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OREGON
Complujazz '06

  • Fecha: 15 de julio de 2006.
  • Lugar: Jardines de la Universidad Complutense (Madrid)
  • Aforo: Casi lleno
  • Componentes:
    Paul McCandless: oboe, saxo soprano, corno inglés, clarinete bajo y flautas.
    Ralph Towner: guitarra de 6 cuerdas, piano y teclados.
    Glen Moore: contrabajo.
    Mark Walker: batería y percusión.
  • Comentario: Nueva visita de la legendaria banda Oregon a la capital de España. En esta ocasión, para poner el broche de oro al Festival que organiza por tercer año consecutivo la Universidad Complutense de Madrid. Como en anteriores ediciones, la programación ha vuelto a estar a la altura, brindando en esta ocasión la oportunidad de disfrutar de la música de uno de los grupos míticos del jazz contemporáneo. Los aficionados que se dieron cita en el Jardín Botánico pudieron saborear a lo largo de la noche los mágicos y característicos sonidos que se cuecen en el crisol de esta banda creada hace 35 años. Para algunos, Oregon lleva haciendo la misma música prácticamente desde que nació, sin embargo es necesario distinguir las distintas fases por las que ha atravesado para comprender el momento actual en el que se encuentra el grupo. Hasta el fallecimiento de Colin Walcott (experto en sitar y tabla india), Oregon añadía a su música influencias de los sonidos de cámara occidentales, aportaciones de ritmos tradicionales y, particularmente, de las tradiciones orientales. Con la incorporación del percusionista indio Trilok Gurtu, el grupo siguió progresando por la senda del etnicismo, elementos clásicos, la improvisación y los recursos más jazzísticos, un tanto comedidos a veces. A lo largo de este tiempo, ha adquirido mayor protagonismo Paul McCandless, quien precisamente en el concierto de la Complutense se mostró muy activo con todos los instrumentos de viento que suele utilizar, especialmente en el soprano y el sopranino. Ralph Towner fue de menos a más y empleó una acústica de 6 cuerdas, dejando para mejor ocasión la de 12 cuerdas, algo que se echó en falta. Al piano y los teclados aportó una diversidad de matices que embellecían por momentos las 8 piezas que interpretaron. Por su parte Glen Moore volvió a demostrar su sabiduría para dotar al grupo del aspecto más bucólico y melancólico, tanto en sus punteos como con el arco. En cuanto a Mark Walker, el batería cumple un papel diferente al de sus predecesores. Desde su incorporación hace 10 años, el grupo ha perdido en cierta forma parte del aspecto más oriental que tan buenos recuerdos nos traen a la memoria, pero no por ello deja de hacer un trabajo interesante en una banda que sigue siendo puntera.

    El recital fue una nueva demostración de la capacidad del grupo para crear diversas atmósferas sonoras con la alternancia de largas improvisaciones que a veces rozaban la música atonal. Recurrieron para ello tanto a la instrumentación electrónica como a un armonioso encaje con los instrumentos acústicos de siempre. Ya sea con toda la formación tocando al unísono o combinando dúos o tríos de instrumentos, Oregon siempre sale airoso, con una belleza inigualable en todos sus ritmos. A lo largo de las dos horas que duró el concierto, en el que se combinaron composiciones antiguas, contenidas en algunos de sus míticos discos como “Solstice”, o “45th Parallel”, con otras recientes de su último trabajo “Prime”, hubo espacio para los diferentes colores de la improvisación. Las composiciones de Towner y, por supuesto, las de otros miembros del grupo, elaboradas a veces de forma colectiva, tendían a privilegiar la cualidad del sonido acústico, la creación de clímax meditativos y el desarrollo de ambientes básicamente emocionales. Uno de los momentos culminantes fue la interpretación de “Distants Hills”, célebre composición de Towner que aún sigue despertando las emociones más apagadas.

    Sin desmerecer el buen desarrollo general del concierto, hay que hacer referencia a aspectos como el sonido y la iluminación, que no estuvieron a la altura de las circunstancias, algo que se debería tener en cuenta para posteriores ediciones. En la interpretación del sexto tema, la guitarra de Towner se quedó muda, lo que propició su lógico enfado y la momentánea suspensión del concierto mientras Mark Walker pedía disculpas al respetable. Este incidente fue la culminación de algunos acoples que deslucieron el concierto, al igual que la descompensada iluminación. Aparte de estas circunstancias, el concierto fue espléndido, y no empañaron la labor conjunta de un grupo que sigue siendo referencia para los amantes de la buena música y por supuesto, para sus fieles seguidores, que casi abarrotaban el Jardín Botánico de la Complutense. Para acabar, la noche culminó con el tema “Pageant” del disco 45th Parallel con el que Oregon volvió a demostrar por qué forma y formará parte de la historia de la música contemporánea.

    © 2006  Carlos Lara