innovación sin que esté necesariamente en América.

Arturo: Esta es para Marc. Tuve la suerte de estar en Vitoria el año pasado cuando Pat Metheny tocó con algunos músicos españoles, entre los que estabas. ¿Qué me puedes decir de aquéllo?

Marc: Fue genial tocar con Metheny, ya había tocado con él en el Berklee Performance Center en 1991 con Gary Burton, Seamus Blake, Víctor Merlo, ... y es un gran tipo, un músico increíble, y en Vitoria estuvo enorme, un músico súper fuerte, era... Metheny.

Arturo: ¿Cómo te encontraste acompañándole? ¿Cómo fue la interacción al tocar juntos?

Marc: No pensé, sólo toqué, y tuve mucha diversión. Él también, me miraba y sonreía y me divertí muchísimo, como cada vez que subo a un escenario.

Aaron: Creo que cuando todos nosotros tocamos con grandes artistas no hay demasiada diferencia a cuando tocamos con cualquier otro. Provees sonido y respondes al sonido.

Marc: Sí, tocando con estos chicos me siendo mucho más unido que tocando con Pat Metheny una sóla noche. Por supuesto es un músico increíble y me encantó tocar con él, pero también me encanta tocar con estos chicos, como un grupo. He tocado con ellos cientos de veces durante muchos años, así que me encuentro más como en casa. Esa noche fue increíble, había miles de personas, fue inspirador y todo eso, pero hay noches que salgo del escenario tan contento cuando toco con este trío, que esto es lo que realmente quiero. Cada experiencia es diferente. Pat Metheny es grande, pero sin ellos no podría haber tocado con Pat Metheny.

Aaron: Sólo tocamos con él porque ha tocado con Pat Metheny (risas).

Omer: Una vez preguntaron a Elvin Jones cómo se sentía tocando ese rollo espiritual con Coltrane, y el dijo: “me encanta la sensación de tocar en bandas de marcha”. Ahí está el tema.

Por otro lado es emocionante tocar con alguien que tocó con alguien que tocó con... Es como ser parte de la familia.

Aaron: Es como estar conectado a la historia del arte.

Marc: También creo que lo importante sobre la música para los músicos es tocarla, no hablar de ella. Para otra gente que está alrededor sí es hablar sobre ello: este tocó con fulanito, que tocó con... Pero para mí es más: de acuerdo, toqué con Pat Metheny, pero eso fue en verano. No puedo vivir toda mi vida pensando que toqué con Pat Metheny. ¿Qué voy a hacer hoy? Quiero tocar con estos chicos. Cada día tienes que tocar con alguien que te inspire, así que es como: Toqué con Pat Metheny, ¿y qué? Mi vida es algo diario.

Omer: Es como John Patitucci. Todo el mundo habla sobre la Elektric Band, pero a mí me interesa lo que hace ahora. Lo que al músico le importa son los años de práctica para conseguir esos momentos en los que nos fusionamos, en los que somos uno. Es algo que no se puede explicar.

Arturo: ¿Creéis entonces que los críticos de jazz han hecho daño al jazz creando todos esos mitos de que este músico tocó con este otro, etc.?

Marc: Sí, a veces te llama una compañía de discos y te dice: Marc, quiero que hagas un disco y quiero que toques con Keith Jarrett, Gary Peacock y Wayne Shorter. Vale, pero no conozco a esa gente, así que ¿qué voy a hacer? Iré al estudio y tocaré. Igual todo es mágico, pero igual no.

Arturo: Grabaciones de all-stars en las que la suma de las partes es menor que los individuos.

Omer: A veces tu sello contrata a alguien de gran talento, y eso está muy bien. Pero es muy significativo estar con tu gente, a tu nivel.

© Arturo Mora Rioja, Tomajazz, 2004
   
   
© 2009 Tomajazz