Esperanza Spalding|| 26-VII-2009, Pontevedra || Conciertos ||Tomajazz

Comentario:

La jovencísima Esperanza Spalding se presentó ante el público pontevedrés lanzando al viento de la noche una pregunta que, lejos de circunscribirse únicamente a nuestros tiempos, quizá convenga a toda la Historia de la música que nos gusta: ¿qué es jazz?. Con esa premisa su espectáculo, y en concreto su interpretación, pasaron a caballo de diferentes géneros con la libertad de aquel aeroplano que soñaba Vicente Huidobro al pensar en versos que sobrevolasen diferentes idiomas sin tener por qué detenerse en ninguno en concreto. De su voz maleable surgieron fórmulas hermanas del soul, diferentes tipos de scat, el lenguaje de las antiguas damas del jazz, algo de pop y de rock… todo ello vehiculado con una naturalidad pasmosa y sin temor, algo que denota la frescura de su juventud y un leve perfume desenfadado o, quizá, reivindicativo.

En el repertorio de su concierto pontevedrés se coló alguna sorpresa respecto a la que sería la clásica presentación formal de su segundo trabajo discográfico como líder. Su versión de “Coisa Feita” (Joao Bosco) no hizo sino confirmar su querencia por la “cosa” brasileña, como también dejó patente en una de sus composiciones que, de forma menos explícita, recuerda inevitablemente al “Fato Consumado” de Djavan y su rítmica contagiosa. Faltó en esa pequeña parcela su bonita versión de “Ponta de Areia”, pero eran otras Esperanzas las que reclamaban su turno, entre ellas la que vestía con una nueva intención -y en este caso en inglés a diferencia de su versión grabada- “Body And Soul”.

Con una reiterada frase de bajo que sirve de leitmotiv, ese viaje al clasicismo evita las lecturas al uso para buscar otros estados emocionales. En los solos del memorable standard quizá estuvo algo excesivo Leo Genovese en un fraseo plagado de tresillos, con muy poco espacio y en el que la indudable técnica oscureció, sin embargo, el contenido del mensaje.

Nadie sabe qué hará Esperanza Spalding dentro de diez años -por elegir una fecha al azar- cuando su carrera todavía no habrá alcanzado su ecuador. Evidentemente muchos factores podrán determinar su evolución. Lo que sí es seguro es que, haga lo que haga -más o menos lejos del “jazz”-, hablará con voz propia, alto y fuerte y con un sobrado talento que a nadie deja indiferente.