GERARDO NÚÑEZ TRÍO CON PERICO SAMBEAT
Festival de Jazz de Granada 2005

  • Fecha: 4 de Noviembre de 2005.
  • Lugar: Teatro Isabel La Católica (Granada)
  • Componentes:
    Gerardo Núñez - Guitarra.
    Pablo Martín - Contrabajo.
    Ángel González - “Cepillo” Cajón.
    Perico Sambeat - Saxos.

    Invitados:
    Jesús Méndez - Cante.
    Carmen Cortés - Baile.

Gerardo Núñez, Carmen Cortés y Perico Sambeat

  • Comentario: Arrancaba el prometedor XXVI Festival Internacional de Jazz de Granada con una de las propuestas más interesantes de fusión entre flamenco y jazz que hay en la actualidad: el proyecto “cruce de caminos”, de Gerardo Núñez junto a Perico Sambeat. Quizás sea ésta una de las mejores formas de comenzar un festival de jazz en la capital granadina, puesto que la enraizada cultura del flamenco imperante en la ciudad se une al interés que, felizmente, existe por el jazz (la excelente labor desempeñada por la Oficina Técnica de los Festivales de Jazz de Granada debe de tener mucho de culpa en esto…). De manera que este proyecto “cruce de caminos”, y la presentación del disco de Gerardo Núñez “Andando el tiempo”, parecían idóneos para abrir esta vigésimo sexta edición del festival.

    Con el aforo completo y con diez minutos para que el respetable terminase de amoldarse a sus butacas, apareció Gerardo Núñez a escena. Situado en el centro del escenario, iluminado sólo su espacio, comenzó con un hipnótico tema a guitarra sola, añadiendo texturas musicales poco a poco, alrededor de diez minutos durante los cuales, y envueltos del ritmo frenético pero contenido de la guitarra, aparecieron en escena el Cepillo y Pablo Martín, uniendo sus respectivos instrumentos y aportando intensidad conforme avanzaba el tiempo. Gerardo aprovecha el apoyo de su acompañamiento para realizar una magnífica “improvisación flamenca”: uno de esos detalles de gran músico que te demuestra que no todo está inventado, porque cada artista es capaz, con su personal visión, de añadir los matices que lo diferencian del resto.

    Tras este gran comienzo, Gerardo llama a escena a Perico Sambeat, y además, y para sorpresa del respetable, convoca a su amiga y compañera, Carmen Cortés, bailaora barcelonesa, y al joven cantaor gaditano de 20 años Jesús Méndez, los cuales no aparecían en el programa del Festival. Como era de esperar, son recibidos con una gran ovación por parte del público. Bailaora y cantaor debían estar en Madrid para realizar una actuación al día siguiente, pero habían decidido realizar el esfuerzo de estar a tiempo para la inauguración del Festival de Granada y nosotros se lo agradecimos…Porque el espectáculo que nos ofrecieron fue de la más alta calidad.

    Ya con la formación al completo, interpretan una soleá por bulerías de corte inicialmente intimista, con breves aportaciones de Perico, y en la que Pablo Martín alterna en su contrabajo dedos y arco. Gerardo se funde con su guitarra, gigante… Las palmas de Carmen, Jesús y Perico invitan a la guitarra de Gerardo a intensificar el ritmo, y para cuando aparece el solo de contrabajo, éste ya es frenético. Los primeros vítores del público aparecen justo antes del solo de Perico, que se limita a continuar los mismos patrones utilizados por el contrabajo de Martín, por medio del saxo soprano. Flamenco y jazz son primos hermanos. Posteriormente, Carmen Cortés salta de su silla al escenario, y con ella, el duende: El espectro musical enzarzado en una misma lucha que anima a la Cortés a realizar un espléndido ejercicio de taconeo, levantando al respetable de sus butacas de puro goce.

    Jesús Méndez y Carmen Cortés se retiran del escenario y Gerardo comienza solo su tema “Trafalgar”. Se establece un diálogo musical entre los cálidos fraseos de la guitarra y el arco del contrabajo, el cual entona melodías semejantes al sonido de los barcos cuando zarpan, de las gaviotas cuando vuelan… Puro Cádiz de un jerezano que mira hacia sus raíces, como es Gerardo Núñez. El Cepillo y su cajón se unen al tema y da una magistral lección sobre la forma de extraer infinidad de sonidos a este, a simple vista, austero instrumento. Marcando el ritmo con las manos y utilizando en ocasiones el tacón de su pie derecho para conseguir que el sonido del cajón se torne sordo, soltándolo otra vez para que siga sonando metálico... Los aires flamencos son sólo la excusa para que los grandes músicos que están en el escenario desarrollen su inmenso potencial creativo. Perico se une al trío y aporta a los pasajes de flamenco puro las notas disonantes menos ortodoxas, que casan a la perfección con el sencillo ritmo marcado por la guitarra. Excepcional pasaje musical, de esos en los que se aprietan los carrillos y se guiñan los ojos, justo antes de explotar el aplauso.

    La aparición en escenario de Carmen Cortés y Jesús Méndez supone un punto de inflexión en el espectáculo. Pablo Martín vuelve a imitar el sonido de las gaviotas mientras Carmen se transforma con la danza como medio. Surge la voz de Jesús Núñez…El teatro se hechiza del embrujo de la bailaora. Gerardo, Perico y compañía la empujan con alevosía y la luz se hace en el escenario en un final apoteósico. Sin duda, el solo más logrado de un Perico contenido en exceso, hasta el momento. Ya no volvería el saxofonista a alcanzar esos niveles en todo lo que restaba de concierto.

    Quedaron solos en escena el Cepillo y Pablo Martín y el percusionista volvió a realizar una exhibición de percusión, y el contrabajo se unió dando muestras de una perfecta comunión entre ambos instrumentistas. Animado, el Cepillo dio un salto de su cajón y se fue corriendo a tocar directamente en el cuerpo del contrabajo, éste sin parar de tocar… Espectacular.

    Y mira que Perico tuvo la ocasión de redondear, porque inmediatamente después quedaron solos en el escenario el cantaor y el saxofonista, pero la voz de su instrumento no tuvo el calado comparable a la del cantaor. Se acercaron al público y Jesús, sin micrófonos de por medio, cantó dos martinetes que me hizo lamentar que Coltrane no hubiese conocido este palo flamenco… Le habría encantado. Perico hacía sonar su instrumento como lamentos generados por duquelas, y el negro cantándole a los blues y el gitano en la fragua se daban la mano otra vez.

    Carmen saltó de nuevo al escenario, ahora con un vestido rojo intenso (era el tercero de la noche) y con ella el conjunto, que se arranca con otra soleá por bulerías que la bailaora se encarga de hacer gloriosa con su arte, y la bulería posterior, dedicada por Gerardo Núñez a todos los aficionados al flamenco y al jazz de Granada, se torna frenética en el punto en el que los artistas animan y gritan a Perico para que se lanze en su solo a la aventura del “jazz por bulerías”, Carmen Cortés taconeando a un ritmo exageradamente rápido, casi lanzándose sobre Perico cuando ésta termina por sentarse…Y Jesús Méndez salta al escenario a cantar, de nuevo sin micros, bailando también y el público aplaudiendo la potencia de la voz de este joven de 20 años, y cerrando el tema y la velada.

    Un aclamadísimo bis y unos músicos que estaban deseando hacerlo, porque se dejaban desear y el disfrute era patente en sus rostros. Cuando hay ganas, se nota, y se agradece. Comienza de nuevo Gerardo solo, de nuevo hipótico…Se unen de nuevo los músicos y Carmen en el centro del escenario, se transforma en garza mediante la danza flamenca, postrada en su silla, incluso. Y finalizan el bis con aires latinos con el cajón haciendo de las suyas… Un espectáculo formidable.

    Diego Ortega Alonso

   
   
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