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DAVE DOUGLAS QUINTET
28º Festival de jazz San Juan Evangelista - El legado musical de Miles Davis & Kind Of Blue

  • Fecha: 30 de octubre de 2009.
  • Lugar: C.M.U. San Juan Evangelista (Madrid).
  • Componentes:

    Dave Douglas: trompeta
    Donny McCaslin: saxo tenor
    Uri Caine: piano
    Matt Penman: contrabajo
    Clarence Penn: batería

  • Comentario:
     

    Dave Douglas es un músico controvertido, no por la calidad de su trabajo, que queda fuera de toda duda, sino por el amplio rango estilístico que aborda e integra en sus discos y directos, y que le hace tan huidizo a etiquetas. Nate Chinen, de AllAboutJazz.com, comentaba que puede abordar una serie de estilos de principios de los setenta, pero sin sonar retro (explorando “la libertad y el control”). Chris Kelsey, de AllMusicGuide.com, dice que su música no es un pastiche, sino una estética personal que refleja una gran variedad de intereses. Ian Carr, en The Rough Guide To Jazz, le define como “algo así como un visionario”, y Alyn Shipton escribe que “la dirección general de su música ha sido mezclar experimentación con tradiciones de las que forma parte” en su A New History Of Jazz. El viernes pasado, en el Johnny, pudimos asistir a un concierto pletórico de ingenuidad melódica y armónica, y a la vez acabamos con la sensación de que un huracán nos había pasado por encima. Era lo que nuestro compañero Sergio Cabanillas definía como “post-free cool”.

    Ron Carter. Foto: Sergio Cabanillas

    Y es que los temas de Douglas, todos ellos nuevos, destilaban un aire naíf basado, en ocasiones, en conceptos melódicos y armónicos de folk americano, y coronados por improvisaciones a veces intelectuales, a veces histriónicas. En otras ocasiones se movía por terrenos modales, siempre asentado sobre un groove de corte funky, pero amplio, suelto, descrito con pocas notas. La laxitud del acompañamiento rítmico se compensaba con una generosa distribución de dinámicas, algo especialmente notorio en las contagiosas evoluciones del batería Clarence Penn. Matt Penman swingaba como nadie en sus solos, donde solía hacer uso de desarrollos motívicos. El contrabajista era una reducción de la imagen del grupo: no era inusual verle atacar la cuerda equivocada o describir su riff de bajo con poca precisión, pero no importaba en absoluto; era puro espíritu, pura música. Uri Caine (el más aplaudido a priori) abría los temas en sus solos, al desprenderse de su labor como ejecutante del groove y centrarse en colores concretos. Qué pena que el piano se escuchase tan poco. Donny McCaslin (el más aplaudido a posteriori) era el más incisivo de todos, descubriendo constantemente afilados territorios y arrastrando consigo a una sección rítmica ávida de interacción. Nos regaló el mejor solo de la noche, pero por desgracia sigue siendo un músico infravalorado. El líder, por su parte, ejercía de tal a la hora de marcar entradas y dirigir a la banda, pero dejando hacer mucho a los suyos. Eso sí, cuando improvisaba hacía lo que quería, y lo hacía sin abusar, combinando afectación circense con sobrecogimiento misterioso, más todo lo que hay por en medio.

    Ron Carter. Foto: Sergio Cabanillas

    Douglas y McCaslin abordaban unísonos y contrapuntos de corte impresionista, o bien se enzarzaban en frenéticos diálogos. A pesar de tanta variedad (que no eclecticismo), los temas eran orgánicos, tanto en concepto como en interpretación. Al público le encantó, tanto que hubo segundo bis. Y con todo lo bueno que eso implica, lo mejor fue ver, otra noche, el San Juan Evangelista lleno. Que sean muchas más.

    Ron Carter. Foto: Sergio Cabanillas

    Ron Carter. Foto: Sergio Cabanillas


    Texto © 2009 Arturo Mora Rioja
    Fotos © 2009 Sergio Cabanillas