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FRANK GRATKOWSKI + HAYDEN CHISHOLM + CHRISTOPHER WILLIAMS
Músiques disperses

  • Fecha: 30 de enero de 2009.
  • Lugar: Heliogàbal (Barcelona).
  • Grupos:
    Frank Gratkowski (saxo alto, clarinete)
    Hayden Chisholm (saxo alto, clarinete, melódica, voz)
    Christopher Williams (contrabajo, sintonizador de radio, voz)
  • Comentario:

    Sesión inesperada que se introdujo dentro de la programación de “Músiques disperses” que reside en la sala Heliogàbal y que pudo darse gracias al paso por la ciudad de Frank Gratkowski y Hayden Chisholm (aunque éste tiene su residencia en la ciudad condal, lo cierto es que para poco por ahí). Al tanto de esta eventualidad, Christopher Williams propuso a los músicos y a la gente de “Músiques disperses” hacer esta sesión.

    Y con ese mismo aire un tanto circunstancial transcurrió la sesión. Quizá no fue una sesión extraordinaria pero si contuvo muy buenas cosas. Hubo un estupendo interplay entre Gratkowski y Chisholm, cosa que se podría explicar fácilmente por el hecho de que además de en Zeitkratzer ambos suelen coincidir habitualmente en otros proyectos y sesiones en Alemania. Pero hubo también buenos momentos de los tres.

    La cosa empezó con un solo al alto de Gratkowski, no muy largo pero severo. Tuvo la virtualidad en cierto sentido de dar una de clave de por donde derivaría parte del resto de lo que se iba a ver, aunque solo parte. Una suerte de improvisación muy relacionada con la música contemporánea pero al mismo tiempo con un talante jazzístico. En general, esto me pareció así en casi todo lo que hicieron tanto Gratkowski como Chisholm tomados individualmente.

    Pero el conjunto también fue por otros derroteros. Tras el solo de Gratkowski, Chisholm al alto y Williams siguieron a dúo. La relación de ambos músicos me pareció fluida a pesar de las manifiestas diferencias musicales que se percibían entre ellos. Es algo que podía verse en el tipo de decisiones que tomaba cada uno, a veces dispares. Y esos dos criterios distintos resultaron en más de una ocasión idóneos, complementarios, creadores de formas y pasajes en los que se podía encontrar humor, intriga, contrastes extraños. Me sorprendió y me gustó Chisholm, al que tan sólo había oído con Zeitkratzer y al que no conocía en un contexto como el que se dio. Me interesó su sentido lúdico, relajado, hasta juguetón. Mostro variados recursos, supo sacarle jugo a la melódica, extrayendo notas de un color especial respecto al conjunto, y estuvo ocurrente con las voces (emulando un didjeridoo o poniéndose a hablar mientras soplaba), provocando que después se sumara Williams con unos sonidos profundos, de respiración diafragmática.

    Con Gratkowski, que se sumó al cabo de un rato, la tónica no varió. Se entendió muy bien con Chisholm, extraordinariamente bien, enredándose en solos breves que adquirían velocidad en pocos instantes, pero que ellos tomaban, abandonaban y retomaban en una nota o intervalo singularmente precisos. Particularmente precisos. De esto en concreto tengo una impresión muy vívida de un diálogo que hicieron con los clarinetes. Pero la aportación de Gratkowski hizo algo más que ensanchar esa dimensión inventiva. También hizo pivotar las interacciones más de una vez. Williams, al cargo del sostén grave, trabajo en los márgenes o por debajo de sus compañeros, hasta que cobraba relieve y se situaba en primer término. Propuso bloques densos separados por silencios y compuestos de golpes del arco en la tapa, el puente y el cordal, secciones de notas pulsadas y frotadas, y en alguna ocasión haciendo chirriar la pica contra el suelo.

    A veces se retiraba Chisholm, o Gratkowski, o Williams se quedaba quieto, dejando dúos abiertos que se iban sucediendo con tríos y otros dúos. No hubo ningún otro solo como tal ni en esa ni en la siguiente e igualmente larga improvisación. Y eso indicaba que había una dinámica fluida, nadie se sentía incómodo y parecían pensar con rapidez. El resultado fue una sesión que me mantuvo interesado en todo momento por la desenvoltura con que sucedió, por esa diversidad aludida, porque las secuencias se movieron rápidamente (aunque algunos ítems y formas iban y venían), y por el sentido del humor natural, no forzado, que traían consigo esos contrastes. Una sesión que se ofreció al público con una levedad, ligereza si se prefiere, muy de agradecer.

    Voy a aprovechar para apuntar algunas webs de interés relacionadas con los músicos de este concierto. La primera es el propio website del neozelandés Hayden Chisholm (http://www.softspeakers.com/). Es interesante porque se abre con una especie de diario de bitácora propio compuesto por breves reflexiones que se jalonan casi siempre con alguna música bonita, y en la que también hay una sección de clips de vídeo o textos suyos interesantes acerca de la microtonalidad, el saxo o la respiración. La segunda web Plush Music Live (http://www.plushmusic.tv/) recoge fragmentos de vídeo de actuaciones en directo. Está bien montada, con canales por artista, estrenos, blog..., y hay jazz pero también música clásica. Ahí hay canales de Chisholm o Gratkowski, pero también de Simon Nabatov, Mat Penman, Nils Wogram, etcétera. Ahora mismo hay colgada en la página principal una buena actuación del año pasado de John Taylor acompañado por Chisholm y Penman. Y para acabar la web de Christopher Williams (http://www.nauchristopher.thenthis.org/), que sirve para conocer un poco mejor a este músico natural de San Diego y por el momento y desde hace unos años afincado en Barcelona.

    Texto: © 2009  Jack Torrance