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DAVE WECKL BAND
  • Fecha: 5 mayo 2004
  • Lugar: C.M.U. San Juan Evangelista.
  • Hora: 22:00 horas
  • Asistencia: lleno.
  • Componentes:
    Dave Weckl (batería)
    Tom Kennedy (bajo)
    Steve Weingart (Teclados)
    Gary Meek (Saxos tenor y soprano)

 
  

 

  • Comentario: Pese al lleno absoluto, hoy se ha sentido un gran vacío en el San Juan. Sus viejas butacas y muchos de las que las ocupamos año tras año ya echamos de menos la presencia callada de Federico González, nuestro compañero del diario El País que nos dejaba esta semana, maestro de críticos, quien comenzara sus pasos haciendo fotografías entre sus muros. Pese a que una crítica periodística pueda coincidir o no con la propia opinión, nadie puede cuestionar que Federico elevaba sus reseñas a categoría literaria con el talento de una pluma privilegiada y un estilo de elegancia acrisolada. Por estas y otras razones, sus amigos del Johnny le dedicarán esta vigésimo tercera edición de su ciclo estrella.

    Si había pesar en algunos corazones, lo que había fuera, en la sala, era máxima expectación por presenciar el espectacular arranque de esta edición. El responsable: Dave Weckl, para muchos el batería con mayúsculas que se ganó su popularidad como miembro de las formaciones eléctrica y acústica de Chick Corea; avalan su solvencia incontables colaboraciones que le han convertido, junto con Vinnie Colaiuta, en uno de los músicos de sesión más solicitados y una referencia obligada para los estudiantes de batería moderna. El protagonista ofreció al público lo que esperaba: grandes dosis de técnica irreprochable sobre un gran set de batería enriquecido con elementos de percusión latina, contundencia, pegada, groove y dirección con mano férrea en los temas de grupo y un extenso solo en el que exploró otras tímbricas con baquetas terminadas en varillas de plástico, rítmica y técnicamente complejo, con agradecido equilibrio entre los momentos melódicos y las carreras desenfrenadas, en resumen: un solo marca de la casa.

    Como grupo, la banda de Weckl practica una fusión eléctrica de buena factura, contundente y sin fisuras, cargada de detalles, polirritmia y alardes técnicos. Arrancaron con “Wake up”, tema que abre su excelente trabajo “Transition” (Stretch, 2000) y abordaron un repertorio pleno de energía sin conceder – salvo una única balada – tregua alguna a una audiencia que abarrotaba el San Juan, entregada desde el primer golpe de caja. También hubo especio para temas propios de los trabajos en solitario tanto del teclista Steve Weingart como del saxofonista Gary Meek, así como algunas pinceladas de corte latino que proporcionaron colorido a la actuación.

    Weckl ha sabido rodearse de grandes músicos para sus proyectos en solitario, y los que le acompañaban en el escenario vienen haciéndolo desde hace más de cuatro años: el increíble Tom Kennedy, bajista polifacético (véanse sus trabajos con el teclista Derek Sherinian y su formación de metal progresivo Planet X), sólido donde los haya, complemento perfecto a Weckl en la base con su fraseo trepidante de variedad ilimitada, quien desperdició en su solo la ocasión de mostrar su capacidad melódica en beneficio de una demostración gratuita de virtuosismo de alta velocidad en un mástil ya humeante de su rítmica en los temas con el resto del grupo; el soporte armónico del teclista Steve Weingart, tal vez el más interesante y arriesgado en los solos, jugando con maestría a solear dentro y fuera, quien compitió en velocidad y colorido algunos momentos intensos de llamada-respuesta con Gary Meek, la última incorporación al grupo, saxofonista en la estela de Michael Brecker, quien sumó su esfuerzo y entrega al del resto de sus compañeros en un concierto potente y algo sobrecargado de “fuegos artificiales” que igualmente hizo las delicias del respetable.

    Sergio Cabanillas