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..: DUSKO GOYKOVICH

   
 


Dusko Goykovich
nació en Jajce (Bosnia) en 1931. Con casi 50 años de carrera profesional sigue en plena forma actuando por todo el mundo y liderando proyectos discográficos como "Samba do mar", su último cd. En su currículum figuran las big bands de Woody Herman, Maynard Ferguson o nombres como Dizzy Gillespie, Mal Waldron, Miles Davis o Tete Montoliu. Charlamos con él tras su estancia en el Pais Vasco de la mano de Musikene (Centro de Estudios Superiores de Música del País Vasco).

Por Carlos Pérez Cruz (Traducción: Carlos Pérez Cruz y Roberto Barahona)

   


Dusko Goykovich

Carlos Pérez: Cuando uno habla de Dusko Goykovich está hablando de prácticamente 50 años de carrera profesional. Cuando uno es joven y comienza en la música tiene unas expectativas. ¿Hasta dónde se han cumplido las expectativas de Dusko?

Dusko Goykovich:
Cuando eres joven y empiezas a tocar sólo te lo pasas bien y disfrutas tocando jazz. Con los años, cuando eres mejor, estudias, aprendes más, empiezas a tocar con las bandas, que es algo muy divertido e interesante… lleva muchos años llegar a ser un músico profesional, tocar en las big bands, en las bandas de la radio o en grupos pequeños. No piensas demasiado en las expectativas cuando eres joven. Sólo quieres tocar con buenas bandas, buenos músicos, ir a los clubes de jazz y pasártelo bien.

C.P.:  Los currículum hablan de lo más destacado de la carrera de un músico. De lo que no hablan es del duro trabajo diario durante muchos años. ¿Cuál ha sido el proceso evolutivo de Dusko Goykovich?

D.G.: Cuando estaba en el colegio toqué un poco guitarra, piano… de modo amateur. Luego cogí la trompeta, me enamoré de ella. Empecé a tocar la trompeta cuando tenía quince o dieciséis años, lo cual es un poco tarde, y entonces tocaba a todas horas. Estudiaba, iba a una escuela para estudiar técnica clásica durante varios años. Entonces la ciudad donde vives se convierte en muy pequeña para ti, no hay muchos músicos. Tuve la oportunidad de tocar en Belgrado, la ciudad donde crecí. Teníamos músicos, bandas de estudiantes pero un día tuve la oportunidad de salir y de ir a Frankfurt, Alemania. Entré en un grupo de músicos muy “peligrosos” (risas) que eran profesionales muy conocidos y yo estaba muy contento de poder tocar con ellos. Permanecí unos años en Frankfurt tocando con ellos. A finales de los cincuenta, principios de los sesenta el “Jazz at Philarmonic” estaba de gira por Europa muy frecuentemente. Después de los conciertos muchos de los músicos iban a los clubes de jazz y tocaban “jam sessions” con nosotros. Era una oportunidad fantástica de ver a Dizzy Gillespie, Elvin Jones, Dexter Gordon, Roy Eldrige, y toda esta gente, tocar con ellos y ver cómo tocaban. Hablábamos con ellos y te enseñaban esto y lo otro. Fue un gran tiempo para aprender. Entonces te dabas cuenta de que tenías mucho que aprender. Yo tengo mi propio sistema, creo que todo músico lo tiene o debería, de practicar durante el día. Dedico varias horas al día para practicar trompeta sólo para mí, no para la banda. Y luego tienes la oportunidad de ensayar con la banda y a la noche vas al club y tocas. Lleva muchos años ser cada vez mejor, mucho trabajo duro.

C.P: Una carrera marcada por las big bands. ¿Qué es lo que te atrae de estas formaciones?

D.G.: Empecé de joven con las big bands. Alguien de la sección de trompetas tuvo que dejar su plaza y me ofrecieron la cuarta trompeta.  Y lentamente entré en la banda. Me gustan las big bands porque me encanta su sonido.  Cuando tienes la orquesta, las voces, la armonía, todos tocando juntos… es muy excitante. Pero a la vez toco en grupos pequeños, en combos de improvisación.  Me encantan las big bands pero la mayor parte del tiempo toco en pequeños grupos. Más tarde cuando fui a América, fui a Berklee, estudié arreglos y composición y también tuve la oportunidad, después de los estudios, de tocar en algunas bandas americanas. Toqué con la big band de Maynard Ferguson, Woody Herman, Gerry Mulligan Concert Orchestra, Thad Jones… Claude Bolling estaba en Europa después de que yo volviera. Así es un poco como llegué a estar arriba. Pero te lleva muchos años llegar allí, tener tu propio estilo, tu sonido y experiencia y rutina para tocar en la sección.

C.P.: Maynard Ferguson Big Band, Kenny Clarke –Francy Boland Big Band, Woody Herman Big Band... has tocado en algunas de las más importantes. Imagino que cada una de esas orquestas tenía su propia personalidad.

D.G.:
Cada big band debería tener su rostro. Ya sabes lo que se dice: tiene su sonido, su propio estilo. Todos las bandas famosas tienen un estilo reconocible. Puedes decir inmediatamente: esta big band es la de Duke Ellington, la de Basie, la de Dizzy Gillespie… porque tienen arreglos y sonido especiales. 

Si la banda es como las bandas profesionales americanas los músicos permanecen en ella durante años y trabajan con nuevos arreglos y van de gira. Casi todo el tiempo viajando por el país. Y cuando llevas unos años tocando en la misma banda la banda toca de una manera ajustada  y precisa. Eso es lo que hace divertido tocar en la banda.

C.P.: ¿Existen big bands hoy que vayan a hacer historia como algunas de las que hemos mencionado?

D.G.: No puedo decir eso. Nunca sabes lo que pasará. Las bandas sobre las que sabemos en Europa, principalmente las bandas americanas, llevan existiendo muchos años y tenemos todas sus grabaciones y las vemos en muchas ocasiones. Por eso conocemos sus nombres. Pero creo que existen miles de bandas que nunca hemos escuchado. Si no van de gira por el mundo, no hacen grabaciones, pueden ser fantásticas pero nadie sabe sobre ellas excepto en la pequeña ciudad en donde tocan. Es lo mismo con los músicos. Conocemos músicos por sus grabaciones y que vienen de gira, con gran publicidad y tienen grandes nombres pero hay músicos que nunca van de gira. Se quedan en casa, no quieren dejar a la familia o lo que sea y deben ser unos genios… ¡fantástico! Pero nadie sabe nada de ellos.

C.P: ¿Se puede decir que Dusko Goykovich es un europeo de estética americana?

D.G.: Sí, lo creo. Cuando escucho mis grabaciones y me analizo veo que mis años en los Estados Unidos me ayudaron mucho. Cuando vine a Europa estaba tocando la trompeta con bandas famosas. Con la banda de Kurt Edelhagen en Colonia, con Clarke-Bolling y otras bandas. Pensaba que podía tocar mejor. Luego toqué con estas, como te he dicho, bandas “peligrosas”. El modo en que los americanos explican el estilo, el fraseo… es diferente, es un lenguaje definido, un dialecto que hablas cuando tocas jazz. Eso me llevó un tiempo, cambió mi respiración, mi fraseo y mi pensamiento y, lo cual me llevo sobre un año, le dieron una vuelta de 180 grados a mi cabeza (risas). Entonces me di cuenta de que tocaban diferente de lo que nosotros hacíamos. Al mismo tiempo después de todos esos años que pasamos viniendo aquí, muchas bandas y músicos europeos tocaban excelente, tocaban el mismo estilo. No podría decir que los americanos son siempre mejor que los europeos. Incluso los músicos americanos saben que hoy que en Europa desde hace muchos años hay muy buenas bandas y músicos. No hay diferencias, no importa la nacionalidad o el color o lo que sea. Cuenta sólo cómo suenas, cómo tocas.

C.P.: ¿Crees que el jazz en Europa tiene sus propias peculiaridades?

D.G.:
Creo que en los últimos diez o quince años al menos, en Europa hay músicos en las bandas muy buenos, que saben que importa ser original, tener un estilo y composiciones propias… Desde mi experiencia, que es desde donde hablo, cuando empecé a escribir y componer en América los músicos americanos me decían que debía ser original. “No me copies, trata de sonar a ti mismo. Cuando compones hazlo con lo que tengas dentro de ti”. De donde yo vengo, mis orígenes étnicos y nacionales…. Yo decía: “vengo de los Balcanes”. Hay mucha música en los Balcanes, en Europa hay muchos paises que tienen fantástica música folklórica, como en España, Italia, los Balcanes, Francia… Estos músicos deberían utilizar sus propios materiales originales.  Y ahí es cuando yo empecé a disfrutar. Yo toco “mainstream”, soy un “be boper”, escribo muchas cosas en ese estilo. Baladas, blues, be bop…. Pero en los últimos veinte años, más o menos, me he especializado en lo que yo denomino “Balkan Jazz”. Es un nuevo estilo que pertenece al jazz europeo. Así que, gracias a Dios, en Europa estamos creando algo que no es sólo copia… tenemos mucho que aprender de América, la rutina, la escritura, pero luego hay que tener material original y pienso que desde hace poco muchos músicos van en esa dirección.

C.P.: Fuiste alumno en Berklee. Imagino que conoces la polémica que acompaña siempre a esta escuela acerca de la clonación de alumnos. Kenny Werner opina que es porque se puede enseñar al alumno cómo tocar pero no por qué tocar. Qué opinión tienes al respecto.

D.G.: Tiene razón. Cuando yo estuve allí – debe ser en el 61, es decir, hace más de cuarenta años – la escuela no era muy grande, sólo tenía unos cientos de estudiantes. Después de eso hubo miles. Hace diez o quince años los músicos de la escuela volvimos y nos dijeron que había tres o cuatro o cinco mil – no se cuántos miles – Guitarristas, instrumentos eléctricos. En este momento la fusión, el rock o el pop son muy populares así que en la escuela enseñan también eso. Es verdad que puedes aprender rutinas, a escribir, a componer, teoría y todo eso. Te lo pueden enseñar muy bien. Yo aprendí todo lo que sé allí. Pero luego intentas hacer tu propia escritura, eso es lo que significa tener tu propia personalidad. Tu propio carácter, tu propia personalidad en la música. Entonces llegas a ser original.

C.P.:
Pero, ¿cómo es posible conseguir una voz propia cuando hay tantos ídolos a los que uno quiere parecerse?

D.G.: Como me dijo mi profesor Herb Pomeroy cuando eres joven, estás aprendiendo, copias a todo el mundo, aprendes de todos. Escuchas los solos, las grabaciones de los mejores músicos del mundo y tratas de acercarte lo más posible a eso que escuchas de los mejores maestros. Después de eso hay que tener algo propio. Como algún hombre famoso dijo: “El 95% es trabajo, 5% es talento”. El resto es trabajo para desarrollar este talento.

C.P.: La historia del jazz es una historia de evolución. ¿Sigue evolucionando ahora?

D.G.:
Sí, lo creo. Creo que el jazz nunca para. Nunca muere… mucha gente dice: “el jazz está muerto” (risas). De verdad, nunca lo ha estado. Tiene sus propios cambios. Bajo la presión del mercado, del sistema cuando tienes música pop, la música de los medios que gusta a los jóvenes. Escuchan el “hard rock” y cosas como esas, van por ahí. Si no escuchan en la radio jazz no tienen manera de comparar. Sólo conocen esto porque todo el día en la radio tienen ese tipo de música. Estaría bien que algunas personas tuvieran programas de jazz. Recientemente en muchos países tienen emisoras de 24 horas al día de jazz. Cuando un joven escucha a los músicos puede escoger si le gusta esto o no. Pero puede elegir qué le gusta, sus preferencias. Si tuvieran la oportunidad de escuchar buen jazz… mucha gente que escucha por primera vez buenas bandas de jazz dicen: “¿esto es jazz? Entonces ¡me gusta el jazz!. Pensaba que el jazz era algo que me iba a hacer daño, quizá el “free jazz” o algo que no sea jazz.

C.P.: Ahora que mencionas el "free jazz", ¿cuál es tu opinión sobre este movimiento?

D.G.:
Es una opinión muy personal. Cuando estaba en la escuela lo probamos todo. En una clase conmigo estaban Sam Rivers, Tony Williams, Mike Gibbs, Gary Burton… experimentábamos con todo, incluso con eso para ver qué era. Después decidí que no era mi manera, que yo no sentía de esa manera. Me dije que tenía que tocar como yo sentía, con lo que yo pienso que está bien. No puedo tocar algo en lo que no creo. Prácticamente no estoy de acuerdo con ese tipo de música. Yo, personalmente. Porque a mí me gusta la melodía, el ritmo, y... como en la edad media (¿) había románticos como Debussy  y otros como él, y Miles solía tocar, tocaba melodías e improvisaba con un buen sonido. Mi opinión personal es de mantener en lo que yo puedo tocar que es lo que me gusta.

C.P.:
¿Qué movimientos, qué nombres le interesan a Dusko Goykovich del jazz actual?

D.G.:
Nosotros los músicos no le asignamos etiquetas a los estilos, no me agrada eso.  Tú sabes como se dice en América: la música es o buena o mala, entonces cómo la llamas no tiene importancia. Mi manera de tocar... como acabo de decir, me gustan las baladas, los blues,  bebop...  esto es: melodía, ritmo e improvisación. Eso es lo que me gusta. Como decía, hay tantos buenos músicos. Me gustan Dizzy, Miles, me inicié con Roy Eldridge cuando era joven, y Kenny Dorham y no sólo trompetistas; los del Mainstream, beboppers  y músicos tradicionales, no quiero decir Dixieland,  que está bien, el  buen Dixieland  es bueno.  Mi estilo diría es la música que escuché cuando estaba creciendo, en los años 55, 60 , los 70, etc.

C.P.: Llegaste a grabar un disco con Tete Montolíu. ¿Conoces algo más del jazz que se está haciendo en España?

D.G.:
Realmente no. Desafortunadamente no. Tuve la oportunidad de tocar con Tete. Tocó con mi quinteto e hicimos varias grabaciones en Barcelona en "un ensayo" creo, traje un grupo de Alemania y Tete se nos unió aquí. Después tocamos muchas veces juntos. Considero que Tete era un genio. Un músico fantástico. En la misma clase que Oscar Peterson. Lo pondría en el tope de cualquiera lista mundial, pero eso lo saben todos.

 

C.P.: Tienes un trabajo recién editado, “Samba do mar”. Cuáles son sus características.

D.G.:
Había estado en conversaciones con mi productor del sello Enja, y le dije que me gustaría hacer un álbum latino, brasilero, ese tipo de música, que me gusta y no lo había hecho antes, y finalmente me dio la oportunidad de grabar . Hacia fines del año pasado, en septiembre u octubre, creo, grabamos este cuarteto en el estudio en Holanda con música brasilera, alguna de Jobim y de Sergio Mihanovich, de quien no había escuchado antes y que es muy famoso en Sudamérica. Seleccionamos algunos temas, algo de Villalobos. Tengo un guitarrista de Hungría, de Budapest, es un gitano húngaro, un excelente guitarrista. De hecho toca lo que se conoce como guitarra clásica española, es un maestro. Hicimos esta grabación con un  contrabajista suizo y un percusionista norteamericano que se especializa en este tipo de percusión. Fue así como la hicimos.

C.P.: ¿Cuáles son los próximos proyectos de Dusko Goykovich?

D.G.:
La próxima semana voy a Suiza a tocar con un grupo con el que quieren que grabe un CD, para tocar varios temas, no en todo el CD. Luego en septiembre viajo a Japón; hace ocho años … ¡me han llamado nuevamente! No sé por qué ¡Ocho años que voy al Japón y en septiembre voy a Tokio!

© Carlos Pérez Cruz, Tomajazz 2004