>> VOLVER A TOMAJAZZ

 
 

 

   

GILAD ATZMON TRIO

  • Fecha: 31 de octubre de 2012.
  • Lugar: Bogui Jazz (Madrid).
  • Componentes:
    Gilad Atzmon: saxos alto, soprano y clarinete
    Yaron Stavi: contrabajo
    Carlos “Sir Charles” González: batería
  • Comentario:


    Con mucha expectación se presentaba en Madrid el saxofonista Gilad Atzmon, y prueba de ello fue la gran afluencia de público que se dio cita en el Bogui Jazz. Antes de la actuación tuvo lugar un acto donde se dio a conocer su reciente libro, La Identidad Errante, en el que este activista, novelista y filósofo, además de músico, no duda en denunciar la postura del gobierno de Israel, pronunciándose en sus escritos en contra del sionismo, y la ocupación de los territorios palestinos.

    Su anterior experiencia en la capital fue con la Orient House Ensemble, grupo de connotaciones étnico-jazzísticas que en el año 2005 dejó una gran impresión entre quienes pudimos disfrutarlo. Pero esta ocasión casi nada tenía que ver con aquella. En formación de trío Atzmon despliega un jazz visceral dispuesto a acaparar todo el espacio sonoro. Desde una clara postura de bopper recurre a un amplio catálogo de improvisaciones que le sirven para proyectar cada tema como una descarga festiva, en la que se dan la mano la tradición y la modernidad. Nada se le escapa a Atzmon y cualquier excusa le sirve para armar un discurso que, como átomos sonoros, poco a poco se unen y adquieren un cuerpo sólido de diferentes formas. Ya se trate de standards como "I Can't Get Started”, “In a sentimental mood” o “Take the A Train”, siempre deja espacio al acompañamiento de la rítmica con un estilo muy parkeriano. Con la ayuda de dos fieles escuderos como Yaron Stavi al contrabajo y de Sir Charles, siempre a punto y preciso, en la batería, dio como resultado un concierto en el que hubo de todo menos aburrimiento.

    Con los acordes de “Cherokee”, cuya base utilizó Charlie Parker para su célebre “Ko-Ko”, los fraseos del saxo se fueron intensificando cada vez más y la batería y el contrabajo hubieron de empezar a trabajar a destajo, con ritmo y swing expandiéndose a raudales. Y demostrando por qué había sido elegido para el concierto, llegó el primer solo improvisado de la noche a cargo de Sir Charles.

    En la Orient House Ensemble Gilaz Atzmon suele acaparar muchos temas con el clarinete. Apoyado suavemente por la rítmica, Atzmon inició una de las piezas homenajeando a las composiciones de George Gerswin con mucha elegancia. El final del primer set de la noche estuvo dominado en medio de fraseos claramente blues, en los que Yaron Stavi y Sir Charles realizaron un mano a mano que sirvió como colofón y excusa para los primeros acordes de la composición “Moanin” de Bobby Timmons. Una pieza que sirvió para encandilar aún más al personal, totalmente entregado y con muchas ganas de pasárselo bien en el concierto.

    El segundo set comenzó con los acordes de “Blue Train” de John Coltrane, tema que se expande con un torrente de notas improvisadas. Casi todo el concierto se desenvuelve con un gran solo de Atzmon, con la batería y el contrabajo estando a la altura para seguirle. Pero si con Trane no era suficiente, de repente propone un cambio de marcha y puede aparecer un calypso para animar aún más la fiesta.

    A continuación, siguiendo con Coltrane llegó el himno “Giant Steps”, un portento y monumental homenaje a la improvisación. El comienzo de cada tema es una excusa para poner de manifiesto sin ostentación y con un discurso diáfano y cristalino toda la clase que Atzmon atesora. Un portento de técnica, no artificial, con aportaciones esenciales del contrabajo y también del batería.

    La recta final del concierto comenzó con toda una muestra de fortaleza a cargo de Sir Charles, que dio pie a que entraran el saxo y el contrabajo con la misma fuerza para no ser menos. Sobre un fondo de batería empezaron a aflorar ciertos toques funkies que contribuyeron a caldear más la noche.
     
    Como apoteósis y con parte del público disfrutando de pie vino una especial versión de “What a Wonderful World” de Louis Armstrong. Sobre los acordes de esta conocida canción se fundamento toda la improvisación, donde de nuevo la presencia de Charlie Parker se hizo presente hasta la finalización del tema. Aztmon puso de manifiesto a lo largo de su actuación que desde que empieza hasta que termina mantiene una búsqueda constante de sonidos, pequeños viajes en los que siempre encuentra finales emocionantes. Todo desde un punto de jocosidad y diversión que permite a Atzmon crear un collage musical donde nada le sobra. Por eso, el final no pudo ser mejor con parte del público moviéndose a ritmo. Con Atzmon los aficionados se congratulan con la máxima de que el mejor jazz siempre se puede disfrutar en directo.

    Texto: © 2012 Carlos Lara
    Fotografías: © 2012 Sergio Cabanillas