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..:: ENTREVISTA CON MIGUEL ZENÓN

   
 


Entrevista a Miguel Zenón por Arturo Mora Rioja
5 de Mayo de 2004, 17:45 h. Hotel NH Paseo de la Habana (Madrid)



   

 

Arturo: Pregunta obligada para comenzar: ¿qué tal la gira española?

Miguel: Muy bien, una experiencia. Había hecho gira por España con otros grupos, pero no con el mío. La acogida ha sido bastante buena.

Arturo: Llevas en Calle 54 desde el lunes. Éste es un lugar rodeado de controversia, por el hecho de que la gente está cenando mientras los músicos tocan...

Miguel: Sí, de eso veníamos hablando. Quizá yo estoy acostumbrado a que haya una especie de conexión entre el público y la música, especialmente con la música que nosotros estamos haciendo, que no es necesariamente difícil de escuchar, pero que no es música de fondo. Necesita un nivel de atención del oyente para que la gente pueda, no entenderla, sino viajar con nosotros y permitirnos crear cosas nuevas. Eso no ocurre aquí a ese nivel, como sí ha ocurrido en otros sitios donde hemos tocado, como en Barcelona, donde la gente iba con la intención de escuchar música, no de comer ni de hablar ni de fumar cigarros o lo que sea.

Arturo: La sensación que uno se lleva al escuchar tus discos es que sacrificas en cierto modo tu nivel técnico para ofrecerte más como intérprete, que prefieres sonar lírico y melódico que mostrar artificios técnicos. ¿Qué es lo que buscas realmente en tu forma de tocar?

Miguel: Lo que intento transmitir es básicamente lo que tú estás diciendo, trato de no concentrarme en el nivel técnico, aunque intento estar al día en mi instrumento. Pero cuando toco música intento transmitir la idea que tengo lo más clara posible, sin ningún tipo de obstáculo, y un obstáculo puede ser claramente el instrumento. Por eso trato de mantener la mayor cantidad de control posible, para que mis ideas fluyan libremente. Trato de mantenerme al día, pero no con la intención de impresionar con técnica, con pirotecnia y cosas así. Mi idea es crear música que tenga un nivel de energía que no sea necesariamente showy o flashy (ostentosa). Tocar de esa forma, rápido, alto, duro es una manera de llegar fácilmente a la gente, pero mi idea es crear ese mismo efecto con una intensidad más normal.

 

Arturo: Has tocado con maestros como David Murray, Bobby Hutcherson, Charlie Haden... ¿Quién te ha influido más y en qué modo?

Miguel: Yo diría que muchos, básicamente todos. Pero en el tipo de música que estoy tratando de hacer, combinando sobre todo música de Puerto Rico con jazz, hay gente con la que he trabajado como Danilo Pérez, Edward Simon o David Sánchez que llevan haciendo esto desde mucho antes que yo, y que han sido una auténtica influencia en el sentido de que compartimos una visión bastante similar de lo que queremos hacer, que es una fusión que esté balanceada en cuanto a que el nivel de influencia latinoamericana y el nivel de influencia del jazz sea igual en términos de calidad y cantidad.

Arturo: También te quería preguntar por eso. En tu primer disco Looking Forward sí se nota realmente una influencia latina muy grande, pero en Ceremonial está más difusa, a lo mejor por ser un disco más amplio de concepto.

Miguel: Sí, yo la manera en que lo veo es que en Looking Forward, quizás por ser mi primer disco, yo lo utilicé casi como una tarjeta de presentación, mostrando muchas ideas diferentes, y tratando de ponerlo todo en un disco, y quizás en Ceremonial me tomé mi tiempo y traté de desarrollar una visión, en términos musicales, a la que pertenecen todas las canciones del disco, donde lo principal es la melodía, y todo fluye alrededor de la melodía. Todo fue más lento en términos de presentación, me tomé las cosas con un poquito más de paciencia. El primer disco lo utilicé más para mostrar todas las cosas que pensaba, y quizás en éste me he tomado más tiempo.

Arturo: Entonces ¿la distancia entre discos va a ser mayor ahora?

Miguel: Yo espero que no, porque tengo bastante claro lo que quiero hacer en los próximos discos. Más que la distancia va a ser el desarrollo conceptual lo que va a ir más lento.

Arturo: Tu sonido es eminentemente acústico, pero hay temas del último disco donde usas Fender Rhodes y bajo eléctrico. ¿Tienes pensado evolucionar hacia terreno eléctrico?

Miguel: Sí, definitivamente sí. Es una de las ideas que tengo. No completamente eléctrico, entre otras cosas porque mi instrumento es acústico, y no hay nada que pueda hacer si no es usando pedales, micrófonos y qué se yo, pero sí hay muchas cosas que las escucho eléctricas. Uno de mis proyectos futuros es un grupo con el que ya he estado tocando con bajo eléctrico y percusión.

Arturo: Hay un tema del disco que me tiene obsesionado desde la primera vez que lo oí: Morning Chant, en el que he escuchado varias cosas. Por un lado tiene algo de canto tribal, por otro escucho un concepto minimalista a lo Michael Nyman, en el sentido de tomar un pequeño motivo e irlo desarrollando progresivamente, e incluso si en el puente cambiamos el saxo por una guitarra eléctrica podría ser perfectamente un riff de heavy metal. ¿Cómo surge Morning Chant?

Miguel: Bien, pues mira, la historia es bastante graciosa. Yo estudié en la Manhattan School of Music, y tomé una clase de análisis teórico de los compositores del siglo XX: Stravinsky, Schoenberg, Debussy, etc. Y el maestro, que era un tipo muy abierto, trajo un día a la clase un disco de unos cantos tibetanos, un canto que hacían unos niños por la mañana, de ahí lo de Morning Chant. Era como una meditación, repetían ese riff a varias voces, y duraba como media hora. Luego nos puso otro que era parecido a lo que hacemos en el puente. Me quedé obsesionado con esas ideas, en clase todo el mundo estaba hipnotizado. Escribí esa idea en la libreta y fui después trabajando poco a poco la idea de la canción, yo quería que fuera algo bien libre, intentando que ese riff repetido creara el mismo efecto que tuvo en mí, que fue algo hipnotizante.

Arturo: Y lo conseguiste. El meter las voces de los cuatro músicos cantando el riff fue entonces el recordatorio de los cantos tibetanos, ¿no?

Miguel: Sí, exacto. Yo quería hacerlo con niños, pero iba a ser bien complicado.

Arturo: Hablemos de tus comienzos. ¿Cómo fue lo de conocer a tu productor Branford Marsalis?

Miguel: Yo llevo tiempo tocando para David Sánchez, y algunos de sus discos para Sony/Columbia los produjo Branford, así que le conocí grabando para David. Con David habíamos grabado varios originales míos, y un día Branford me dijo que querían hacer algo conmigo si no tenía otros compromisos, ya que en esa época ya había grabado mi primer disco para Fresh Sound, aunque aún no había salido. Y al final lo hicimos.

Arturo: Habitualmente tocas con Antonio Sánchez, pero ahora está Jeff Ballard en la gira. Son dos baterías enormes, ¿qué te aporta cada uno de ellos?

Miguel: Los dos son increíbles músicos, pero son bien diferentes. Antonio es un virtuoso de la batería en términos del control y la técnica, y la capacidad que tiene de hacer fáciles cosas difíciles, y encuentro que Jeff, aparte de ser un gran percusionista y tener una gran experiencia tocando con muchos de los grandes, tiene un sentido de musicalidad que para mí es como una frescura. Siempre que toca una canción aporta algo nuevo. Habíamos tocado antes en otros grupos y siempre hemos tenido una conexión muy buena, no sólo musical sino personal. Siempre pensé en él para tocar en mi cuarteto, y ahora se presentó la oportunidad.

Arturo: ¿De qué músicos nos puedes hablar que no conozca mucho la gente? Músicos de la escena de Nueva York, por ejemplo.

Miguel: Hay muchísimos, se te va a acabar la cinta... (risas) Hay muchos saxofonistas, no sé si conoces a Myron Walden, hay un tenor que se llama Mark Strickland, un trompetista que se llama Jeremy Pelt, hay tantos músicos en Nueva York... En el círculo de la fusión que nosotros estamos haciendo está Luis Perdomo, Antonio Sánchez, Adam Cruz, Hans Glawischnig, Carlos Enríquez, Edsel Gómez, Edward Simon, ...

Arturo: Sobre músicos españoles te he oído hablar de lo que te gusta Perico Sambeat, pero en toda Europa ¿qué otros músicos conoces?

Miguel: Pues en Europa, en general, la mayoría de los que conozco son españoles. Conozco varios músicos holandeses que viven en Nueva York, que no son muy conocidos pero son buenos músicos, una cantante italiana: Chiara Civello. A los españoles les conozco porque han ido a la escuela conmigo en Nueva York, como Perico, Alexis Cuadrado o Albert Sanz.

Arturo: Y con relación a la escena jazzística de Puerto Rico, ¿qué nos puedes contar? ¿sigues en contacto con ella?

Miguel: Sí, sigo en contacto. En Puerto Rico siempre ha sido difícil al no haber una escuela de jazz. Hay escuelas clásicas, pero no de jazz, aunque ahora están empezando a meter programas de jazz y a traer a gente de fuera. Llevaron a Branford, a Danilo, a David, y ya están tomándolo más en serio, y eso crea una iniciativa para la gente joven que está empezando a tocar y aspira a ser un profesional, a ir a Nueva York, etc. Va lento, porque en Puerto Rico siempre están los obstáculos de que no hay dónde tocar, no hay clubes, hay un festival pero es bastante comercial, con smooth jazz y cosas de salsa. Yo lo que pienso es que, al contrario de sitios como aquí en España, no hay ese deseo del Gobierno de culturizar a la gente, de traer auténticos músicos de jazz. Prefieren traer lo que la gente quiere escuchar, cosas bailables, placenteras, que no requieran prestar atención, y yo pienso que eso es lo que falta, ese sentido de querer educar a la gente, aunque creo que en el futuro quizás pueda pasar.

Arturo: Muy bien, y ya para acabar, háblame de tus próximos proyectos.

Miguel: Tengo tres o cuatro cosas en la cabeza esperando básicamente a que la compañía me dé el visto bueno para grabar. Estoy trabajando en un proyecto de una música de la montaña de Puerto Rico que se llama música jíbara, y sería una composición extendida que estrenaremos en Nueva York dentro de mes y medio, y lo más seguro es que se convierta en una grabación. También tengo el proyecto electrónico que te comenté con bajo eléctrico y percusión. Y por mi parte seguir estudiando y no quedarme estancado. Ahora estamos tocando la música del disco, pero intentamos variar en cada show para no quedarnos ahí. Luego este verano voy a tocar con Charlie Haden y espero repetir el año que viene con el San Francisco Modern Jazz Collective, donde está Bobby Hutcherson y Joshua Redman. Para mí con eso es suficiente.

   
   
© Arturo Mora Rioja, Tomajazz, 2004