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WORLD SAXOPHONE QUARTET
Granada

  • Fecha: 16 de julio de 2007.
  • Lugar: Parque El Majuelo. Almuñécar (Granada).
  • Componentes:
    Oliver Lake: saxo alto.
    David Murray: saxo tenor, voz.
    Hamiet Bluiett: Saxo barítono.
    Tony Kofi: saxo alto y soprano.
    Calvin Weston: batería.
    Jamaaladeen Tacuma: bajo eléctrico.
    Hervé Samb: guitarra.
  • Comentario:
    La cumbre del Festival de Jazz en la Costa de Almuñécar llegaba la noche del martes con el WSQ, para cuyo concierto no tardaron en agotarse las localidades. El aire funk con el que partían de su último álbum, Political Blues, iba a ser con toda probabilidad la nota predominante del concierto, y ante estas características tal vez habría que plantearse la utilidad de los bancos para sentarse, cuando la amplia mayoría del público lo que está deseando es levantarse a bailar. Hubiera sido deseable más espacio para que más gente hubiese disfrutado de uno de los mejores conciertos que se recuerdan en Almuñécar, y más movilidad a la hora de expulsar esa rabia contagiosa que transmite esta maravillosa música.
     
    World Saxophone Quartet
     
    Situados los tres monstruos, Lake, Murray y Bluiett, y el nuevo fichaje (Tony Kofi) de esta enciclopedia del instrumento que es el WSQ, en primera fila, y secundados por un trío de acompañamiento que perfectamente podría haber actuado otro día en el festival garantizando otro lleno, después de la fiesta musical que se montaron (Tacuma, Samb y Weston estuvieron fabulosos), el concierto comenzó con el tema “Let´s have some fun”, con un estratosférico solo de David Murray que, con un sombrero blanco en la cabeza, demostraba una soltura y un quehacer en el escenario como la que tienen los gitanos viejos cuando suben a taconear al tablao.
     
    Hamiet Bluiett tenía problemas con la boquilla de su barítono (que, por cierto, era prestado, ya que el suyo desapareció en algún aeropuerto el día anterior), aunque al final lo pudo solucionar, y Oliver Lake desde el principio hasta el final del concierto demostró que existen pocos saxos altos como él, tal vez ninguno. Toni Kofi empezó algo más frío (lo cual no deja de tener su lógica cuando uno está rodeado por Lake y Murray), pero el muchacho fue entonándose y envalentonándose hasta ponerse en un nivel que no tenía mucho que envidiar al de sus maestros que, por otra parte, no dejaban de darle ánimos cuando se fabricaba un solo de campeonato.
     
    La sección rítmica estuvo absolutamente dominada por un galáctico del bajo eléctrico como es Jamaaladeen Tacuma, posiblemente el mejor bajista del momento, como más tarde reconocería el propio Murray mientras lo presentaba. Calvin Weston estuvo torrencial, e incluso en un solo, más adelante, se atrevió a cantar con voz de mezzosoprano, lo cual despertó más de una sonrisa. Herbé Samb emulaba los riffs que tanto echamos de menos los que amamos la música de Jimi Hendrix, quien, por ende, sería el verdadero protagonista de la noche, porque el WSQ decidió que las dos terceras partes del repertorio (corto repertorio, pero de larguísima duración todos y cada uno de los temas) fueran material del guitarrista zurdo de Seattle.
     
    World Saxophone Quartet
     
    El primero de los temas fue un “Hey Joe” que terminó por hermanar a la audiencia con el grupo, en una orgía de música en todos los sentidos, con ese himno generacional llevado a unos parámetros funkys por Tacuma que, con los riffs de guitarra y los solos estratosféricos de Samb con su instrumento, hacía levantarse al personal de las butacas. Pero ahí no quedó la cosa, porque justo después se atrevieron con otra composición de Hendrix, “Little Wind”, con los cuatro saxofones recordando sus raíces más gospel, más espirituales, con unos arreglos que hacían prácticamente imposible dilucidar que se trataba del tema de Hendrix, hasta que apareció la sección rítmica. Y para rematar la faena, terminaron la sesión hendrixiana con un aplastante Machine Gun, que terminó por rematar el frenesí del público asistente. Jamás se ha visto tanta unanimidad entre el público sexitano en un aplauso enfurecido de agradecimiento sin límites. Jamás la música tuvo tanto poder.
     
    Para terminar, echaron mano de su “Political Blues” que derivó en un fraseo de Murray, alternando la letra del tema original con alusiones a la situación política de su país, adentrándose en el terreno del hip hop sin vehemencias, atacando a su presidente, refiriéndose al desastre del Katrina, y despidiéndose con otro de esos solos que buscan atravesar los tímpanos con punzadas de rabia, entre vítores, olés y aplausos de manos ardientes y corazones palpitantes.

    Texto © 2007  Diego Ortega Alonso
    Fotos © 2007 Juan Jesús García