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BEBO VALDÉS con la ALL STAR LATIN JAZZ BIG BAND - "BEBO DE CUBA"
  • Fecha: 15 Noviembre 2004
  • Lugar: Sala Sinfónica Auditorio Baluarte (Iruña - Pamplona)
  • Asistencia: Lleno (1500 espectadores aprox.)
  • Hora: 20 H


Bebo Valdés y la All Star Latin Jazz Big Band
(Fotografía promocional)

  • Componentes: Trompetas: Pedro "Little Pete" Rodríguez, Kenny Rampton, Matt Hilgenberg, Guido González y Kevin Bryan; Saxos:  Enrique Fernández, Todd Bashore, Peter Brainin, Oscar Feldman y Pablo Calogero; Trombones: Luis Bonilla, Gary Valente, Douglas Purviance y Tokunori Kajiwara "Kaji"; Percusiones: Luis Bauzo, Vicente "Little Johnny" Rivero y Willie Martínez; Bajo: Cruz "Cucho" Martínez; Guitarra: Octavio Kotan; Piano: Eric Figueroa; Director y Piano (1ª parte): Bebo Valdés

  • Comentario: El hechizo de la "Calle 54" cinematográfica de Fernando Trueba y sus consecuencias colaterales llenaron la Sala Sinfónica del Auditorio "Baluarte" de la mano del venerable octogenario Bebo Valdés. 87 años de tremenda vitalidad que contemplan, desde la altura de su físico, la entregada actitud de un público que le ha descubierto en la recta final de una carrera en el exilio. Exilio de una Cuba a la que promete no volver mientras siga... lo que sigue.

    "Bebo de Cuba" es el título del último regalo discográfico del pianista gracias a la cartera de sus benefactores Trueba y Nat Chediak. Un doble CD que ampara "El Solar de Bebo" (para grupo de cámara) y "Suite Cubana" (para gran orquesta o big band, según se prefiera). Doble CD que tuvo transcripción escénica en un doble concierto con Bebo al piano en su primera parte y con Bebo como director en su segunda.

    Para partidarios de "lo bueno, si breve, dos veces bueno" (caso de servidor), las casi dos horas y media de concierto se tornaron excesivas. Máxime cuando hablamos de una música que tiene en la reiteración rítmica y armónica una de sus claves fundamentales. La parte camerística (diez músicos en escena) encontró momentos de inspiración pero también momentos de menor enjundia que incluso obligaron a Bebo en una ocasión a solucionar un final inacabado levantándose de su silla para hablar con la sección de vientos. Bendita anarquía musical que solucionó con unos pasos de baile en el retorno al sillín del piano.

    Más peso tuvo la Big Band que situó a Valdés al frente de 21 músicos en la segunda parte de la velada. Una notable orquesta con buena pegada y poderosa sección rítmica. El único "pero" - también válido para la primera parte - estuvo en el exceso de solistas. La sección de saxos y de trombones al completo tuvo su momento de lucimiento personal. Las virtudes de unos y las carencias de otros quedaron patentes. Una mayor economía de solos habría lucido mejor.

    Notables fueron las composiciones de la "Suite Cubana" que Valdés había compuesto en Estocolmo (su ciudad de residencia) entre 1992 y 1997. Una inteligente utilización de los recursos tímbricos y rítmicos convierten esta obra en un buen referente a la hora de hablar de la tradición cubana que Bebo quiere mantener y legar.

    Carlos Pérez Cruz