>> VOLVER A TOMAJAZZ

 
 

 

   

CHRISTIAN McBRIDE BAND
Jazz a Castelló

  • Fecha: 17 de noviembre de 2006.
  • Lugar: Auditori y Palau de Congressos de Castelló (Castellón). Sala de cámara.
  • Componentes:
    Christian McBride: contrabajo y bajo eléctrico
    David Gilmore: guitarra eléctrica
    Geoffrey Keezer: piano y teclados
    Terreon Gully: batería


© 2006 Ángel Sánchez

  • Comentario: Evolucionar no significa despegarse de la tradición, ni ser fiel a ésta implica inmovilismo. Así lo entienden los artistas que afrontan la práctica evitando debates fatuos, expresando un lenguaje universal como es el del jazz con total respeto y constante referencia a sus orígenes, pero hablando por boca contemporánea. Todo esto se ajusta a la figura de Christian McBride, a la música que ofrece su grupo y al concierto que pudimos disfrutar en la bonita sala de cámara del Auditorio de Castellón, dentro del IX Festival de Jazz de la localidad levantina.

     
    © 2006 Ángel Sánchez

    El contrabajista de Filadelfia abrió la actuación dialogando consigo mismo, a lo Charles Mingus, entremezclando pequeños motivos cromáticos con intrincadas líneas melódicas que imitaban la voz humana. La extensa ejecución del “No Blues” de Miles Davis y el “Via Mwandishi” que McBride dedicó a Herbie Hancock permitió detectar muchos y variados detalles, desde el inteligente uso del silencio por parte de bajo y batería a la clase del guitarrista David Gilmore (sustituto del saxofonista Ron Blake, miembro titular del cuarteto) con su sonido pseudo-sintetizado. McBride y Terreon Gully demostraron un entendimiento envidiable, fruto de años de trabajo conjunto. Su acompañamiento se convertía en animada charla donde ambos encontraban con suma facilidad puntos donde confluir, dotando de continuo interés a unas líneas rítmicas estáticas. Christian se mostró lírico, convirtiendo sus patrones en arpegios, y éstos en acordes (sí, acordes en un contrabajo). Geoffrey Keezer combinó con acierto los distintos sonidos de sus teclados con el piano de cola, improvisando polirrítmicamente mientras la sección rítmica se acompasaba con los acordes que dibujaba su mano izquierda.

    El “Walking on the Moon” de Sting interpretado por McBride con armónicos artificiales en su bajo eléctrico evocó un clima relajante, dando la sensación de estar, realmente, “caminando sobre la luna”. Gilmore y Keezer creaban colchones armónicos de calidad, mientras Gully acompañaba con sobriedad. El funk llegó de la mano de un tema aún sin título (“proponedlo en mi página web”, comentó el bajista), de groove poderoso y sonoridad fusionera. David Gilmore nos obsequió con una magnífica y larga improvisación mientras McBride y Gully, siempre sonrientes, disfrutaban de lo lindo. Uno de los momentos álgidos vino de la mano de un lírico dúo entre piano y contrabajo, con el que el líder interpretó al arco francés un “Tenderly” que puso los pelos de punta.


    © 2006 Ángel Sánchez

    El final del concierto desmereció en parte el contenido previo. Un simple blues menor de David Gilmore, de nombre “11th Hour Blues”, interpretado según los cánones y desprovisto de intensidad rítmica, resultó plano y algo pirotécnico. Quizás esa sensación fuera consecuencia del alto nivel que el grupo había demostrado en las fases anteriores de la actuación. Como bis, un “The Chicken” con variaciones recuperó el funk, sirvió de escaparate para el lucimiento de los cuatro jazzmen y funcionó como fin de fiesta. La fiesta de un músico soberbio capaz de asimilar lenguajes y estilos, crear arte divirtiendo y afrontar su trabajo con sencillez y humildad. Y bien rodeado.

    © 2006