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LOK.03 (ALEXANDER VON SCHLIPPENBACH - AKI TAKASE - DJ ILLVIBE)
VI Festival Internacional Jazz Sigüenza

  • Fecha: 6 de diciembre de 2010
  • Lugar: Ermita de San Roque, Sigüenza (Guadalajara)
  • Componentes:
    LOK.03
    Alexander von Schlippenbach: piano y objetos
    Aki Takase: piano y objetos
    DJ Illvibe: giradiscos y pedales

  • Comentario:


    Para la jornada de clausura de la sexta Edición del Festival de Jazz de Sigüenza, y al contrario que en las dos jornadas anteriores que consistieron en sendos conciertos dobles, sobre el escenario de la ermita de San Roque actuó LOK.03. Una formación muy poco habitual en trío formada por dos pianistas y un DJ. El alemán Alexander von Schlippenbach es toda una institución en el Viejo Continente. Allá por los años 60 y en compañía de otros jóvenes puso en marcha una forma de entender el jazz a la europea en contraposición al free jazz norteamericano. En su cita en la ermita de San Roque actuó en compañía de su esposa, la japonesa y también pianista Aki Takase. El tercero sobre el escenario, que no en discordia, fue DJ Illvibe, hijo del músico alemán.



    © 2010, Sera Martín



    Al igual que ocurría en el CD LOK.03 (Leo Records), su concierto seguntino se inició con un exótico viaje en tren que discurrió, entre otras ciudades, por Londres, El Cairo, Utrech, Oklahoma o Bandung. Sin intentar que esas paradas hicieran referencia a la música de cada uno de esos lugares, o más bien imaginando libremente esos folclores, la interacción entre los tres artistas rayó a gran nivel. Schlippenbach y Takase son dos pianistas que, a pesar de tocar con dos lenguajes musicales muy diferentes (ella es más clásica y de su teclado surgieron notas creadas por Fats Waller, mientras que él camina por la vanguardia), se entienden magníficamente sobre el escenario. DJ Illvibe, que incorporó a su set un par de pedales de loop que le permitían capturar en vivo el sonido de sus platos y manejarlo a su voluntad para crear una base sonora, estuvo atento a la música de los dos pianistas. Su labor fue introducir pequeños fragmentos que en un momento servían como resorte para que reaccionasen sus compañeros, mientras que en otros –scratch mediante especialmente–, interaccionó directamente con ambos.




    © 2010, Sera Martín


    Los tres trabajaron con sus instrumentos en su totalidad. Schlippenbach utilizó un enorme mazo para percutir sobre las cuerdas del piano, mientras que Takase utilizó un buen puñado de pelotas de ping-pong tanto en el interior de su piano como en el de su marido. Ambos utilizaron también un buen número de artilugios de distintos tamaños (el mayor fue una bandeja metálica del tamaño de una mano, los menores unos pequeños tornillos) para extraer todo tipo de sonidos de sus pianos. DJ Illvibe llegó a retirar la base sobre la que se colocan los discos para aplicar la aguja directamente sobre la base, o incluso a utilizar el brazo del giradiscos como un elemento percusivo ad-hoc.

    Tras media hora en la que fueron surgiendo y desarrollándose distintas ideas y melodías, los dos pianistas emprendieron un dúo en forma de una larga pieza. Cada uno de ellos fue dejando muestra de los elementos característicos de su estilo. Schlippenbach tiene un estilo más nervioso y percusivo, mientras que Takase dejó muestra de su afiliación a un pianismo más clásico. Musicalmente fue el momento en que las melodías surgieron de un modo más directo, reconocible y mantenido en el tiempo, a pesar de que en la música que ambos desarrollaron lo importante no fue, ni de lejos, el hacer gala de un virtuosismo al piano del que ambos están dotados. La creatividad y la interacción fueron los elementos fundamentales.

    © 2010, Sera Martín


    El siguiente acto fue un solo de DJ Illvibe que creó música a partir del uso global de sus dos platos y los pedales. En diez minutos hubo tiempo para que la música evolucionase de ambientes abstractos –para lo que despojó de elementos a su equipo reduciéndolo a su mínima expresión–, hasta llegar a una exhibición de virtuosismo en la que logró crear unos ritmos muy marcados y concretos, o a lucirse con una magnífica exhibición de scratch.

    El fin de viaje y parada final, con la reincorporación e intercambio de los instrumentos de ambos pianistas, fue el momento en el que ambos se emplearon especialmente en el piano en su totalidad. Las trayectorias casi brownianas sobre las cuerdas de las pelotas de ping-pong o los objetos introducidos en el interior de ambos pianos se erigieron en unos elementos aleatorios que ambos pianistas supieron añadir a su música. Lejos de producir un caos incontrolable, supieron incorporarlos a los que se convirtieron en los momentos de mayor intensidad de toda la velada.

    © 2010, Sera Martín


    Tras finalizar la música apenas quedó tiempo para más, salvo para que los tres músicos saliesen al escenario a saludar. El público premió con sus aplausos una actuación sin concesiones en la que se le permitió ser testigo de un magnífico viaje creativo.

    Balance del festival

    Las actuaciones internacionales de LOK.03, Ran Blake y The Thing vuelven a dejar a Sigüenza como una de las citas creativas punteras en España con una programación con un nivel al alcance de muy pocos festivales. La programación de 2010 ha logrado superar a la de las pasadas ediciones. Mientras que en este pasado otoño la mayoría de festivales –grandes y chicos–, han apostado por lo ya conocido programando a músicos que casi son habituales en los festivales de nuestro país y cerrándose a las propuestas nacionales, en Sigüenza también han abierto su cartel a las propuestas de Hat o del Trío Antimanierista. La de Sigüenza es la constatación, una vez más, de la importancia de la falta de prejuicios a la hora de construir una programación con sentido. Festivales como el suyo no debieran ser sólo un ejemplo de consistencia artística en Castilla-La Mancha, sino también en el resto de España.
    Texto © 2010 Pachi Tapiz
    Fotos © 2010 Sera Martín