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PHAROAH SANDERS QUARTET
XIV Ciclo de Jazz Fundación Barrié

  • Fecha: 2 de mayo de 2009.
  • Lugar: Palacio de la Ópera (La Coruña).
  • Componentes:
    Pharoah Sanders: saxofón
    William Henderson: piano
    Nat Reeves: contrabajo
    Joe Farnsworth: batería
  • Comentario: Sanders, Penélope y Coltrane

    No es grato para un crítico tener que poner el énfasis en la pésima calidad del sonido de un espectáculo. Tampoco es la primera vez que se comenta, si bien uno intenta comedirse en sus comentarios y amoldarse a esa precariedad pensando en las personas que trabajan para mejorar ese sonido y que, en la mayoría de los casos, no son las culpables del desastre. Lo ocurrido el pasado sábado en el Palacio de la Ópera, sin embargo, debe contarse sin paliativos porque el sonido no fue un mero inconveniente, sino un elemento muy determinante a la hora de destrozar un concierto. Los músicos crean y allí arriba, como una Penélope escondida en la bóveda, todo se va deshaciendo en un empaste sonoro de difícil descripción. El Ulises que se esperaba para la ocasión no era otro que John Coltrane (y el espíritu de su cuarteto). Y la ilusión de su reencarnación mesiánica se respiró cuando la maquinaria de una excelente sección rítmica dibujó el cuadro modal sobre el que se extendería una versión hipnótica de "My Favourite Things". El remedo podría haber resultado si se escuchase al pianista -que acompañaba con infinidad de inversiones e imaginación una estructura armónica tan claustrofóbica- y si los largos solos de Sanders sonasen en el recinto, al calor de la obra de sus compañeros, y no en otro lugar. Sus exabruptos y algunas subidas de volumen en su discurso serían bien recibidas en una buena grabación, pero no encajaron dadas las circunstancias. Por eso "Olé" -que particularmente no me parece lo mejor de Coltrane- llegó como un devuelto de "My Favourite Things": la misma pulsión rítmica, el mismo escenario modal y el mismo desesperante revoltijo sonoro. Un repertorio más variado tampoco hubiese sido la solución: Penélope se empeñó más que nunca en su labor destructora. Una verdadera lástima ya que Sanders se encuentra en buena forma y William Henderson hubiese sorprendido al público.

    Texto: © 2009  Quinito L. Mourelle