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CTI ALL STARS BAND
XII Festival Internacional de Jazz de San Javier

  • Fecha: 14 de julio de 2009.
  • Lugar: Auditorio Parque Almansa (San Javier, Murcia).
  • Componentes:
    Hubert Laws: flauta travesera.
    Bill Evans: saxos tenor y soprano.
    Randy Brecker: trompeta.
    Russell Malone: guitarra eléctrica.
    Niels Lan Doky: piano.
    Mark Egan: bajo eléctrico.
    Jeff “Tain” Watts: batería.
    Airto Moreira: percusión.
    Flora Purim: voz.
    Creed Taylor: mesa y sonido.
  • Comentario:
     

    La jornada del 14 de julio en el XII Festival de Jazz de San Javier estuvo dedicada al recuerdo de una época en la que surgieron estilos dentro del jazz como el jazz fusion, y a homenajear al productor Creed Taylor. Como representantes de este estilo tuvimos la ocasión de escuchar la música hecha por la formación llamada CTI All Stars Band, integrada por un elenco de músicos de primer orden, reunidos por Creed Taylor, creador de sellos como Impulse y CTI Records. Taylor fue el productor que revolucionó, junto a otros, el sonido del jazz en la década de los años 70 e impulsó este estilo, incluso, cambiando la estética de los álbumes, con nuevos conceptos creativos. La noche del concierto no se separó ni un momento de la mesa de sonido, lo cual influyó, y mucho, en el desarrollo sonoro de la velada, todo un lujo.

    El tema “Red Clay”, del trompetista Freddie Hubbard, fue el elegido para iniciar el concierto. A la exposición del tema, con la sección de vientos, le sucedieron los primeros solos improvisados. Primero Randy Brecker a tempo de swing medio, con un solo poco recurrente pero efectivo, sin demasiadas complicaciones, casi a modo de calentamiento. Tras el trompetista, la flauta travesera de Hubert Laws sonó templada, delicada y dulce. La improvisación de Bill Evans encontró una variante rítmica hacia el reggae, que se fusionó como un guante con la ejecución de su solo, basado en líneas pentatónicas y fraseos interválicos perfectamente integrados con el ritmo que le proporcionaron sus compañeros. También tuvo su espacio de improvisación la batería de Jeff “Tain” Watts, que compartió su solo con el percusionista Airto Moreira. La sesión continuó con “Road Song”, de Wes Montgomery, cuya exposición estuvo a cargo del guitarrista Russell Malone, que se vio algo descompensado, en un principio, por la falta de volumen en su guitarra, circunstancia que no tardaron mucho tiempo en resolver, problema que también compartió el bajista Mark Egan, cuyo sonido dejó bastante que desear, y por lo que tardó casi tres temas en acoplarse a la banda, bastante más tarde de lo deseado. Lo más destacable fue el solo del pianista danés Niels Lan Doky, que logró reavivar la dinámica del tema, con el sonido de su teclado y sus fraseos audaces y sugerentes. La presencia de Malone en la banda pasó casi desapercibida, excepto por su improvisación en el tema siguiente: “Bimbe Blues”, un blues original compuesto y arreglado por el flautista Hubert Laws, en el que el guitarrista pudo conseguir estar a la altura de sus compañeros en cuanto a volumen de sonido. Su improvisación, de sonido aterciopelado y oscuro, estilo Montgomery, contrastó dentro de la banda, dándole un carácter de un estilo algo más orientado hacia el blues.

    A partir de este punto del concierto, casi en el ecuador del mismo, hubo un cambio hacia un estilo de fusión con la bossa y los ritmos afro-brasileños, en el que el protagonista principal fue el gran percusionista Airto Moreira. La canción “Mister Auda”, con una introducción cantada y acompañada solo de sus muchos instrumentos (congas, timbales, cencerros, cascabeles, caracolas y platos, que sonaron a madre selva), nos introdujo por mundos sonoros exóticos, todo ello como preámbulo a la salida en escena de la cantante brasileña Flora Purim. La canción “San Francisco River”, compuesta por ella con tan sólo doce años de edad, fue el único acto de presencia y colaboración que protagonizó en la banda, lo cual supo más bien a poco. Acto seguido, Hubert Laws, como portavoz del grupo, presentó al productor homenajeado, Creed Taylor, que se encontraba en la sala, como se ha comentado, al mando del sonido. El flautista, para continuar con el giro que había dado el concierto, presentó “Corcovado” de Antonio Carlos Jobim, y nos habló de su experiencia musical con el gran compositor brasileño. Una pieza corta, apenas tres minutos, que dejó al público relajado y muy atento, aunque algo desconcertado ante lo que acontecía.

    Para despedir la velada el director y responsable musical de la banda, Bill Evans, creó otro punto de inflexión y dio un nuevo giro a la dinámica del concierto, con una introducción en solitario del tema “Ruttletrap”, cargada de fuerza y virtuosismo, como mostraba la velocidad y limpieza de sus fraseos. El bis de rigor, a petición del público, fue “Sueak”, en el que destacaron todos los solistas, creando una fuerte dinámica entre ellos, sucediéndose en solos de improvisación vertiginosos en un juego de compases alternados y al unísono. Excepto por los problemas técnicos de sonido con algunos instrumentos, guitarra y bajo, en el principio del concierto, algo que se solucionó en el transcurso del mismo, hubo sus momentos álgidos, en los que revivimos un estilo que aún resuena y se cultiva dentro de este género musical que es el jazz.


    Texto © 2009 José Antonio García López
    Fotos © 2009 Sebastián Mondéjar