www.tomajazz.com | Perfiles |

 
 
 
   

PAOLO FRESU: DE PROFESIÓN, MÚSICO .
Entrevista por JUAN CARLOS ABELENDA

Con motivo de un concierto que dieron en Gerona Paolo Fresu y Uri Caine, tuvimos la oportunidad y el placer de conversar con el trompetista italiano, uno de los músicos más afamados del viejo continente europeo.

La charla nos permitió comprobar el amor que profesa a dos de los trompetistas de la historia del jazz que más le han influido en su estilo musical, Miles Davis y Chet Baker. Asimismo nos sirvió para comentar su más reciente proyecto, el dúo con el citado Caine para el sello discográfico Blue Note, Things, que se puede considerar una de las grabaciones más sensibles y deliciosas que han aparecido últimamente en el mercado discográfico.


JUAN CARLOS ABELENDA: Me gustaría a comenzar a hablar por tu última colaboración con Uri Caine y en concreto por la formación a dúo. Has recurrido a este formato, especialmente con pianistas, en numerosas ocasiones a lo largo de tu extensa carrera discográfica, como por ejemplo con Nguyên Lê, Furio de Castri, Stefano Bollani o incluso Michel Grailler, Danilo Rea o Alain Jean Marie.¿Qué es lo que más te atrae de la dimensión musical de un dúo, y en concreto el de trompeta y piano?

PAOLO FRESU: Me gusta mucho la dimensión que hay en un dúo, y en concreto, entre el piano y la trompeta. Encuentro mucha libertad, mucho espacio a la hora de tocar. Con relación al dúo hay un problema de dimensión acústica a diferencia de cuando se toca en cuarteto, pues no cabe duda alguna de que el sonido es muy distinto. A mi me gusta mucho tocar con baterías, pero la batería a veces se come un poco el sonido de la trompeta. Es por ello que cuando se toca en cuarteto o en quinteto no está la magia del silencio. Por tanto, cuando se toca en una formación pequeña (como en dúo), todo el sonido esta ahí mismo para caminar. Es una dimensión más difícil, con más riesgo, debido a que no hay un colchón sonoro que te arrope, y además, estas más cansado porque no tienes un momento de relax. Lo que más me gusta en esta formación, es la dimensión del espacio, y la relación de éste con el sonido.

JUAN CARLOS ABELENDA: En relación a esta formación en dúo, se advierte la diversa procedencia musical de los instrumentistas con los que has participado, por ejemplo, Uri Caine con ascendencias de la música pop, electrónica y clásica, o Nguyên Lê, con un mundo sonoro amplio y bien variado. Estas músicas tan dispares, ¿como te han servido a ti como músico?

PAOLO FRESU: Soy un músico muy curioso, y me encanta la idea de hacer algo distinto. Con cada uno de ellos tengo la posibilidad de aprender cosas diferentes, y además cada dúo es una historia completamente distinta, y esto es muy bueno para mí, porque me obliga a buscar puertas diferentes a la expresión. Cuando se actúa en dúo, es mucho más fácil que con tres músicos, un trío es muy difícil.

JUAN CARLOS ABELENDA: … aunque tienes un trío como P. A. F., que es una perfecta conjunción musical.

PAOLO FRESU: Sí, con P. A. F. ahora es muy fácil, porque esta formación está muy rodada, aunque sigo considerando el trío como muy difícil, porque la dinámica del trío es distinta. Además cuando se toca en dúo es muy importante establecer una comunicación directa. Con Uri Caine creo que en los últimos cuatro años tan sólo hemos hablado de música dos veces. No lo necesitamos, ya tocamos música cuando estamos encima de un escenario y cuando una cosa está bien, está bien, y cuando no funciona, no funciona. Es por ello que encuentro esencial la comunicación y la relación musical, pero también la humana, y cómo interpreta cada uno su parte musical.

JUAN CARLOS ABELENDA: Y con respecto al bagaje tan importante que aporta Uri Caine, es claramente perceptible que es la antitesis de tu personalidad musical. ¿Cómo se combinan estas dos personalidades tan distintas musicalmente hablando?

PAOLO FRESU: Tocar con Uri Caine es como conducir un Ferrari, pues lo tiene todo, tiene un conocimiento enciclopédico, tiene un swing impresionante, le gusta tocar jazz tradicional y sus conocimientos musicales son amplísimos. Tenemos dos personalidades distintas y por ello dos historias diferentes, pero en cambio hablamos el mismo idioma. Esto es muy bueno, porque al final tenemos la misma idea de la música. La música es el pretexto para tocar, pues podemos tocar cualquier tema. El repertorio es un simple pretexto para tocar, pero para hacerlo en clave de jazz.

JUAN CARLOS ABELENDA: Y con respecto al proyecto a dúo con Uri Caine en concreto, ¿qué os movió para llevarlo a cabo?

PAOLO FRESU: Uri Caine fue invitado al festival de jazz que yo organizo anualmente, y me preguntó si en el concierto quería tocar un tema conmigo. Más tarde, como dos o tres meses después, decidimos tocar dos noches juntas en un club de jazz en Roma que se llama La Palma. Fue tan extraordinaria la interacción entre nosotros, que vimos posibilidades en esta formación. Además el repertorio que utilizamos en esas noches fue elegido poco antes de tocar, no estaba preconcebido.

JUAN CARLOS ABELENDA: Respecto a la repertorio, ¿cómo se produjo o se produce la elección de los temas a tocar, o los que se utilizaron para la grabación del disco?

PAOLO FRESU: No tenemos un repertorio tal y como se concibe en la actualidad, porque la idea de lo que se va a tocar depende de nuestros gustos musicales. Nuestro repertorio es muy heterogéneo, si nos gusta un tema lo tocamos. Durante el concierto hay momentos totalmente improvisados, que no sabes adónde te van a llevar.

JUAN CARLOS ABELENDA: Con respecto a la improvisación, ¿qué parte de interés y de importancia tiene para ti a la hora de desarrollar la música?

PAOLO FRESU: Sin duda me interesa mucho, pues la improvisación me puede servir para un tema determinado. Es muy importante en cada concierto, porque ello te permite que aparezcan cosas nuevas cada noche. Además no tocamos los mismos temas cada noche, pero la idea de tocar temas más libres es un viaje que sirve para cambiar muchas cosas.

JUAN CARLOS ABELENDA: A lo largo de tu carrera has tocado en infinidad de formatos y grupos. ¿Tienes algún tipo de formación preferida y en cuál te encuentras más cómodo?

PAOLO FRESU: Cada formato o mejor dicho, cada proyecto, tiene su historia. Con mi quinteto hay una historia que se ha ido formado a lo largo de muchos años, hay una historia humana y una comunicación increíble. Puedo afirmar que cada uno de mis proyectos son muy diferentes, este proyecto con Uri Caine es una formación acústica, en cambio la formación a trío es mucho más libre, mientras que con mi nuevo cuarteto tocamos música más eléctrica, se podría decir que es una continuación del Angel Quartet con Nguyên Lê. Cada proyecto es muy diferente, y se puede decir que me gustan todos los tipos de formatos musicales que me sirven para expresarme.

JUAN CARLOS ABELENDA: … se puede decir que tu personalidad musical necesita este abanico tan amplio de diferentes medios expresivos, a través de formaciones distintas y dispares.

PAOLO FRESU: Absolutamente sí.

JUAN CARLOS ABELENDA: Aunque en verdad te faltaría el tocar en solitario, para poder afirmar que has tocado en todos los formatos posibles.

PAOLO FRESU: No. Ya toqué el año pasado en solitario en el auditorio de Roma, ante de tres mil personas. Dentro de poco lo volveré a llevar a cabo, y lo voy a realizar con la idea de utilizar el espacio acústico y teatral, así como aprovechar todas la posibilidades que me da el escenario. Además utilizaré tanto la música acústica como la electrónica; yo soy todas las partes de este concierto. Este concierto en un gran reto a nivel musical, es muy difícil.

JUAN CARLOS ABELENDA: ¿Y la posibilidad de grabar una actuación en solitario?

PAOLO FRESU: Es más difícil todavía, debido a que como juego con la amplificación es complicado. El concierto de Roma fue estupendo, pero la grabación que se llevó a cabo no dio la medida de lo que realmente fue el concierto. Cuando estoy sobre el escenario, está el sonido y estoy yo, y a veces sueno por diversos lados, pero a su vez los espectadores devienen músicos, porque se encuentran dentro de la sala. Esta variación teatral la encuentro muy interesante, pero cuando escuchas lo que has tocado, no suena lo mismo.

JUAN CARLOS ABELENDA: ¿Cómo ha evolucionado desde su creación hasta la fecha actual tu afamado "quinteto italiano"? No cabe duda de que este grupo ha ido cambiando a lo largo de más de veinte años. Con respecto a las primeras grabaciones que llevasteis a cabo ¿crees que vuestro discurso original sigue permaneciendo vigente en la actualidad?

PAOLO FRESU: Cuando escucho las primeras grabaciones de esta formación, que son del año 1984 y 1986, percibo una buena energía, y ante todo está la música del grupo, que considero muy buena. De la escucha de estas grabaciones encuentro que hay una idea muy clara de lo que se quería llevar a cabo. Por el contrario, si escucho mis solos de trompeta, encuentro que algunos de los mismos estaban, cómo decirlo…, un poco verdes. Ahora es diferente, el grupo esta mucho más compacto y la música es diferente, especialmente ahora que hemos llevado a cabo cinco discos, en los que cada uno de los músicos demuestra su faceta de compositor. Es un proyecto que está recibiendo críticas muy buenas. Cada proyecto se ha relacionado con un color para cada música, aunque la idea principal era tocar con el quinteto, y demostrar que el grupo puede tocar como una unidad. Es decir, que se puede tocar la música de cinco compositores que son completamente diferentes, y el resultado será que la música se pueda interpretar de la misma manera.

JUAN CARLOS ABELENDA: Con respecto a tu quinteto, ¿qué influencia hay en el mismo de los grandes quintetos de Miles Davis, el primero con John Coltrane y el segundo con Wayne Shorter?

PAOLO FRESU: Yo adoro los quintetos de Miles. La idea que más me ha gustado de Miles Davis fue la relación que tenía con los músicos, una relación muy íntima y libre. Cuando Miles empezaba a tocar no había una lista de las composiciones a interpretar, tocaba y entonces todo el mundo se unía a ello. En nuestro quinteto puedo decir que en los últimos quince años casi no hemos realizado una lista de composiciones para tocar en un concierto.

JUAN CARLOS ABELENDA: Pero con el trío P. A. F. tienes una historia completamente diferente.

PAOLO FRESU: P. A. F. es un grupo diferente, porque de entrada no tiene batería. Es un grupo muy libre, muy creativo, en el que la relación entre los músicos es muy extraña. Hay noches que tocamos con una energía muy fuerte y yo busco un espacio para tocar el tema más tranquilo. Con Antonello no se puede, es uno de los músicos más fantásticos que hay en el mundo. Entonces no puede preguntar cómo quieres tocar, sino que tienes tocar como puedes. Esto es fantástico y único.

JUAN CARLOS ABELENDA: Hemos hablado antes un poco de Miles Davis, me gustaría retomar el hilo con respecto a dos de los mejores trompetistas de la historia del jazz. Es evidente que la trompeta de Miles Davis ha influido en tu forma de tocar, pero ¿cómo te ha servido su música? También señalaría que es perceptible en tu sonido la dulzura y la delicadeza de Chet Baker.

PAOLO FRESU: La influencia de Miles fue primero, evidentemente. He estudiado mucho el sonido de la trompeta y el sonido con sordina, así como la organización de la música, la organización del solo y la relación de Miles con el resto de músicos. Hay mucho que estudiar en la música de Miles Davis. Luego, más tarde, vino Chet Baker. Son dos músicos diferentes, pero a la vez un poco iguales. Aunque hay otros trompetistas que me gustan, como Clifford Brown, Freddie Hubbard, Wynton Marsalis o Tom Harrell.

JUAN CARLOS ABELENDA: … la interpretación y la música de Tom Harrell es muy especial, por esa forma que tiene de acariciar la música.

PAOLO FRESU: Si, correcto. No es perfecto, ni tiene la técnica de Marsalis, pero tiene un corazón muy presente en la música. También me gustan trompetistas modernos, como por ejemplo Kenny Wheeler o el polaco Tomasz Stanko o Nils Petter Molvaer.

Chet Baker fue un gran trompetista, mientras que Miles Davis fue un gran trompetista y un gran creador de arte. Miles fue un poco como Picasso para la pintura. Es un músico que toca muy bien su instrumento, pero el instrumento no es la trompeta, sino las ideas, la cabeza y todo lo que hay detrás de ello. Chet Baker fue un trompetista extraordinario, pero Miles Davis fue uno de los grandes impulsores culturales del jazz.

JUAN CARLOS ABELENDA: Hemos comentado que a lo largo de tu carrera has tocado con muchos músicos italianos. ¿Existe un jazz italiano como tal?

PAOLO FRESU: Yo creo que sí, porque el jazz italiano tiene una marca precisa, una personalidad muy fuerte, tiene una idea de la música muy melódica.

JUAN CARLOS ABELENDA: … aunque al principio el jazz italiano mostraba una marcada impronta estadounidense.

PAOLO FRESU: Sí, por supuesto. Estoy hablando de los últimos quince años. Creo que el jazz italiano tiene mucho más éxito porque esta mucho más distante del idioma americano. El jazz italiano aprendió del jazz americano, pero hoy tiene la capacidad de hacer una música con personalidad propia.

JUAN CARLOS ABELENDA: No hay más que ver el éxito de músicos como Enrico Rava o Stefano Bollani en ECM, o la estupenda trayectoria del pianista Enrico Pieranunzi, o el éxito del saxofonista Rosario Giulani o Stefano di Battista en Dreyfus o Blue Note.

PAOLO FRESU: Sí, por supuesto, pero hay muchísimos más. Los que has nombrado son los músicos que tienen mucho éxito, pero hay muchos músicos jóvenes que tocan muy, pero que muy bien. Creo que la dimensión del jazz italiano hoy en día es, sencillamente, increíble. Y es una lástima que tan sólo se conozcan siempre los mismos músicos, porque hay músicos muy jóvenes que tienen una gran calidad.

Hay un músico que para mí es fantástico, Fabrizio Bosso, que acaba de publicar una nueva grabación para Blue Note, con una orquesta de cuerdas, con Stefano di Battista, y yo me he encargado de hacer la notas de la carpetilla del compacto. En esas notas he hablado un poco de la historia de la trompeta en Italia en los últimos veinticinco años. Y comienzo con una historia, en concreto, cuando decían de mí que era el nuevo talento del jazz italiano en el año 1984; estaba en Roma en la sala de la televisión junto a Enrico Rava y algunos de los músicos de la generación que tocaban como Chet Baker. Ahora he encontrado otro músico, Flavio Boltro, que considero muy bueno. En esas notas hablo de los pocos trompetistas que había antes, pero en cambio ahora hay una nueva generación de trompetistas, que tocan de forma magnífica y con un estupendo sonido. Y que conste que hablo sólo de la trompeta y no del resto de instrumentos.

JUAN CARLOS ABELENDA: ¿Crees que hoy en día es necesario ir a Estados Unidos, por esa vieja idea de ir al país donde nació el jazz para aprender cómo se toca y cómo se desarrolla?

PAOLO FRESU: En la actualidad no es necesario. Porque creo que hay escuelas muy buenas. Además en Europa creo que hay una forma distinta de ver el jazz. En EE. UU. hay muchas escuelas y además son muy diferentes. La que conozco es la Berklee School de Boston, que creo que tiene una idea muy técnica, mientras que por el contrario, en Europa se enseñan cosas distintas, como por ejemplo, sobre la idea de la creatividad de la música. Yo mismo soy profesor de música, y en mi escuela no se habla de música, sino cómo se puede hablar música. Creo que es muy importante saber tocar las notas, no cuándo tocarlas.

JUAN CARLOS ABELENDA: Con todo esto, y partiendo de tu afirmación de que existe un jazz italiano con personalidad propia, ¿se puede asimismo decir que existe un jazz europeo, y que es distinto del jazz americano?

PAOLO FRESU: Sí, creo que sí. Creo que el jazz europeo es el resultado de toda la música que se toca en Europa. Se puede hablar de jazz europeo desde el momento en que se puede hablar del jazz nacional; el jazz italiano tiene una dimensión al igual que el jazz francés, como el jazz de Noruega, de Suecia o de Dinamarca. Lo mismo ocurre con el jazz español y con el flamenco. Al final si cada país tiene su propia personalidad, se puede hablar de jazz europeo, es decir, cuando se habla del resultado de todas las características diferentes de cada país. Esta es la diferencia con Estados Unidos, pues allí tienen Nueva York y la Costa Oeste, no hay muchos estilos diferentes, no hay una personalidad distinta, sino que se toca todo junto.

En Italia se tocan muchos tipos de jazz, desde el be bop, al hard bop, mientras que hay otros músicos que tocan la música del Mediterráneo mezclada con jazz o la música del Centroeuropa.

JUAN CARLOS ABELENDA: Esta circunstancia lleva a que muchos músicos americanos quieran participar en proyectos junto a músicos europeos.

PAOLO FRESU: Porque no se toca en Estados Unidos lo mismo que se toca en Europa. En Estados Unidos no hay dinero para el jazz. Además me sabe muy mal decir que en el país donde nació el jazz hoy en día se trata a los músicos de jazz con bastante indiferencia. En Europa hay más respeto para el jazz, y es por ello que los músicos americanos vienen a tocar a Europa, pues en su propio país tienen serias dificultades para hacerlo.

En Europa el jazz es un poco la música contemporánea. Es como si en Europa fuese la música dinámica, donde no paran de suceder cosas. Mientras que en Estados Unidos el jazz va por detrás, en una dirección muy similar a la del pasado.

Texto © 2007 Juan Carlos Abelenda
Fotos © 2007 Carmen Llussà