Free Jazz y la escena Post-Punk...

por Ellery Eskelin

He venido observando un poco de renovado interés en jazz y música improvisada últimamente, en buena parte originado desde la escena del punk y sus diversas ramificaciones. Se ha formado una conexión entre punk y free que ha introducido una audiencia completamente nueva para esta música. Se han desarrollado algunas tendencias prometedoras incluyendo una creciente difusión de la nueva música en las emisoras de radio universitarias y más oportunidades para las bandas de girar en los Estados Unidos. Al menos a nivel de popularidad las cosas están un poco mejor de lo que habían estado en algún tiempo.

También he observado que mucho de este nuevo interés se ha centrado en la música y las filosofías asociadas con el free jazz de los 60. Parte del atractivo tiene que ver con el hecho de que el free jazz es considerado como una música no "mainstream" que en general ha resistido con éxito el enjaulamiento del negocio de la música. Lo que está siendo olvidado es que dentro del mundo del jazz un argumento muy poderoso podría ser que el free haya llegado a ser en realidad "mainstream". Después de todo, es una música que existe desde alrededor de al menos 35 años. La mayor parte de nosotros estamos bien informados del debate entre los así llamados neo-conservadores y vanguardistas acerca de quién está tocando "verdadero jazz", y quién está simplemente copiando estilos establecidos. Ese debate se ha construido alrededor del concepto de que el jazz tradicional y el free de los 60 representan polos opuestos, mutuamente exclusivos el uno del otro. Este modo de pensar realmente dejó de ser relevante después de los últimos años 60, pero por algunas razones todavía persiste. Es un paradigma anticuado que tiene poco parecido con la realidad de la escena de hoy. ¿Por qué debería un grupo de músicos ser criticado por tocar en estilos de 45 años de antigüedad por otro grupo que toca en estilos de 35 años de antigüedad?

Primero necesitamos darnos cuenta de que el free jazz fue en realidad parte de la continuidad del jazz como un todo y en segundo lugar que ha llegado a ser codificado como un estilo. Hay muchos músicos que continuan trabajando con el lenguaje en un esfuerzo por hacer avanzar esta música. Ellos generalmente poseen una actitud de mentalidad abierta que a menudo está reñida con las actitudes asociadas con el actual movimiento neo-conservador. Por otra parte ya he oído hablar acerca de la forma "correcta" de tocar free jazz y también he observado algunas quejas de intérpretes de free acerca de otros tipos de nueva música. Recuerdo que improvisando una vez con un batería se quejaba de que mis ideas estaban creando "rupturas" en la música. No considerándome a mí mismo como un verdadero practicante de free jazz no me sentí personalmente ofendido. No hace mucho tiempo un crítico escribió que mi actuación a dúo con el batería Han Bennink entró en un punto en el terreno del free jazz, "pero con humor y sin religión". Esta es una afirmación fascinante. Parece indicar una conciencia de que nosotros estabamos haciendo algo un poco diferente. Para mi sorpresa varios músicos que leyeron esa reseña intentaron consolarme, pensando que era un desaire por parte del escritor. En tanto que el free jazz ha llegado a ser un lenguaje parecemos haber llegado a una manera idiomática de tocar.

Exacerbando esta situación está el hecho de que la falsa dicotomía de "tradición contra vanguardia" todavía está siendo furiosamente manipulada por los medios de comunicación del jazz en un intento de continuar vendiendo revistas mientras esperan la venida del siguiente mesías del jazz. En realidad, la escena ha llegado a estar tan fragmentada desde finales de los 60 que nadie podría posiblemente dominar la atención del público o de la comunidad de músicos el tiempo suficiente para tener esa influencia. Esto es una de las cosas más atractivas de la música de hoy. No existe en ella la polar oposición retratada por los medios sino que en cambio está yendo en miles de direcciones simultáneamente con muchos músicos individuales trazando rumbos personales basados en su propia perspectiva de la historia y sus influencias de fuera de la tradición del jazz. Si hay algún principio unificador en la música de hoy la palabra múltiple me viene a la mente.

Hemos progresado hasta el punto donde las discusiones acerca del progreso en música empiezan a reapreciar las implicaciones suscitadas por el free jazz en términos de qué significa crear un nuevo sonido e incluso qué significa ser original. El free jazz nos ofrece un nuevo vocabulario musical pero esto no significa que sea fijo en el tiempo. Uno de los asuntos de la así llamada vanguardia de hoy es la recontextualización de ideas existentes. Uno podría argüir que todos los nuevos sonidos han sido ya creados y la idea ahora es colocarlos juntos en formas que todavía no hayan sido escuchadas. Personalmente me siento atraído poir ambas filosofías, buscando constantemente un nuevo lenguaje pero igualmente interesado en combinar ese lenguaje con elementos conocidos. Hay actualmente una sensación entre muchos músicos, incluido yo mismo, de que todos los elementos están por fin "sobre la mesa" y podemos ahora abordar la empresa de hacer música con todo a nuestra disposición.

Muchos aficionados están descubriendo el free jazz precisamente ahora mientras muchos escritores están todavía refiriéndose a él como "la música de hoy", pero la realidad es que el free jazz ha llegado a ser una entidad histórica tanto como el bebop. Los músicos están o bien avanzando a partir de él o bien utilizando su lenguaje de nuevas maneras. Los neo-conservadores han tomado la postura de rechazar el free jazz completamente. Afortunadamente, muchos otros músicos se han dado cuenta de que avanzar significa emplear más opciones y elecciones, no menos. Estoy contento de que una nueva generación de oyentes esté abrazando esta gran música pero no deseo verlos entrar en la vieja mentalidad "nosotros contra ellos". Es todo parte de una dinámica historia musical.

Yo era sólo un niño en los 60 pero era intensamente consciente de la dinámica de ese tiempo. Tengo una perspectiva ligeramente diferente sobre las cosas que la nación en general. Para mí los músicos de jazz representan la verdadera contra-cultura. Ellos encarnan el espíritu de la libertad y la invención. Su música tiene sentido para mí en un mundo que a menudo no lo tiene. Debemos darnos cuenta de que esos ideales no sobrevivirán en una música que ha llegado a codificarse hasta el punto donde continuar desarrollándose ya no es posible. Tengo presente que mi crítica no está dirigida hacia el trabajo de alguien sino que intenta exponer las falacias asociadas con una anticuada manera de pensar que sólo puede llevar al estancamiento. Soy muy cauteloso acerca de la idea de que el free jazz está en un extremo de una ecuación con jazz más conservador en el otro. Es una peligrosa trampa.

Ellery Eskelin
NYC Enero 1998

(Traducción: Cayetano López)



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