www.tomaJazz.com | perfiles

 
 
   

..: RAMÓN LÓPEZ: HOMENAJEANDO A COLTRANE

   
 


Por Pachi Tapiz. Fotografías por Christian Ducasse, Juan Carlos Hernández y Capelle.

En 2009 el sello francés «RogueArt» ha publicado Ascension, Tombeau de John Coltrane. Un homenaje a John Coltrane basado en un poema del periodista francés Franck Médioni en el que participan el clarinetista bajo Sylvain Kassap, el contrabajista Claude Tchamitchian, el actor Denis Lavant declamando dicho poema, y el batería Ramón López. Toda la música que allí se escucha es una improvisación construida en torno a este poema, salvo el tema que abre la grabación, que es una versión de "For John Coltrane" de Albert Ayler. La publicación de esta obra fue la excusa perfecta para entrevistar a Ramón López y hablar con él sobre esta grabación.


   


De izquierda a derecha: Claude Tchamitchian, Sylvain Kassap, Ramón López, Franck Médioni, Denis Lavant.
Fotografía cortesía de © Christian Ducasse

PACHI TAPIZ: ¿Cómo surge la idea de realizar el homenaje a John Coltrane?

RAMÓN LÓPEZ: Franck Médioni es un periodista de Jazz Magazine con el que tengo muy buena relación. Él fue quien escribió el texto, que es el poema que aparece en el libreto del CD, aunque la idea de cómo desarrollarlo la llevamos a cabo entre los dos. Yo me emocioné mucho cuando lo leí por primera vez. Después de escribir el texto empezamos a hablar y le dije "tenemos que hacer algo". Empezamos a desarrollar la idea de hacer un homenaje a Coltrane que no fuera con un saxo tocando temas de Coltrane y con un batería tocando como Elvin [Jones]. Esos "Everest" que imponen tanto respeto son... ¡me encantan, son intocables! John Coltrane, Elvin Jones y su cuarteto representan para mí el súmmum del jazz, de esa música a la que quiero tanto, aunque también sabes que hay otras músicas que también me gustan mucho. No se puede hacer un homenaje a John Coltrane intentando reproducir a John Coltrane, ni siquiera como una idea. Nos dijimos: "vamos a hacer un homenaje pero con otro tipo de música, como si quisiéramos encontrar su espíritu o su fuerza. Algo parecido a una resonancia espiritual. Hacer algo que no tenga que ver con la técnica musical, y por supuesto realizarlo con una formación distinta a la de saxo tenor, bajo, batería y piano". No fue solamente una idea del timbre, ya que el homenaje se podría hacer con otras formaciones y seguiría homenajeando el espíritu de Coltrane. Esa fue nuestra idea.

     Luego estuvo el tema de la elección de los músicos. Ese disco-libro es totalmente improvisado. No hay ninguna composición, salvo el tema de Albert Ayler del principio que nos pareció importante incluirlo. Ya sabes que era un músico al que John Coltrane respetaba mucho y fue de los pocos que tocó en su entierro. Ese pequeño tema era una obertura: algo sí como una puerta que sirve para iniciar una aventura. Los demás temas son unas improvisaciones que acompañan al texto. El trabajo previo que tuvimos que hacer fue de seleccionar, de darle un ritmo al texto y partirlo en lo que luego serían las distintas improvisaciones. La idea fue encontrar músicos que estuviesen realmente empapados de esa música sin que tuviesen que tocarla. También tuvimos que encontrar al actor, que aquí es importantísimo. El elegido fue Denis Lavant, que es un actor francés muy importante. En el disco se encargó de leer los textos y les dio mucha vida, mucha fuerza y expresividad. El disco lo grabamos casi en la primera lectura. Yo lo escuchaba y lo veía en el estudio mientras estábamos tocándolo y fue muy emocionante.
 

     El proyecto lo hicimos con Sylvain Kassap al clarinete bajo. Su sonido no se parece en absoluto al del saxo tenor, aunque trae a la memoria a Eric Dolphy. Claude Tchamitchian está al contrabajo, y Dennis es el que le dió mucha vida al poema con su voz. Cuando lo estábamos grabando había unos momentos de una intensidad enorme gracias a los textos que estaba leyendo y a la fuerza de sus intervenciones. Había una actitud que me impresionó mucho gracias a las improvisaciones de su voz. Fuimos un verdadero cuarteto. El disco lo grabamos rápidamente. Cortamos el texto en partes, empezamos a leerlo en el orden en que se escribió inicialmente y comenzamos a improvisar. Ese es del disco, esa es la aventura.


PACHI TAPIZ: ¿Tuvisteis que realizar muchas tomas?

RAMÓN LÓPEZ: No, en ese disco no tuvimos que hacer muchas tomas porque... Al hacer muchas tomas en la improvisación se pierde frescura, se pierde toda la vida. Tampoco quiero decir que cuando repartimos el texto no decidimos que en determinados momentos íbamos a tocar de una determinada manera, más fuerte o más suave, o que tal parte tenía que comenzar con la intervención de uno de nosotros como solista. Por ejemplo, hay un tema que yo comienzo con un solo de batería y luego entran el resto de músicos. Esos detalles los decidimos casi sobre la marcha. Una vez has hecho esto ya no puedes decir vamos a repetir una o dos veces, una vez que estás leyendo el texto. Sí es cierto que hubo dos o tres veces en que repetimos una toma, pero es casi anecdótico en comparación con el resto del disco. Esto es así en este disco. En otros en los que hay improvisación y temas es posible hacer algunas tomas más, aunque es debido a que la propia estructura del tema es quien te lo permite. Pero en una improvisación como es la de este disco no, porque una improvisación es sólo un instante. Además de eso, estaba la voz de Dennis. Él no puede trabajar con su voz con tal intensidad, y repetir una toma diez veces.

     A mí en la improvisación me incomoda repetir mucho las cosas. Es una lucha constante que tengo. No lo digo sólo por las tomas de un disco, sino en general, por ejemplo de un concierto a otro. Es algo que tengo presente en cada instante que toco. Cuando empiezas a tocas te tienes que liberar. Es como me enriquezco y como descubro nuevos caminos. Incluso si hay algo que funciona después de un tiempo lo dejo de utilizar. Si estoy improvisando y empiezo un tema y por lo que sea tenemos que parar, cuando empiezo de nuevo lo hago de un modo diferente a como lo había hecho antes.

PACHI TAPIZ: ¿Habíais tocado juntos antes de grabar?

RAMÓN LÓPEZ: Nos vimos una vez para leer el texto en un local. Trabajar con un texto es como trabajar con una imagen, con películas mudas, o como trabajar en el teatro. Se puede hacer de dos maneras. O llegas e improvisas y ya está, o te tienes que impregnar del texto o de la imagen para tener una idea de por dónde va, de sus contrastes. Eso no significa que haya que tomar notas o escribir la música. El año pasado estuve tocando durante un mes y medio en una obra de teatro en Suiza. Aunque todo era improvisado, todo estaba de alguna manera "escrito". Estuvimos ensayando durante un mes y la improvisación quedó casi determinada. Yo no podía tocar de cualquier forma cuando los actores tenían que actuar. Tenía que saber si podía tocar fuerte o no para que se les oyese. También tenía que conocer sus desplazamientos para arroparlos y darles vida... o no, porque ya la tenían ellos con su propia fuerza expresiva y entonces no hacía falta la música. Aunque es improvisado, es un trabajo en detalle.

     En este caso fue relativamente rápido. Leimos todos juntos el texto una vez o dos, aunque yo ya lo había leido porque lo tenía de antes. Tanto con Sylvain como con Claude hemos tenido muchas experiencias juntos. Con Claude más, aunque con Sylvain toco desde hace más de veinte años, desde que llegué a Francia. Hemos tocado en conciertos sobre todo, ya que hasta ahora no habíamos grabado juntos. Dennis fue la sorpresa del disco. Descubir su fuerza, su voz, esa energía que le da leyendo al texto. Así es como salió.

     Yo cuando lo oí me emocioné, aunque no me suele gustar mucho oir mis discos, ya que suelo ser muy crítico conmigo mismo. Para mí no escucharlos es una manera de avanzar: pasamos al disco siguiente, al próximo concierto. Además es que fue ese instante. No hay trampa posible. Es lo que sentí, lo que toqué, lo que hice en ese homenaje rodeado de mis amigos. No puede ser otra cosa, ya no. Como ya no se puede cambiar nada, se queda así, y así es como van saliendo esos discos.


Fotografía cortesía de © Juan Carlos Hernández

PACHI TAPIZ: ¿Tenéis intención de tocarlo en directo?

RAMÓN LÓPEZ: Lo haremos en varios festivales importantes del circuito de la AFIJMA [Association des Festivals Innovants en Jazz et Musiques Actualles]. Hay varios festivales que están interesados, y eso que el disco casi acaba de salir.

PACHI TAPIZ: No sé si es apreciación mía, pero en el disco se te escucha tocando en un rol más clásico de batería de jazz.

RAMÓN LÓPEZ: Sí, es posible.

PACHI TAPIZ: ¿Tenías en mente el trabajo de algún batería?

RAMÓN LÓPEZ: ¿La memoria de Elvin?

PACHI TAPIZ: Por ejemplo...

RAMÓN LÓPEZ: Sí... no fue algo predeterminado. Por supuesto que Elvin ha sido uno de mis baterías fundamentales, no sólo de la historia del jazz, sino mío personalmente. Ha sido uno de los baterías que más me ha llegado y que más me ha impresionado. Y esa memoria tocando esa música, oyendo esos textos sobre John Coltrane con esa voz llena de energía, es posible que naturalmente haya una parte... o quizás es que sea por el trío de clarinete, contrabajo y batería... tocando con tiempos... Porque Claude toca con tiempos. Es que hay una cosa... Claude, por ejemplo: ¿te parece que toca de una manera más jazz?


Fotografía: © Capelle 2006

PACHI TAPIZ: Sí... Cuando os estuve viendo tocar en Jazz A Luz, el sonido de su grupo me traía a la memoria el espíritu de Mingus.

RAMÓN LÓPEZ: La adecuación: es una palabra clave. Con él no puedo tocar como cuando estoy tocando en un proyecto totalmente free con Barry [Guy]. Cuando Claude está tocando unas líneas que van sobre unos acordes está la adecuación. Yo no puedo tocar de cualquier modo. Esa adecuación quiere decir muchas cosas. Durante toda tu vida cuando tocas intentas hacer un cierto tipo de música, y pasas por todos los estados posibles. De aprender, a un estado de imitación. Después pasas a quitarte esa imitación. Eso ya es un milagro si te ocurre, porque entonces tienes tu propio sonido, tu propia manera de tocar. Hay muy poca gente que lo logra. Es muy muy muy muy difícil. Es casi imposible. Imagínate después de un siglo de jazz con todos los saxofonistas, contrabajistas y baterías que ha habido, el tener un sonido propio. Eso es una vida.

     Luego está la voluntad. No te quieres parecer a un músico. En ese momento estás tocando a la contra, estás provocando unas cosas, estás en una etapa de reflexión. Sigues sin estar en el verdadero camino porque estás con un exceso de voluntad para no parecerte, o para no querer hacer como hace tal músico. O para reproducir... o para... etcétera, etcétera... Luego hay otra etapa. Todo eso puede ocurrir y empieza a tener un sentido que es frágil. Y puedes ir de un lugar a otro según sople el viento, o con quién estés tocando. Y luego llega un momento en el que todo eso desaparece. Yo ya no puedo... yo lo único que hago... Me siento en la batería y lo que intento es tocar con lo que oigo y con lo que siento... Y ya no me importa intentar tocar como Elvin Jones, que no pienso que lo haga en este disco porque no podría hacerlo. No me importa porque soy todavía más libre, porque puedo tocar lo que siento realmente. Un recorrido así te puede llevar 20, 30, 40 años. Te puedes ir liberando de todas esas cosas para que en un momento lo que sea que eres, sea realmente tú, sin sufrir cuando me pueda parecer a un músico, cuando toco más jazz o más free con otro grupo en otro contexto, o puedo tocar... Eso es como si no tuviese importancia porque estoy en una sinceridad absoluta. Esto no es lo mismo que cuando intentas tocar o no tocar como Elvin Jones al principio del camino. Allí estás en algo mecánico. De querer hacerlo o no hacerlo, de hacerlo parecido o de parecerte sólo un poquito, pero no mucho. Yo te hablo de lo que pasa luego. Es lo que siento. A lo mejor me equivoco, pero cuando me siento a tocar improvisación total, cuando me siento a tocar lo de John Coltrane, o a tocar con Majid (Bekkas) un 6/8, es lo mismo.

     Con esa manera de tocar me siento perfectamente. Me encanta. Es jazz, pero como el de algunos baterías como Tony [Williams] con Miles [Davis] o Ed Blackwell. No es un jazz "cuadrado". Es un jazz flexible, no como un hacha que corta el tiempo. Es lo que me salió al encontrarme rodeado de todo eso. Lo asumo y me encanta, y me hace descubrir un montón de cosas. Te diré más. Tengo muchos problemas con muchos improvisadores respecto al ritmo. Yo he sido rítmico durante toda mi vida. Hay muchos improvisadores que anulan el concepto de ritmo. Se quedan en una cosa en la que sólo importa el timbre y les falta un elemento vital. Los improvisadores más jazz son esos que tienen ese concepto de ritmo en su forma de tocar. No sólo el concepto de timbre, de energía y de abstracción.

PACHI TAPIZ: En el free a veces hay quien opta únicamente por tocar de una forma expresionista...

RAMÓN LÓPEZ: Pues es una lástima.

PACHI TAPIZ: A veces hay grupos en los que uno sólo escucha intensidad, intensidad e intensidad. Es muy pobre porque no hay nadie que esté apoyando a los demás o desarrollando nada...

RAMÓN LÓPEZ: A eso le falta el condimento del ritmo. Yo he tenido discusiones con muchos músicos con los que he estado tocando e improvisando. Cuando yo toco como me dices que toco en ese homenaje como Elvin, es algo que me ha caido del cielo y me encanta. Me gusta esa forma de tocar el jazz como decimos. De esa manera, con esos rebotes y con esa vida que también es un poco visceral. Cuando anulas eso es como si tú...

PACHI TAPIZ: Ahí se pierde una parte importante de la música.

RAMÓN LÓPEZ: Se queda una cosa... Es como si haces un ser humano y por dentro su esqueleto fuese fofo o su corazón no tuviese pulso. Se queda como si le faltase algo, y es el ritmo. No te digo que tenga que ser un ritmo de una determinada parte del mundo. Es desarrollar algo sobre una duración, un ciclo. En todas las músicas del mundo existe un ciclo. Se pone a vivir, el ciclo toma forma y ahí tenemos un ser: el ser ritmo, el ser ciclo que lo vas adornando como sea. Es lo que pasa cuando ves a esos músicos de free geniales. A Evan Parker cuando se pone a hacer la respiración circular, o a baterías de free como Paul Lovens que tocan con mil timbres, pero que de repente se ponen a tocar algo con ritmo y es brutal... Pues eso. Esa es una noción para la que yo tengo un pie totalmente en el jazz.

Texto: © Pachi Tapiz
Fotografías: © Christian Ducasse, Juan Carlos Hernández, Capelle
Agradecimientos a Arturo Mora y «RogueArt»

Kassap - Lavant - López - Médioni - Tchamitchian - Ascension, Tombeau de John Coltrane

Sylvain Kassap (clarinetes), Ramón López (batería), Claude Tchamitchian (contrabajo), Denis Lavant (voz), Franck Médioni (poema)

1.- "For John Coltrane" (2:58) (Albert Ayler) 2.- "Le son? Le souffle?" (0:53) 3.- "L'infini intérieur" (3:53) 4.- "Buissons sonores" (5:15) 5.- "Prométhée défié" (8:38) 6.- "Instants tannés" (4:31) 7.- "Incantations" (0:14) 8.- "Un beau cauchemar" (5:39) 9.- "Celui qui a vu Dieu mourir" (1:31) 10.- "Tous ces sons volés aux muses" (3:11) 11.- "Tout un monde" (9:38) 12.- "Libre erance" (4:19) 13.- "A l'obscur, à la mort" (4:11) 14.- "Au détour de l'instant" (1:40) 15.- "Contre-jour" (9:36) 16.- "Quelle rive?" (6:14)

Todos los temas por Kassap - Lavant - López - Tchamitchian. Texto por Franck Médioni

Grabado en septiembre de 2008 en La Muse en Circuit (Alfortville, Francia). Publicado en 2009 por RogueArt. Rog-0022