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THE BAD PLUS
  • Fecha: 22 janeiro 2004 / 22 de enero de 2004
  • Lugar: Centro Cultural de Belém, Lisboa
  • Lotação: praticamente cheio / practicamente lleno

  • Componentes:
    Ethan Iverson (piano)
    Reid Anderson (contrabaixo / contrabajo)
    David King (bateria / batería)

Resenha - Reseña 

Portugués: Eduardo Chagas

Español: Eduardo Chagas - traducción: Diego Sánchez Cascado


 

  • Resenha: O concerto do trio The Bad Plus, ontem à noite no Centro Cultural de Belém (CCB), esteve em maré bem alta. Para mim constituiu meia surpresa, porque já conhecia o único álbum do trio até agora publicado, “These Are The Vistas” (Sony Music), e um concerto que a BBC Radio 3 emitiu o ano passado via net. A outra metade da surpresa foi-me oferecida em directo, no Grande Auditório do CCB, em casa cheia e som com volume mais alto do que é habitual para aqueles lados, ideal para se ouvir aquela música. Música completa, na forma e conteúdo.

    Quero dizer com isto que o trabalho dos The Bad Plus é esteticamente compreensivo, incluindo uma boa dose de free jazz energético, em desbunda controlada, muita memória jazz, rock desconstruído (ouviram-se entre outros, temas de Blondie, “Heart of Glass”, Nirvana, “Smells Like Teen Spirit”, e, perto do fim do segundo set, um hit que me pareceu saído da pena dos saudosos Black Sabbath). Com humor, bom gosto, ar moderno, leve, fresco e despretensioso, sem cair nas armadilhas do “modernaço” e do estereótipo que acena aos tops indie, ao Lincoln Center de NYC e a outros templos das mais diversas ortodoxias, algumas delas pretensamente vanguardistas.

    A atitude rockeira de fundo e a sensibilidade pop que cruzam a música dos The Bad Plus de alto a baixo, funcionaram como um continuum e forneceram a dose certa de energia positiva e contagiante, a desafiar as convenções do rock e do jazz de forma tranquila e descomplexada. Qualidades que tantas vezes faltam a formações do jazz e do rock mais complacente e auto-satisfeito da actualidade.

    Refundação do trio de piano? Não sei se será esse o caso, porque não me parece que o objectivo esteja sequer inscrito na agenda dos The Bad Plus. Pelo que vi e ouvi em Belém, talvez Ethan Iverson, Reid Anderson e David King, pretendam apenas pegar num formato que é em si mesmo um clássico, e usá-lo para compor e executar uma música acústica vanguardista, conscientemente híbrida e provocatória, que utiliza o jazz como veículo, um ingrediente entre outros, eventualmente aquele que entra em maior proporção.

    É possível que seja por aqui que venha a passar o futuro do jazz e há até quem fale em revolução. A ser assim, admitindo a hipótese, estaremos ainda nos preliminares. Todavia, esteja a revolução em curso (três espingardas já eles têm) ou trate-se apenas de uma moda (mais uma?!) lançada pelas revistas “da especialidade”, como outros consideram, o certo é que a música que se ouviu no CCB e o nível artístico do trio são indiscutivelmente de altíssimo nível, goste-se mais ou menos da música, das revoluções ou das modas (a indumentária do pianista ajuda muito pouco). Independentemente de tudo isto, um dado positivo e saudável foi constatar a presença no Grande Auditório de uma assistência maioritariamente jovem.

    Contrabaixo volumoso, o pilar central da estrutura, a funcionar ora como âncora, ora como motor ou leme do navio. Um piano potente, sólido e fortemente percutido, servido por arranjos elaborados e enriquecidos com o uso de dissonâncias, a denotar que todo o passado e o presente jazz do instrumento foram bem absorvidos e processados por uma mente enformada pelo rock. Bateria forte e ágil, com marcação energética importada daquele género. Execução irrepreensível e um bom concerto de música (pós)moderna improvisada, a abrir a temporada de 2004!

    Eduardo Chagas


  • Comentario: El concierto del trío The Bad Plus, esta noche en el Centro Cultural de Belém (CCB), estuvo en marea bien alta. Para mí constituye una media sorpresa, porque ya conocía el único disco del trío hasta ahora publicado “These Are The Vistas” (Sony Music) y un concierto que la BBC Radio 3 emitió el año pasado vía Internet. La otra mitad de la sorpresa me fue ofrecida en directo en el Gran Auditorio de CCB, con aforo lleno y un sonido con un volumen más alto del que es habitual en estos recintos, ideal para escuchar esta música. Música completa en forma y contenido.

    Quiero decir con esto que el trabajo de The Bad Plus es estéticamente inteligible, incluyendo una buena dosis de free jazz energético, con un desbarajuste controlado, mucha memoria de jazz, rock deconstruído (se oyeron entre otros temas de Blondie –“Heart Of Glass”-, Nirvana – “Smells Like Teen Spirit”- y, al final del segundo set, un hit que me pareció salido de la pluma de los lúgubres Black Sabbath). Con humor, buen gusto, aire moderno, leve, fresco y sin pretensiones, sin caer en las trampas de la “modernidad” y del estereotipo que se celebra en los tops indie, en el Lincoln Center de Nueva York y en otros templos de las más diversas ortodoxias, algunas de ellas pretendidamente vanguardistas.

    La actitud rockera de fondo y la sensibilidad pop que recorren la música de The Bad Plus de arriba abajo, funcionaron como un continuum y proporcionan la dosis justa de energía positiva y contagiosa, que desafía las convenciones del rock y del jazz de forma tranquila y desacomplejada. Cualidades que tantas veces faltan en las formaciones de jazz y de rock más complacientes y auto-satisfechas de la actualidad.

    ¿Refundación del trío de piano? No sé si será este el caso, porque no me parece que este objetivo figure siquiera en la agenda de The Bad Plus. Por lo que vi y oí en Belem, tal vez Ethan Iverson, Reid Anderson y David King sólo pretendan usar un formato que es, en sí mismo, un clásico y usarlo para componer y ejecutar una música acústica vanguardista, conscientemente híbrida y provocadora, que utiliza el jazz como vehículo, un ingrediente más, tal vez el que utilizan en mayor proporción.

    Es posible que sea por aquí por donde vaya a pasar el futuro del jazz y hay incluso quien habla de revolución. De ser así, admitiendo la hipótesis, estaremos en los preliminares. Todavía, sea una revolución en curso (ya tienen plantadas tres picas) o sólo una moda (¿una más?) lanzada por las revistas “especializadas”, como otros piensan, lo cierto es que la música que se escuchó en CCB y el nivel artístico del trío son indiscutiblemente de altísimo nivel, le guste a uno más o menos la música, las revoluciones o las modas (la indumentaria del pianista ayuda muy poco). Independientemente de todo esto, un aspecto positivo y saludable fue constatar la presencia en el Gran Auditorio de una asistencia mayoritariamente joven.

    El contrabajo voluminoso, pilar central de la estructura, funciona bien como ancla, bien como motor o remo del navío. Un piano potente, sólido y fuertemente percutido, ayudado por arreglos elaborados y enriquecidos con el uso de disonancias, mostrando que todo el pasado y el presente jazzístico del instrumento han sido bien absorbidos y procesados por una mente formada por el rock. Batería fuerte y ágil, con una pulsación energética importada de aquel género. Ejecución impecable y un buen concierto de música (pos)moderna improvisada, para abrir la temporada de 2004.

    Eduardo Chagas traducción por Diego Sánchez Cascado