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FESTIVAL "EL JAZZ VIENE DEL SUR". 2005

EL FESTIVAL

Los conciertos:


EL JAZZ VIENE DEL SUR

  • Fecha: 1-5 de febrero de 2005
  • Lugar: Teatro Central, Sevilla
  • Comentario: La semilla que da origen al festival “El Jazz viene del Sur” es una apuesta arriesgada de raíz. Arriesgada porque se juega a una sola carta la propuesta de un estilo de jazz fusionado, y se corre el grave riesgo de quedar entre dos aguas y naufragar. El ciclo de jazz del Teatro Central en el mes de noviembre está más que consolidado (en el 2004 pasaron por la capital andaluza los nombres de Wayne Shorter, Charles Lloyd y Greg Osby), y la serie de conciertos “El Flamenco viene del Sur” cuenta con un público fiel. Con esta programación el Teatro Central tiene el éxito asegurado, tanto en el entorno especializado de la crítica como entre el público en general. Pero la apuesta de una fusión entre estos dos estilos puede o bien entusiasmar a una potencial audiencia mayor, o bien ahuyentar a toda ésta. Intentar abrir un hueco en la audiencia jazzística desde el folclore de la tierra, o hacerse sitio en la difícil y conservadora audiencia flamenca son dos argumentos continuamente esgrimidos por el público para dar la espalda a este festival.

    No niego que pertenezco a la sección del público que se enfrenta con reservas a las fusiones, pues éstas, en términos generales, no conservan la riqueza de los colores originales, sino que se vuelven opacas (o traslúcidas en el mejor de los casos) ocultando la capacidad de transmitir de los músicos. Sin embargo, existen figuras (y no son demasiadas) capaces de extraer la esencia de diferentes culturas y crear con éstas cuadros de impresionismo musical. La madurez de un músico para llegar a este punto pasa por la absorción de una cultura tradicional materna que lo ha amamantado, y de una o más culturas tradicionales que en el crecimiento musical del artista, éste ha adoptado. El proceso, sin duda alguna, resulta harto complejo.

    “El Jazz viene del Sur” es un examen de madurez (en este sentido) para todos aquéllos que quieran presentarse a la prueba. Existen ya buenos referentes de la fusión de jazz y flamenco: “Spain” de Michel Camilo y Tomatito, o el reciente y aclamado “Lágrimas Negras” de Bebo Valdés y Diego ‘El Cigala’ como ejemplos actuales. Pero el proceso parece ser lento (no me olvido de la labor realizada por Jorge Pardo, Carles Benavent o Paco de Lucía, entre otros) y el llegar a definir el decálogo del flamenco/jazz es una labor tremendamente compleja. Una labor que el Teatro Central mima y madura año tras año (quién mejor que nosotros mismos para cuidar, conservar y hacer crecer las raíces de nuestra tierra).

    Este año ha sido Nono García el encargado de abrir el festival. Nono García es un nombre gritado al aire que aún no ha encontrado la solidez de la roca para provocar eco, y no creo que el Teatro Central vaya a cumplir esta función. Un concierto flojo, con un Guillermo McGill a manos de una batería forzadísima (los temas pedían unos timbales y unos bongos en lugar de la caja y el goliat), y que pudo salvarse por lo espectacular del baile de Ana Salazar y las tres (simplemente) simpáticas versiones de “My funny Valentine”, “Caravan” y “Round Midnight” con Eva Durán al cante.

    Agustí Fernández ha sido el que peor ha sufrido la apuesta del Central. Lonely Woman, la música de Ornette Coleman es una cabecera de concierto que casi se basta para llenar la sala si estuviésemos en el mes de noviembre. Sin embargo, el aforo no llegaba al 20%, y el 80% del potencial público restante no ha querido correr el riesgo de asistir a un concierto mal encuadrado en la programación del Teatro.

    Antonio Mesa con su sexteto ha sabido transmitir al público la esencia del festival. El nombre de Jerry González, leído en mayúsculas, ha sido el responsable del lleno de la sala, y la fusión conseguida entre elementos de jazz cubano (aquí no faltaban ni los bongos ni los timbales), de flamenco, y de swing sobre el escenario ha conseguido encandilar a un público que se ha mostrado entusiasmado con el resultado final. Lástima el afán de protagonismo de Antonio Mesa (me gustaría poder haber disfrutado más de los momentos de Jerry González a la trompeta sin el saxo apuntillando las frases de ésta).

    Y el plato fuerte, servido por ración doble: Chano Domínguez y su proyecto “New Flamenco Sound”. Este gaditano, poco a poco, va adquiriendo un papel protagonista, y se va convirtiendo en uno de los timones del sonido flamenco/jazz. Un concierto con unos arreglos de jazz deliciosos, con elementos de flamenco insertados con delicadeza, con percusión afrocubana, con aires a clásicos españoles, y con un “Tomasito” capaz de convertir (en menos de un minuto) el Central en una juerga gitana.

    No me queda sino agradecer al Teatro Central la labor de difusión y enriquecimiento cultural que realiza. Nono García, David Mengual, Agustí Fernández, Xavier Liba, Antonio Mesa, Diego Molina, Rafael de Utrera, Diego Urcola, Llibert Fortuny, Marina Albero, Jordi Bonell, Mario Rossy, Chano Domínguez, sin olvidarnos de Mar Barea, Ángel Andrés Muñoz, Jaime Serradilla y Casi Rivas, protagonistas cada noche de las jam sessions post-concierto en el bar del TeatroCentral. Jazz con denominación de origen español. Jazz que viene del sur.


    Sergio Masferrer


    NONO GARCÍA

  • Fecha: 1 de febrero de 2005
  • Lugar: Festival “El Jazz viene del Sur”. Teatro Central, Sevilla
  • Músicos:
    Nono García: guitarra
    Ana Salazar: cante y baile
    Eva Durán: cante
    Pablo Martín: contrabajo
    Guillermo McGill: batería y percusión
  • Comentario: Nono García llega al Teatro Central de la mano de su colaboración en la banda sonora de la película “Atún y chocolate”, dirigida por Pablo Carbonell. A Nono García se le ha definido como un músico piñonero, esto es, término originario de su ciudad natal (Barbate, Cádiz) con el que se hace referencia a aquellos músicos capaces de manejarse con soltura entre dos o más estilos, con un caparazón fuerte, pero con ternura en el interior. Con esta carta de presentación nos enfrentamos al concierto en el Teatro Central.

    La realidad demostrada en el concierto presenciado dista mucho de lo esperado, y aun cuando se le supone a Nono García la habilidad para moverse entre el jazz y el flamenco, los arreglos de los temas del repertorio no han estado bien trenzados. Con el comienzo de una versión del villancico “Los campanilleros” a solo de guitarra flamenca, Nono García pone sobre la mesa recursos bien aprendidos con su instrumento (siempre resulta agradable escuchar arreglos sobre temas tradicionales, ya que el resultado es una música muy cercana, cuyos giros podemos seguir con facilidad). Pero tras este comienzo entra la batería y el contrabajo para interpretar “Mi chiquilla” (tema dedicado a su hija). Y aquí es donde la cosa comienza a torcerse. La elección de la batería para los arreglos de la canción no resultan naturales, y el oído pide unos timbales, unos bongos, unas congas. Y entonces es cuando queda el mal gusto de que jazz equivale a swing, y que la fusión de cualquier estilo musical con el jazz pasa forzosamente por la introducción de los elementos básicos del jazz. Craso error que va a ser una constante durante todo el concierto. “Mojama Blues”, momento flamenco/blues a lo Raimundo Amador, con la espectacular aparición en escena de Ana Salazar al baile. Versiones de “Alfonsina y el mar” y “Te recuerdo Amanda”, cantadas por Eva Durán, con arreglos más cercanos al flamenco/rock de Triana que al flamenco/jazz. Y como guindas del pastel “Mi dulce amor” (My funny valentine), doblada en tiempo y con aires a tanguillo, “Caravan” por bulerías y cerrando el repertorio “Al filo de la medianoche” (Round Midnight) (este último con Ana Salazar al baile y con un buen solo de Pablo Martín al contrabajo sonando bien por primera vez en el concierto), salvan el espectáculo en una última bocanada que transmite aires de originalidad a una fusión entre flamenco y jazz poco lograda.

    Sergio Masferrer



    AGUSTÍ FERNÁNDEZ QUARTET. Lonely Woman. La música de Ornette Coleman

  • Fecha: 2 de febrero de 2005
  • Lugar: Festival “El Jazz viene del Sur”. Teatro Central, Sevilla
  • Músicos:
    Agustí Fernández: piano
    Xavier Liba Villavecchia: st y ss
    David Mengual: cb
    Jo Krause: bat
  • Comentario: La duda a resolver en el día de hoy era sencilla: cómo funcionará el cuarteto de Agustí Fernández interpretando durante todo un concierto canciones de Ornette Coleman. Cuánto será capaz de separarse el cuarteto de la senda abierta por Ornette Coleman en el jazz sin perder ésta de vista. La estridencia de la “pocket trumpet” de Don Cherry ¿sustituida por Agustí Fernández al piano o por Xavier Liba al tenor y soprano? ¿Conseguirá reproducir el piano el torbellino sonoro del saxo alto de Ornette Coleman? ¿O simplemente transportarán las partituras desde el mi bemol del alto de Ornette al si bemol del tenor de Xavier Liba? Pues planteadas las especulaciones, procedamos a resolver las que sean posibles tras asistir al concierto.

    Si Agustí Fernández propone un cuarteto (y lo lidera) es para asumir el papel principal de la obra, y por lo tanto, ser él el hilo conductor del diálogo de Ornette Coleman. Eso sí, trasladándolo al piano en un ejercicio nada difícil de resolver. El repertorio seleccionado no se limita al rompedor y exitoso comienzo del cuarteto de Ornette Coleman a finales de los 50’s, y el homenaje de Agustí Fernández recorre temporalmente la obra de un compositor que no ha apartado la mirada del horizonte del presente y futuro musical: “Lonely woman” (The shape of jazz to come, 1959); “Happy House” y “Broken Shadows” (Broken Shadows, 1972); “Latin genetics” (In all languages, 1987); “Virgin Beauty” (Virgin Beauty, 1988); “Kathelin Gray” (Tone Dialing, 1995); y “Mob Job” (Hidden Man, 1996) componen los temas del concierto (no interpretados en orden cronológico).

    En “Mob job” Agustí Fernández nos demuestra que pasar a Ornette Coleman por las teclas del piano es sonar a Cecil Taylor. Muy reseñable la presencia de David Mengual en el escenario: la introducción de “Lonely Woman”, para poner los vellos de punta, y el progresivo crescendo en intensidad del tema termina con el piano siendo aporreado hasta con los codos. “Virgin Beauty” ha tenido un sabor a ese ritmo de soul de los Spaceways Inc. “Latin Genetics”, con una excesiva duración, arranca con ruidos de soprano y gira bruscamente a ritmos de mambo, con un Jo Krause bastante pesado a lo Buddy Rich. Afortunadamente, la batería despega y consigue los sonidos de Elvin Jones en “Happy House” (segundo gran clásico de la noche después de “Lonely Woman”).

    Un muy buen concierto homenaje, cuyo principal enemigo ha sido la falta de suficientes aplausos para dar el calor necesario al cuarteto, y que éste se sintiese cómodo. Unos aplausos que no han sonado, no por falta de ganas de los que estábamos allí, sino por la ausencia de un público que no ha acudido a la cita en el Teatro Central con Ornette Coleman.

    Sergio Masferrer


    ANTONIO MESA SEXTETO CON JERRY GONZÁLEZ

  • Fecha: 3 de febrero de 2005
  • Lugar: Festival “El Jazz viene del Sur”. Teatro Central, Sevilla
  • Músicos:
    Antonio Mesa saxo
    Jerry González trompeta y congas
    Iván González Lewis “Melón” piano
    Yelsy Heredia contrabajo
    Markku Ounaskari batería
    Diego Molina percusión
    Rafael de Utrera cantaor
  • Comentario: Antonio Mesa es un viejo conocido en la escena jazzística sevillana. Ya hemos podido disfrutar de su presencia en el Teatro Central en compañía de Maria João, y si en aquella ocasión el concierto no alcanzó las cotas de exigencia de este Teatro, en la presente Antonio Mesa se hace acompañar de la experiencia adquirida desde su anterior cita, así como de un nombre pesado: Jerry González. Sin duda alguna, el reto es mayor, y el nivel de exigencia, en consecuencia, también.

    Comienzo aflamencado con Antonio Mesa a la flauta travesera y el cajón flamenco de Diego Molina. Presentación en el escenario de Jerry González a la percusión, en una acertada versión de “A Love Supreme, Pt. 2: Resolution” con aires de toma extra del Giant Steps. Piano al estilo Bill Evans más bebop, en una versión de un original de Benny Golson, arreglado por Antonio Mesa. Rafael de Utrera entra en el cuarto tema y se arranca con quejíos; Jerry agarra la trompeta y sopla 100% quinteto Columbia de Miles (ya querrían Miles Davis y Gil Evans los arreglos de Rafael de Utrera en su “Sketches of Spain”). “Obsesión”: tema de más de diez minutos de duración en el que el septeto pone toda la carne en el asador: son cubano, flamenco y jazz; congas, cajón y batería; tres colores para producir una preciosa amplitud de tonalidades musicales (lástima que Antonio Mesa falla en el tema, y en el rondó de solos, con el tenor apenas aporta a la canción). “Round Midnight”, con un impresionante Rafael de Utrera (la comparación con la versión de Nono García y Eva Durán es ineludible): la mezcla de estilos lograda es, cuanto menos, poderosa. Rafael de Utrera y Thelonious Monk, con un Iván González Lewis al piano que aguanta todo lo que se le eche.

    Y quizás el bis es representativo de la única puntualización del concierto: el excesivo afán de protagonismo de Antonio Mesa. Si su nombre es el responsable de lo presenciado (arreglos, formación, selección del repertorio…), chapó. Y aun cuando no hay duda de su calidad a los vientos, sobre el escenario sólo el descaro del saxofonista estaba por encima de la calidad de los demás músicos.

    Sergio Masferrer
    CHANO DOMÍNGUEZ. New Flamenco Sound
  • Fecha: 4 de febrero de 2005
  • Lugar: Festival “El Jazz viene del Sur”. Teatro Central, Sevilla
  • Músicos:
    Diego Urcola trompeta
    Llibert Fortuny saxos
    Chano Domínguez piano y teclados
    Marina Albero teclados y salterio
    Jordi Bonell guitarra
    Mario Rossy contrabajo
    Guillermo McGill batería y percusión
    Israel Suárez “El Piraña” percusión
    Blas de Córdoba “Quejío” cante
    Tomás Moreno “Tomasito” baile
  • Comentario: La música afrocubana o la bossa nova son dos estilos musicales que han conseguido una elaborada fusión con el jazz. La proximidad geográfica de los países caribeños o Brasil con los Estados Unidos ha facilitado el intercambio cultural, y ha potenciado que músicos norteamericanos se hayan desarrollado en campos musicales ambiguos: Dizzy Gillespie, bien ligado a los ritmos caribeños; o Stan Getz, que pasó media vida junto a todas las chicas de Ipanema. Estas dos figuras son sólo un ejemplo de los tejidos osmóticos por los que otros estilos se han filtrado en el jazz

    Pero siguiendo el hilo de la reflexión, no existe cercanía geográfica entre la Península Ibérica y Nuevo Orleáns, y saltar esta distancia está siendo una tarea compleja y lenta. Chano Domínguez parece haber encontrado la fórmula: si el ataque directo contra los cimientos del jazz es demasiado forzado, quizás una estrategia de acercamiento al jazz a través de un lenguaje más cercano, el jazz latino, resulte más natural. Esto es, a mi entender, Chano Domínguez y su New Flamenco Sound

    Sobre el escenario un tablao flamenco, bongos, timbales, cajón flamenco y siete sillas para dos palmeros, un cantaor, un guitarra, un trompeta, un saxofonista y su escayola; una batería, un contrabajo, teclado, vibráfono y el piano. Elementos afrocubanos, americanos e hispanos dispuestos sobre las aristas de un triángulo equilátero. Tacones, solos de trompeta a lo Kenny Dorham, piano con swing, con aires de Albéniz y de Falla acompañados de walkings de contrabajo. Aires a lo George Gershwin, y cuando el Rapsodia In Blue nos sobrevuela por la cabeza, entra al cante “Quejío”. Chano que hace sonar el piano a guitarra española. Trompeta a lo Dizzy Gillespie. Aires de latin jazz. Marina Albero que saca el salterio, y la mente que vuela al norte de África. Versión de Miles Davis: “Nefertiti”. Ritmos de salsa, y “Tomasito” que se hace con el micrófono, y entre taconeos y rimas de rap, va introduciendo los solos de los músicos, poniendo patas arriba el Central, y mutando el ambiente del Teatro en jarana gitana (pocas veces me he reído tanto en un concierto de jazz).

    Una orgía de sonidos perfectamente organizada, dirigida y protagonizada por un maestro: Chano Domínguez. Toda una experiencia.

    Sergio Masferrer