CHEFA ALONSO: LIBRE E IMPROVISANDO

Chefa Alonso es una rara avis dentro de la escena española. Sopranista y percusionista, sus ideas y propuestas siguen los caminos de la libre-improvisación y el free-jazz con grupos como Akafree, Blanca Doble o Sin Red. Una obra con un sonido tan compacto como La Visita De La Salamandra fue la excusa perfecta para que José Francisco "Pachi" Tapiz aka diyeipetea hablase con ella en enero de 2004.


Chefa Alonso con Akafree en la sala El Sol, octubre de 2003
© akafree, 2003

Pachi Tapiz: ¿Cuál era la música que escuchabas en tu infancia y adolescencia?

Chefa Alonso: De niña me encantaba la música, no tenía criterio y me gustaba todo lo que oía. Escuchaba básicamente lo que oían mis hermanos y primas mayores: Adamo, Rita Pavone, los Beatles, los Ten Tops, los T.N.T., los Rolling, bandas de películas, marchas militares (mi padre era militar y tenía una buena colección), incluida Lilí Marlene que me fascinaba (yo, por entonces, obviamente, no sabía de la existencia de los nazis), etc.

En la adolescencia empecé a estudiar música en el Conservatorio; hice un año de guitarra y dos de piano, además de solfeo, pero ninguno de los dos instrumentos me convenció.

Con 18 años me fui de La Coruna a Santiago de Compostela para estudiar medicina y como allí no había Conservatorio dejé los estudios de música, aunque seguía tocando un poco la guitarra y cantando. Como la mayoría de mis amigos, incluido mi novio de entonces, eran músicos la música seguía siendo una constante en mi vida. Creo que escuché más ensayos que nadie. Fue en esta época de estudiante cuando empecé a escuchar jazz, fundamentalmente a Coltrane y the Modern Jazz Quartet, además de otros grupos como Pink Floyd, King Crimson, Santana, etc.

Después de acabar medicina huí de Galicia a Madrid y al poco tiempo me compré el clarinete más barato del mercado. Con este instrumento comencé a componer música y a tocar con músicos de León y de Madrid. Nos reuníamos en Valladolid para hacer música de baile (otra constante de mi vida; lo sigo haciendo, aunque ahora desde la percusión) y colaborar con el Teatro Corsario, con el que hicimos varios espectáculos con música en directo.

Al año me compré un saxo soprano (bastante malo) y me enamoré de este instrumento. Empecé a estudiar por mi cuenta, examinándome por libre en el Conservatorio de Madrid. Más tarde hice los últimos cursos en el Conservatorio de El Escorial, al mismo tiempo que compaginaba mis estudios en el Taller de músicos de jazz. Del Conservatorio recuerdo unos magníficos profesores de cámara, conjunto instrumental, armonía y conjunto coral y dos pésimos profesores de saxofón. Con ellos me tuve que pelear para tocar en mi examen final, además de la obra obligada, dos piezas de jazz y una composición mía para saxo soprano y contrabajo que se llamaba Lúnula. En mis viajes de autobus al El Escorial escuchaba sin descanso a Steve Lacy.

Poco antes había empezado a tocar jazz con El combo de Sara, septeto formado por músicos de León, además de Gonzalo Abril, mi compañero sentimental de entonces y un excelente pianista. Nos íbamos todos los fines de semana a León. Allí nos juntábamos con Cova Villegas, Ildefonso Rodriguez, Alfredo Vidal, Nacho Castro (el batería de los Celtas Cortos) y nos pasábamos todo el día ensayando. En esta época, de 1983 a 1986, se organizaron bastantes festivales y a nosotros nos llamaron para tocar como teloneros de músicos como Art Blakey y los Messengers, Don Pullen, Phil Woods, Pharoah Sanders, etc; para nosotros fue una experiencia estupenda y además ganábamos dinero, no como ahora...

Pachi Tapiz: Como otros muchos músicos, una parte de tu actividad se centra en la enseñanza. Como docente, ¿cómo ves el panorama de la enseñanza musical en España?

Chefa Alonso: La enseñanza musical en Espana está mal. En algunos Conservatorios están cambiando un poco las cosas, pero de una forma tan lenta que resulta agotador. De hecho, creo que los Conservatorios habría que quemarlos para hacer otra cosa totalmente diferente. Es tan grande la mafia y la forma de repetir esquemas que es muy difícil cambiarlo. Por supuesto hay gente maja e interesante (en el sitio más podrido la hay, por fortuna), pero yo creo que se parte de una idea equivocada sobre la música, que es hacer grandes virtuosos del instrumento y olvidarse de la parte creativa de la persona. Yo he visto frustrarse a niños y jóvenes que hubieran sido magníficos músicos, lo cual sería motivo para meter en la cárcel a más de un profesor. Así que en el Conservatorio o eres un luchador y lo tienes claro (lo cual es difícil siendo pequeño), o te conviertes en un amargado, o simplemente abandonas. Hay algunos que consiguen ser virtuosos, pero quizás a costa de su propia felicidad. Yo creo que es más importante ser feliz que ser el mejor en algo.

Pachi Tapiz: ¿Algún modelo extranjero que conozcas para la enseñanza de la música?

Chefa Alonso: En el extranjero no conozco modelos oficiales. Yo doy clases en Tres Cantos, que es una Escuela Municipal de Música y funciona bastante bien. Tienen claro que lo importante es ayudar en el desarrollo de la persona. Es un ambiente relajado; primero porque no da titulación, con lo cual no existe la presión de los exámenes, los suspensos, etc; segundo porque los programas son flexibles y se pueden adaptar a los intereses, edades, gustos de los estudiantes. Yo creo que las escuelas de música pueden ser un buen comienzo en el infinito camino del aprendizaje de la música y un complemento para la formación profesional.

Pachi Tapiz: ¿Qué te atrajo del jazz y cómo te inicias en él?

Chefa Alonso: Primero escuchándolo. Me parecía una música muy sugerente y enigmática. Me llevaba a lugares desconocidos. Pero también sufrí la ensenanza del jazz y me pasó algo parecido a lo que me ocurrió en el Conservatorio, porque la mayoría de los enseñantes en este país son muy estrechos de miras. En el Taller de músicos de jazz, donde primero estudié y más tarde fui profesora, consideraban y por tanto enseñaban el jazz teniendo en cuenta únicamente el jazz de los años 50, es decir el be bop, ignorando el free jazz y toda la corriente que se abrió en los años sesenta. Esto es una auténtica necedad. Tampoco estimulaban nada la creatividad ni la composición. Yo siempre me negué a tocar los patrones que nos obligaban a estudiar y siempre me empeñaba en tocar temas originales, míos o de algún compañero, con muy poco éxito. Me aburrí de tocar standards, seguramente mal. De todos modos yo creo que cada uno tiene que tocar lo que necesite tocar. Para mí el hacer mi propio sonido y mi propio lenguaje fue siempre más importante que aprenderme 200 patterns. Esto, sobre todo al principio, me costó más de un disgusto. También he sentido siempre la necesidad de componer, actividad que ocupa una buena parte de mi vida profesional (he compuesto la música para unos ocho o nueve espectáculos de teatro y de danza, además de para el Teatro Corsario, el Teatro do Noroeste, el Centro Dramático Galego, la Cuarta Pared y Ensayo 100).

Por otro lado, a mí siempre me gustó más el free jazz, su energía y ese aparente caos en el que se desenvuelven sus músicos.


Akafree en la sala El Sol, octubre de 2003
© akafree, 2003

Pachi Tapiz: ¿Cómo surge Akafree?

Chefa Alonso: En cuanto a Akafree fue simplemente el destino. Marcos Monge, que fue alumo mío y más tarde amigo, y con el que he tocado mucho, sirvio de Celestina para el encuentro de los cinco componentes. Lo más curioso fue la facilidad con la que surgió todo. Yo pensaba en varios meses de búsqueda para localizar a un batería y un bajista interesados en montar un grupo de free jazz. A la semana de comentárselo a Marcos ya me estaban dando prisa para quedar porque tenían muchísimas ganas de ensayar. Esto también es una constante que seguimos manteniendo: las ganas de ensayar. Conectamos muy bien tanto a nivel personal como musical. Les gustaron mucho mis temas, aportaron mucho a su vez y nos pusimos a ensayar como locos. Despues de un año, además de tocar bastante en garitos, grabamos La visita de la salamandra. Este febrero cumplimos dos años.

Pachi Tapiz: ¿La visita de la salamandra es una fotografía momentánea, una instantánea de vuestra evolución como grupo o un punto de partida que continuáis desarrollando en estos momentos?

Chefa Alonso: Siempre que grabas algo sirve como para poner una señal y decir “esto es lo que hubo”. A partir de ese momento ya tienes que empezar a hacer cosas diferentes. Nosotros seguimos tocando los temas del disco, pero ya no suenan como lo hacen allí porque tienen vida propia y se van desarrollando en los ensayos y sobre todo en los conciertos. Ahora sobre todo estamos montando temas nuevos y abriendo un poco nuestra música: más improvisación y nuevas estructuras.

Pachi Tapiz: “La visita de la salamandra”, como comenté en Tomajazz, por encima de las individualidades o la composición me parece un trabajo que suena a grupo muy compacto. Fuera de Madrid no ha habido mucha oportunidad de veros en directo. ¿Nos podrías comentar cuál es la respuesta que habéis tenido a vuestra propuesta tanto por parte de la crítica como del público que acude a vuestros conciertos?

Chefa Alonso: De los críticos casi prefiero no hablar, porque no creo que existan. Solo existen periodistas totalmente desmotivados y desinteresados por todo lo que no sean eventos mediáticos. Vosotros sois de los pocos que habeis mostrado curiosidad e interés, además de una pequeña reseña que salió en Cuadernos de Jazz. Que yo sepa ningún crítico ha venido a ninguno de nuestros conciertos y me consta que unos cuantos tienen el disco, pero mutis.

En cuanto a nuestros oyentes, creo que en general gustamos bastante. Tenemos un buen directo porque somos músicos con mucha energía y la sabemos transmitir al público. Siempre que hemos tocado hemos notado la emoción de la gente por la música que hacemos y eso está muy bien.

Sobre lo que comentas que sonamos “muy a grupo”, efectivamente es lo que más buscamos. Desde la elección del nombre (hecha por Javier Carmona, desechando por mi parte lo que sería el típico y tópico “Chefa Alonso Quinteto”), hasta el trabajo en los temas, todo apuesta por lo colectivo. Nosotros creemos en ello.

Pachi Tapiz: Por lo que me cuentas, ¿seguís como grupo?

Chefa Alonso:
Por supuesto que seguimos. No tenemos mucho trabajo pero ensayamos dos o tres veces a la semana independientemente de que haya o no conciertos. Ahora tenemos a Jorge Frías, el contrabajista que ha sustituido a Rodrigo, y que ha conectado fenomenal con nosotros. La presentación en El Sol ya fue con él.

Próximamente tocaremos en Madrid en El Juglar (5 de febrero)y en La Casa Encendida (5 de marzo). También en Palafolls (Gerona) en unas jornadas de improvisación a las que nos han invitado (21 de marzo). Quizá tambien toquemos en Huesca en esas fechas.

Pachi Tapiz: ¿Es cierto que no hay público para propuestas como la vuestra o esto es un prejuicio?

Chefa Alonso: Es una mentira. Lo que no hay son programadores para este tipo de propuestas. Yo estoy segura de que el único problema es que hay que organizar estos conciertos y hacerlo bien. Estoy convencida de que hay público para esta música.

Pachi Tapiz: Tú eres una “rara avis” dentro del panorama nacional. No sólo te dedicas al tema del free y la libre improvisación sino que además eres mujer. Tampoco eres cantante, que es dónde suelen aparecer las mujeres en el jazz, ya que has elegido un instrumento dentro de la familia de los saxos tan complicado como es el saxo soprano. ¿Cómo ha influido esta condición de mujer en tu carrera?

Chefa Alonso: El hecho de ser mujer no ayuda nada. Tampoco es una cuestión por la que me he preocupado mucho, porque bastante tengo ya con luchar por lo que quiero hacer y sobre todo por hacerlo a mi manera. Entre mis amigos no siento los prejuicios en ese sentido. Sí que a veces pienso que si hubiera sido un hombre, con la experiencia y la edad que tengo, las cosas hubiesen sido muy distintas, a nivel de reconocimiento, facilidades, etc.

Yo creo que en general las mujeres somos menos competitivas y menos ambiciosas. Yo soy ambiciosa en el sentido de que me gusta hacer bien lo que hago y peleo por ello. Pero por educación y por carácter el tema del éxito, la fama o el dinero no son cosas prioritarias para mí. Me importan poco. Prefiero vivir de lo que hago (música en sus distintas facetas) lo mejor que pueda. Estoy contenta de que haya un pequeño reconocimiento, que lo hay, aunque sea a un nivel reducido. Así que el ser así en un mundo tan cruelmente competitivo como en el que vivimos no te facilita las cosas.

Pachi Tapiz: Vas a ser uno de los componentes de la orquesta Foco en el festival Hurta Cordel a finales de enero en Madrid, participando en una preparación previa y luego en una conducción dirigida por Butch Morris. Como músico, ¿qué esperas de esta participación?

Chefa Alonso:
Con Butch Morris he trabajado ya en tres ocasiones en Barcelona, invitada por Agustí Fernández. He vivido esta experiencia y como soy de Musicalibre (la asociación que organiza el Festival Hurta Cordel) y coordino el festival propuse invitarlo para que dirigiera la Orquesta Foco, que es la orquesta de Musicalibre. Me parece un trabajo muy interesante. Por un lado está el trabajar con tantos músicos y tanta riqueza tímbrica. Por otro lado Butch Morris, aunque aparentemente parezca autoritario con las señales que utiliza para dirigir, te da una gran libertad porque nunca te pide que hagas una determinada nota y tienes libertad para interpretar esas señales. Para terminar estás jugando con tu música, con tus materiales, tus sentimientos, con lo que tu tienes. Él maneja todo eso de una forma tal que la música que se produce es muy interesante. Como todo se está haciendo en ese mismo momento tiene una vitalidad impresionante.


Cuarteto Sin Red
© Sin Red, 2003

Pachi Tapiz: Hay dos proyectos tuyos en los que mezclas música y poesía. Cuarteto sin red, dónde estás acompañada a tu saxo soprano y percusión por el saxofonista y clarinetista Ildefonso Rodríguez, el poeta Victor Diez y la voz de Cova Villegas. Nos gustaría que nos explicases y nos hablases sobre estos dos proyectos y que nos comentes si todo lo que trabajais es improvisado.

Chefa Alonso: En este cuarteto utilizo más la percusión, aunque también toco el soprano. Originariamente teníamos otra formacion e incluíamos a dos bailarinas, pero los que más nos veíamos para trabajar éramos Fonso, Víctor y yo. Así que finalmente, debido además a que mover grupos grandes es muy complicado, decidimos quedarnos en cuarteto incluyendo a Cova Villegas. Somos amigos desde hace mil años y solemos alquilar una casa en el verano en la Costa de la Muerte. Es un sitio magnífico para ensayar y ahí tocamos todos los días. También nos reunimos en León siempre que podemos. Trabajamos a veces con estructuras que incluyen distintas agrupaciones, eligiendo determinados materiales, progresiones dinámicas, motivos poéticos, formas contrastadas y lo que se nos vaya ocurriendo por el camino. También trabajamos sin nada, simplemente tocando.

 
Blanca Doble: Chefa Alonso y Victor Díez
© Blanca Doble, 2003

Pachi Tapiz: También está Blanca Doble, un dúo con el anteriormente citado Victor Díez. Coméntanos sobre él y las diferencias que hay con el cuarteto Sin Red.

Chefa Alonso:
Blanca Doble es anterior a Sin Red. A mí me apetecía trabajar como solista en cuanto a mis instrumentos, pero como los solos no me gustan demasiado (me parece mucho más interesante interactuar con alguien) pensé en Víctor, que es un poeta excelente, para hacer un dúo. Así surgió Blanca Doble. La manera de trabajar es similar a la de Sin Red.

Pachi Tapiz: ¿Hay algún otro proyecto en mente o en creación sobre el que todavía no haya información pero sobre el que nos puedas adelantar algo?

Chefa Alonso: Mi próximo proyecto es irme a Londres. Llevo 24 años en Madrid y ya me vale. Estoy cansada también de organizar. Organizo muchas cosas (demasiadas), porque parece que es la única forma de que salgan adelante, pero es agotador. Además a mí lo que realmente me gusta es tocar, ensayar y estar en proyectos creativos. En fin, que voy a descansar un poco de Madrid, de la gestión cultural y del PP.

Musicalibre seguirá organizando el festival Hurta Cordel (esta es su VIII edición), porque afortunadamente ahora tenemos el apoyo de la Casa Encendida que patrocina este y otros proyectos interesantes.

Pachi Tapiz: ¿Cómo ves el panorama del jazz en España en la actualidad?

Chefa Alonso: En cuanto a la gente, creo que va bien; cada vez hay más personas interesada en el jazz, a pesar de que en un momento parecía que a nadie le gustaba; yo creo que esto se debió a que abundaban (y todavía pasa un poco) los pseudogrupos que se juntaban unicamente para los bolos y destrozaban los standars. Ahora la cosa es un poco más seria y hay grupos. Sin embargo, el interés y la cantidad de personas que va creciendo no va parejo con las posibilidades de poder escuchar conciertos interesantes porque no hay circuitos ni clubs que programen fuera de los grandes intereses comerciales. Así que es bastante frustante.

Pachi Tapiz: En estos momentos hay un intento de unión de los músicos en torno a reivindicar el jazz nacional ya que se está dando la problemática de que en España hay multitud de festivales pero muy poca participación de propuestas nacionales. ¿Cómo ves este intento de asociación?

Chefa Alonso: Sí, hay muchos festivales pero los músicos españoles nunca vamos a tocar, lo que me parece de vergüenza. El intento yo lo veo bien. Es la manera: juntarse y presionar. Pero no soy muy optimista al respecto, porque aunque la gente está cambiando, los que tienen el poder y los que programan no han cambiado un ápice.

Pachi Tapiz: ¿Crees que la apertura en los festivales no debiera ser tanto en torno a nacionalidades -está el déficit de propuestas europeas- como a diversificar los estilos?

Chefa Alonso: Eso es fundamental. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los programadores no quieren programar cosas mínimamente arriesgadas porque creen que no hay público para ello y eso hace que el panorama sea cada vez más cerrado, homogéneo y repetitivo; pero hay mucha gente que ya está cansada de esta situación. Me refiero a un tipo de público que ansía escuchar otras propuestas. No sólo hay público para operación triunfo.

Pachi Tapiz: Casi terminando. Nombres interesantes, pistas sobre gente que esté trabajando en la improvisación...


Chefa Alonso:
Sobre grupos de jazz españoles que me parezcan interesantes, además de Dadajazz, que creo que se han disuelto, están el quinteto de Cova Villegas, que trabaja temas propios y versiones del folklore asturleonés, o el quinteto de Baldo (Martínez).

De fuera de España me encantan el trío de Evan Parker, el trío alemán Der Rote Bereich (con el guitarrista Frank Möbus que es el compositor de los temas), el clarinetista bajo Rudi Mahally y el batería Oliver Bernd Steidle; en Portugal el trío del contrabajista Carlos Barreto; en Italia el Atípico Trío de Carlo Actis Dato. Tocaremos con ellos en la Casa Encendida el 5 de marzo.

Pachi Tapiz: Una selección de los discos más desgastados de tu discoteca y de tus músicos preferidos...

Chefa Alonso: Mis dos discos preferidos Goin´home de Archie Sheep con Horace Parlan y Kind of Blue de Miles. Mis sopranistas preferidos son Steve Lacy, Lol Coxhill y Evan Parker. Mi grupo preferido es The Art Ensemble of Chicago. De Mingus me gusta todo. También he escuchado mucho a Ornette Coleman, Roland Kirk, Dudu Pukwana, John Zorn, Fred Frith, Carla Bley...

© Pachi Tapiz, Tomajazz 2004

 

   
   
© 2009 Tomajazz