>> VOLVER A TOMAJAZZ

 
 

 

   

STANLEY CLARKE BAND CON HIROMI
XXIII Jazz en la Costa

  • Fecha: 22 de julio de 2010.
  • Lugar: Parque El Majuelo, Almuñécar (Granada).
  • Componentes:

    Stanley Clarke: bajo eléctrico, contrabajo
    Hiromi: piano
    Ruslan Sirota: teclados
    Ronald Bruner Jr.: batería
  • Comentario:



    El gran éxito de Stanley Clarke fue Return to Forever, el mítico grupo que formó junto a Chick Corea, Larry Corryel, Flora Purin, Gayle Moran etc, y que formó parte de la terna de grandes dinosaurios de lo que se llamó entonces jazzrock: ellos, Weather Report y la Mahavishnu Orchestra. Salvo resurrecciones de temporada, de eso hace ya treinta años.



    En el caso de R.T.F. evolucionó de un sonido eminentemente acústico y natural hacia la electricidad más altinsonante, frecuentando el circulito roquero de la época. Clarke, el que para muchos es el número uno del mundo en el bajo eléctrico, parece haber realizado el camino inverso, guardando por momentos el eléctrico (aunque nada más llegar interpretó “lopsy-lu” con ese instrumento) para abrazar el contrabajo, rodeándose de un grupo acústico aunque de una enorme fuerza, sobre todo por la inquietísima Hiromi y el jovencísimo baterista Ronald Brunner Jr. En jazz en la Costa la formación, que se completaba con el organista israelí Rusian Sirota, realizó un tour de force, contra si mismo, una casi competición entre virtuosos que deslumbró por su energía al público,  que había agotado las entradas para esa noche.


    El inicio del concierto fue muy curioso ya que empezó tocando Stanley Clarke con el eléctrico solo para ir haciendo una rueda de solos con sus compañeros a modo de presentación. Clarke e Hiromi mantuvieron una relación muy especial en el escenario, ya que se hacen cargo de casi toda la labor solista, el bajista siempre omnipresente y la japonesa demostrándose como discípula aventajada de aquel Oscar Peterson que parecía tener diez dedos en cada mano. La sombra de Return to Forever no se fue en casi toda la noche, sobre todo cuando acudían a las carreras dobles de órgano y piano o a melodías que parecían volver de la legendaria suite “Spain”. Técnicamente impresionantes, a cual mejor, como autor Clarke recordó uno de sus temas más conocidos “School days” y para el final se reservó una pieza que hicieron Corea McLaughlin y él en homenaje a John Contrane, aunque completamente carente de la espiritualidad de aquel ya que sonó  a toda la presión que daba el equipo de sonido y provocó que el público se pusiera de pie, exigiendo un segundo bis que no llegó, ya que el grupo llevaba veinte horas sin dormir en una apretada gira europea que les llevaría a San Sebastián al día siguiente.

    Texto © 2010 Diego Ortega Alonso
    Fotos © 2010 Ricardo Carrillo de Albornoz