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PORTICO QUARTET / JOSÉ JAMES
18º Ciclo Jazz es Primavera-Eurojazz 2010

  • Fecha: 26 de febrero de 2010.
  • Lugar: C.M.U. San Juan Evangelista (Madrid).
  • Componentes:

    Portico Quartet:
    Jack Wyllie: saxos tenor y soprano, loops
    Milo Fitzpatrick: contrabajo
    Nick Mulvey: hang
    Duncan Bellamy: batería, xilófono

    José James:
    José James: voz
    Grant Windsor: teclados, Fender Rhodes
    Neil Charles: bajo eléctrico
    Rich Spaven: batería
    Jordana de Lovely: coros

  • Comentario:


    No hay quien pueda con el Johnny. Tras el fallido intento de cierre el pasado año, Unicaja ha retirado su apoyo económico al que ha sido adalid de la cultura durante 40 años, que se dice pronto. Contra la falta de financiación, ideas. El San Juan Evangelista ha conformado este año un cartel innovador y atractivo, tomando como punto de partida el jazz europeo y acercando a Madrid a algunos de los nombres más prometedores de la escena continental junto con estrellas ya confirmadas en el firmamento jazzístico.

    Para comenzar, dos propuestas desde Inglaterra, gran desconocida y minusvalorada en el panorama del jazz internacional. Portico Quartet se presentaba como una gran revelación, recién publicado su nuevo disco Isla y con una oferta musical híbrida, donde la improvisación se abre paso entre colchones sonoros de corte chill-out, a medio camino entre la música de baile más sofisticada y la corriente minimalista. Los jovencísimos intérpretes del cuarteto consiguen un timbre colectivo muy original, ampliando un teórico trío de saxo, contrabajo y batería con un nuevo instrumento cuyo uso se incrementa con el paso de los años: el hang, percusión temperada en forma de olla metálica y sonoridad cercana a los steel drums caribeños. No uno, sino tres hangs manejó Nick Mulvey, imbricándose en la música hasta hacerse indispensable, y llevando al oyente a un estado de trance facilitado por la repetición circular de acordes y la densidad del sonido global. Los temas de Portico Quartet no están condicionados por la rigidez estructural ni armónica (los acordes apenas vienen sugeridos por la línea de bajo y dos notas repetidas en el hipnótico hang). Más bien el grupo juega con el sonido como herramienta primaria, organizando sus composiciones como secuencias de estados anímicos más que como secciones formales, como colores más que como paisajes. Tanto al saxo tenor como al soprano curvo, Jack Wyllie improvisaba sobre materiales concretos, de forma obsesiva, recordando mucho a Jan Garbarek y haciendo gala de lo que el crítico Stuart Nicholson llama “el tono nórdico”. El contrabajista Milo Fitzpatrick condujo el discurso del cuarteto con autoridad y precisión, destacando por encima de sus compañeros. Se echó de menos más variedad en el trabajo de Nick Mulvey al hang, y más acierto en la batería, donde Duncan Bellamy incorporó ritmos de drum’n’bass a su trabajo sobre la caja y el plato ride. Bellamy mostraba inquietud, buscando a veces sin éxito, y jugando tanto con el groove que en ciertos momentos lo perdía, no empastando adecuadamente con el contrabajo.

    Apuntan alto e irán tomando tablas con el tiempo. Su concepto musical merece la pena y habrá que estar pendiente de su desarrollo futuro. Si se puede poner algún pero importante a su concierto madrileño, hablaremos del uso de dinámicas, que brilló por su ausencia y conformaría un valioso aporte a la música de la banda.

    La segunda parte de la noche correspondía a José James, vocalista de éxito de origen americano. El trío que conformaba su sección rítmica abrió el show con un arreglo deslavazado del “Syeeda’s Song Flute” de John Coltrane, donde los tres músicos llevaron caminos ostensiblemente separados, quizá queriendo dar la impresión de hacerlo adrede (las miradas que intercambiaron bajista y batería indicaban lo contrario). Por fortuna la banda empezó a sonar como tal coincidiendo con la aparición en el escenario del líder y su corista Jordana de Lovely. James ofreció un espectáculo de soul relajado con sonoridades de acid-jazz (cercano al concepto de Terry Callier), proyectando una imagen cercana a la de los intérpretes de hip-hop, gorra torcida en ristre, caminando constantemente por el escenario y sin dejar de gesticular. Fue un concierto aseado y elegante pero, como diría Kurt Elling, carente de actitud jazzística. José James hizo las delicias de sus fans y esperamos que eso repercutiera en la caja del San Juan Evangelista.

    Esto es solo el principio, la semana que viene será el European Jazz Ensemble (músicos de Inglaterra, Polonia, Holanda, Chequia y Alemania) el que se aupará a las tablas del Johnny, y en semanas sucesivas vendrán los tríos de Stefano Bollani, Nils Wogram y Bobo Stenson, el quinteto húngaro Djave, el italiano Enrico Pieranunzi a piano solo y el batería nacional Carlos “Sir Charles” González con muy buena compañía. Como para no perdérselo.

    Texto © 2010 Arturo Mora Rioja
    Fotos © 2010 Sergio Cabanillas