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 Enrico Rava – Paolo Fresu: escuchando a Miles...

 
   

El blinfold-test es un juego, pero no sólo eso. Más allá de la aptitud para reconocer un determinado músico o disco, la sorpresa o la alegría del descubrimiento revelan muchas veces sentimientos, rechazos... la personalidad. Aquí, a propósito de cuatro grabaciones de 1940-1960, es de amor de lo que se trata cuando Enrico Rava y Paolo Fresu hablan de Miles Davis.

Coleman Hawkins "Bean-A-Re-Bop" (Coleman Hawkins All Stars, Aladdin). Miles Davis (trompeta), Kai Winding (trombón), Howard Johnson (saxo alto), Hawkins (saxo tenor), Hank Jones (piano), Curley Russell (bajo), Max Roach (batería). 1947.

PF: ¿Fats Navarro?

ER: También he pensado en Dizzy Gillespie y hasta en Howard McGhee… [Una vez informados]. Una frase, una frase solamente podría hacerme pensar en Miles, pero es que aún no era Miles…

 

Miles Davis "Boplicity" (Birth of The Cool, Capitol). Davis (trompeta), J. J. Johnson (trombón), Sandy Siegelstein (trompa), Bill Barber (tuba), Lee Konitz (saxo alto), Gerry Mulligan (saxo barítono), John Lewis (piano), Nelson Boyd (bajo), Kenny Clarke (batería). 1949.

ER: Adoro este disco, todo es perfecto en él…

PF: ...el tempo, la modernidad de los arreglos...

ER: Es algo que influyó muchísimo en todo el jazz posterior.

PF: Más que los arreglos, lo que me influyó es esa manera de jugar con el tempo –esa manera de tocar por detrás del tempo, un poco West Coast, es algo sumamente moderno. Es muy sencillo, muy relajado y a la vez muy difícil de tocar.

ER: Para mí, lo que cuenta también en esta música es el sonido, el sentido melódico, por no hablar de la belleza de los temas. Además, globalmente, ya sólo la idea de tocar música de esta manera... Con el Electric Five ya había grabado "Boplicity", y transpuse para cuatro voces exactamente el arreglo de Gil Evans: dos guitarras, cada una utilizada como un instrumento de viento, el saxo alto de Gianluigi Trovesi y yo. Era una cita, un homenaje que no duraba más de un minuto... Tan sólo para decir hasta qué punto esta música es importante para mí.

PF: Es curioso, porque Gianluigi Trovesi también participó en Ossi di Seppia, un viejo disco de mi quinteto italiano con tres metales y Trovesi como invitado, en el que dos o tros temas habían sido pensados en el sentido de Birth of The Cool sobre tempos medios, es decir temas bebop pero no con la velocidad tradicionalmente asociada a esta música. Digamos que es un "bop relajado" donde cada nota tiene una densidad decisiva y esa es una característica de Miles, y también de Chet Baker: que cada nota tenga una importancia en la construcción global.

 

Miles Davis "Nature Boy" (Blue Moods, Debut). Davis (trompeta), Britt Woodman (trombón), Teddy Charles (vibráfono), Charles Mingus (bajo), Elvin Jones (batería). 1955.

ER: ¡Elvin Jones, Britt Woodman, Teddy Charles y Charlie Mingus!

PF: Admito que no hubiera sabido decir todos los nombres, pero conozco bien este disco.

ER: Es considerada dentro de la discografía de Miles como una grabación "menor" y, de hecho, es un disco menos importante que otros. Pero eso no quita que sea magnífico. Primero, por la manera de Miles Davis de tocar el tema: "Nature Boy" aquí, pero también "Easy Living". Es la universidad de la balada –escucharle tocar estas melodías equivale a ir a la escuela durante quince años. Además cuando grabé "Nature Boy" en dúo con Ran Blake es esta la versión que tenía en la cabeza. Si adoro este tema se debe a Miles y a este disco.

PF: No conozco bien este disco y en la categoría de las "grabaciones menores" de Miles pienso más en el Somethin’ Else de Cannonbal Adderley, que es, en todos los sentidos, excepcional. Miles sólo está como "invitado", pero es él el líder del proyecto. Los arreglos, la introducción de "Autumn Leaves"...

ER: ¡Hank Jones!

PF: Los ambientes muy sombríos y, al mismo tiempo, es muy diferente de la producción de Miles en los años siguientes...

ER: Pero, para mí, todos los discos de Miles, desde Birth of The Cool hasta Bitches Brew...

PF: El período "eléctrico"...

ER: ...todos esos discos son increíbles e importantes – si faltara sólo uno, algo faltaría en el jazz... Milestones, las sesiones Prestige, Round Midnight...

PF: Jack Johnson...

ER: …Todos alcanzan un nivel de perfección. Y es todo lo contrario de lo que pasa con Chet Baker, otro trompetista que adoro, pero cada vez hay algo que no funciona. O el grupo es magnífico, como en Chet in New York y él no está en forma, o él está en forma y el grupo no es formidable —el único momento donde se alcanza la perfección es cuando Chet toca con el Gerry Mulligan Quartet. Con Chet siempre hay un problema. A veces la música es magnífica pero el sello discográfico es desconocido o imposible de encontrar Con Miles, no: todo es perfecto, la música, los músicos, hasta la portada y la distribución...

 

Miles Davis "Corcovado" (Quiet Nights, Columbia). Davis, Ernie Royal, Bernie Glow, Louis Mucci, Shorty Baker (trompeta), J. J. Johnson, Frank Rehak (trombón), Ray Alonge, Julius Watkins (trompa), Bill Barber (tuba), Steve Lacy (saxo soprano), Jerome Richardson, Ray Beckenstein (flauta), Bob Tricarico (fagot), Garvin Bushell (contrebasson), Janet Putnam (harpa), Paul Chambers (bajo), Jimmy Cobb (batería), Willie Bobo, Elvin Jones (percusión), Gil Evans (arreglos). 1962.

ER: ¡Corcovado! Miles, Gil Evans...

PF: Y no es tan diferente de Birth of The Cool. En la obra de Miles hay una formidable lógica sea cual sea el período considerado, desde sus principios hasta Bitches Brew, pasando por el quinteto con Wayne Shorter, Ron Carter, Tony Williams o In a Silent Way. Si uno escucha "Corcovado" después de Birth of The Cool se da cuenta de que aparece el mismo sonido, quizás un poco más amplio, con un orquestación más rica. En realidad, creo que Miles nunca cambió su música. Sé que se ha criticado lo que hizo al final de su carrera diciendo que tocó mierda, con músicos de rock, etc. Pero aquel que conozca bien la trompeta sabe que el sonido de la trompeta viene del interior y que el sonido de Miles, incluso cuando tocaba rock, no cambió. Como un pintor: no porque se cambie el marco el cuadro será diferente. Miles, que era muy inteligente, comprendió que para llegar al público y ser moderno, actual, hay que saber interrogarse por lo que nos rodea, analizar, utilizar el contexto –hubiera sido inútil tocar en los años setenta como en los cincuenta. Creo, además, que cuando fue invitado para tocar Porgy and Bess en Montreux, el año de su muerte, lo aceptó y lo rechazó a la vez. Este tipo de propuesta no van en el sentido de la música, en el sentido del jazz –el jazz es inventar cada día... Aquí Miles toca exactamente como en Birth of The Cool pero cada vez encuentra un entorno, compañeros diferentes que aportan otras cosas a la música, y él era capaz de robar... Porque era también un ladrón, como todos los músicos de jazz. Y aquí el resultado es magnífico: hay poesía, una fantástica filosofía del sonido -Miles canta como un cantante de ópera... Enrico retomó estas arias de ópera que forman parte del hermoso discurso melódico y que dan ganas de tocar con una hermosa sonoridad. Y Miles con Gil Evans, es la unión más extraordinaria...

ER: Aunque este disco es el que salió peor de los cuatro con Gil. Por ejemplo, en este tema hay un corte y aparece otro tema que está como "pegado". Debido a eso, Gil me dijo que se opuso a la publicación del disco... Pero el peor disco de Miles y Gil vale mucho más que el mejor de... ¡cualquiera! Recientemente he escuchado un disco de Chaka Khan donde Miles hace un solo magnífico. Paolo tiene razón: lo podemos poner en cualquier contexto, ¡siempre funciona!

PF: El sonido que obtuvo con la trompeta con sordina es de tal modernidad que se utiliza hoy en la música técno, para el baile, por todas partes...

ER: Se podría decir lo mismo del sonido de los arreglos de Gil: el sonido que consigue ahí no sólo es el mismo que en "Boplicity" sino también el que tenía con Claude Thornhill. Como los grandes directores de cine, de quienes se dice que siempre hacen la misma película. Los grandes músicos siempre hacen la misma música.

PF: Gunther Schuller, con quien hice Porgy and Bess, me dijo que las sesiones con Miles y Gil eran siempre muy complicadas. Sin embargo y a pesar de problemas e imperfecciones el resultado era magnífico cada vez. Es que en música la perfección no es el objetivo fundamental. Lo importante es la emoción, la densidad de cada nota.

ER: Lo que nos hace volver al sonido y el sonido de Miles nos lleva a lo que dice Proust en En busca del tiempo perdido cuando habla de un violinista: no habla del sonido como calidad técnica sino del sonido del alma. Cuando uno encuentra su propio sonido, el sonido interior, alcanza otro nivel, cada nota tiene entonces, como decía Paolo, un peso decisivo. Por eso soy absolutamente indiferente a la multitud de músicos que hacen hoy el revival del bop a lo Marsalis –por quien tengo una enorme admiración, pero que no me gusta. Por culpa del sonido: es un sonido "adquirido", no es un sonido que venga del interior.

Entrevista: Philippe Carles

   
   

Publicada originalmente en Jazz Magazine. Reproducido con su permiso y traducido por Juan Carlos Hernández y Diego Sánchez Cascado