WILLIAM PARKER VIOLIN TRIO - Scrapbook

Músicos: Billy Bang (violín), William Parker (contrabajo), Hamid Drake (Batería)

Composiciones: Scrapbook 8:02, Sunday Morning Church 11:31, Singing Spirits 5:00, Dust on a White Shirt 5:06, Urban 7:24, Holiday for Flowers 3:23
Composiciones por William Parker.

Thirsty Ear Recordings THI57133.2

Comentario: El sello Thirsty Ear en su "blue series" es motivo de controversia entre los aficionados al jazz. Su productor ejecutivo, Peter Gordon, ha partido en su creación de unos presupuestos ciertamente elevados en cuanto a su supuesta creatividad y al desarrollo de nuevas ideas. El papel de Matthew Shipp como director artístico de la citada serie y el gran plantel de músicos presentes en sus obras (Tim Berne, Matthew Shipp, William Parker, Evan Parker, Roy Campbell, Mat Maneri, David S. Ware, Hamid Drake o Joe McPhee) provoca que los aficionados eleven enormemente el nivel creativo y emocional que debieran alcanzar estas obras. Es este aspecto el que hace que aparezca la controversia en cuanto a la creatividad presente en las obras de este sello. Estos elementos, sin embargo, no deben eclipsar el excelente nivel de algunas de sus propuestas. Sin ir muy lejos en el tiempo y contrarrestando la falta de interés de algunos de sus últimos lanzamientos, brillan con luz propia la última grabación de Tim Berne en directo ("The Sublime And...") o la del trio a violín de William Parker.

El contrabajista continúa de algún modo trabajando en la línea del magnífico y elegante Raining On The Moon publicado en 2002. Trio de lujo, ¡qué se podría decir de la sección rítmica de este trio que no se haya dicho ya! William Parker y Hamid Drake han sido y son compañeros en mil batallas. Establecidos ambos como una de las mejores rítmicas de la actualidad, sus nombres suelen estar asociados a propuestas musicales con un interés habitualmente por encima de la media. Dinámicos, variables y complementarios, estos artesanos de la improvisación se conocen y trabajan a la perfección. En esta grabación resultan el soporte perfecto para el violinista Billy Bang. Este es un viejo conocido de William Parker. En 2003 se ha reeditado "Through Acceptance of Mystery Peace" (a nombre de William Parker en Eremite). Allí se recoge un tema grabado en 1974 en el que coincidían el contrabajista y el violinista. Compuesto en su totalidad por William Parker, Scrapbook rebosa "swing". El tema inicial, que titula a la grabación, sirve para el lucimiento de los tres músicos. Singing Spirits con una base blues, permite una demostración de violín "a la free" por parte de Billy Bang. Sunday Morning Church muestra una solemnidad quizás religiosa. Un disco (este sí), a incluir en el haber del no siempre tan novedoso ni original sello americano.

José Francisco Tapiz


Cuarteto Eduardo Kohan - Klaro

Músicos: Eduardo Kohan (saxo, flauta, melódica, recitado), Jean Ferrarini (piano), Christin Kleiner (contrabajo), Laurent Wyler (batería)

Composiciones: Metempsicosis (Cuarteto, Lugones) 6:12, Danse de la fureur pour les septs trompettes (extrait) (Olivier Messiaen) 1:34, Petite Mélodie (E. Kohan) 5:39 wma, C'est assez (Cuarteto) 3:05 wma, Sopenko (E. Kohan) 6:05, Klaro (E. Kohan) 6:29, Selva (Cuarteto) 2:05, Soul Eyes (Mal Waldron) 7:04, Mrécages (Cuarteto) 3:35, Milonka (E. Kohan) 4:33, Che (Cuarteto) 3:50, Katamarka (Cuarteto) 4:53, Dear Lord (John Coltrane) 8:21, Mister F (Cuarteto) 4:27
Altrisuoni (http://www.altrisuoni.com/). AS 150

Comentario: Eduardo Kohan es un músico argentino nacido en 1949 que reside en Suiza desde 1976. Klaro es el tercer trabajo editado a su nombre tras Dies Irae (Hat Hut records, 1981 ) y CUARTETO (Doron Jazz, 2001).

En Klaro el músico está acompañado por su formación Cuarteto. Eduardo Kohan y su grupo muestran un gran gusto por la composición. Las aportadas por el cuarteto están relacionadas con la música contemporánea. Esta relación y gusto por lo contemporáneo queda perfectamente demostrado en su revisión de Danse de la fureur pour les septs trompettes de "Quatuor pour la fin de temps" del compositor Olivier Messiaen (1908-1992). Interesante resulta también la fusión de poesía, composición e improvisación en el tema que abre el disco, en que el grupo pone música y ambienta "Metempsicosis" del poeta Leopoldo Lugones.

El trabajo compositivo de Eduardo Kohan en solitario muestra un gran gusto por el jazz más clásico y la búsqueda de la belleza en las melodías. Esto se refleja en las baladas (las preciosas Klaro o Petite Mélodie), en los aires folklóricos homenajeando a su tierra natal (Milonka), o en las versiones elegidas. Soul Eyes (de Mal Waldron) y Dear Lord (John Coltrane) son las elegidas. Apuestas fuertes si se echa un vistazo hacia el pasado y se mira la lista de músicos que han trabajado sobre estas composiciones.

José Francisco Tapiz


ALLAN HOLDSWORTH GROUP: THEN!

Formación: Allan Holdsworth- Guitarra eléctrica, Guitarra Barítono / Steve Hunt- Teclados / Gary Husband-Batería / Jimmy Johnson-Bajo.
Temas: Zone I, Proto-Cosmos, White Line, Atavachron, Zone II, Pud Wud, House of Mirrors, Non-Brewed Condiment, Zone III
Duración: 55’40’’
Alternity Records. Ed. 2003. www.alternityrecords.com

Comentario: Si el guitarrista de los guitarristas ha aprobado la edición de un nuevo album oficial en directo, esta vez grabado en Tokyo en Mayo de 1990, muy buena tiene que ser la grabación. Y efectivamente, nos encontramos no sólo con una grabación con una calidad audiófila, sino con unas interpretaciones soberbias, con el cuarteto de aquella época en estado de gracia. Pocos grupos han alcanzado el nivel de intensidad y compenetración de éste. “Then!”, editado por el sello independiente americano Alternity Records, nos presenta, entre varias piezas clásicas del repertorio de Holdsworth como Proto-Cosmos (de su época con el batería Tony Williams), tres improvisaciones (Zones) inéditas hasta ahora, donde el grupo demuestra su capacidad de crear atmósferas intrigantes que no dejarán al oyente impasible, sea músico o no. Con Gary Husband demostrando por qué es un superclase de los baterías, el gusto y la técnica de bajo eléctrico de Johnson y Steve Hunt como perfecto contrapunto a los teclados, Allan Holdsworth toca de manera impresionante: solos imposibles, acordes únicos. Sencillamente espectacular. Para amantes de las emociones fuertes, este disco os va a dar muchas horas de satisfacción. Abstenerse seguidores del jazz suave. Este album desprende muchísima energía.

Manuel Cebada Montero


Fred Anderson - Back at the Velvet Lounge

Músicos: Fred Anderson (saxo tenor); Maurice Brown (trompeta); Jeff Parker (guitarra); Harrison Bankhead (guitarra acústica (3), bajo (1, 2); Tatsu Aoki (bajo (2-5)), Chad Taylor (batería)
(Delmark, 2003)

Comentario: Tras la escucha de este fantástico directo, resulta difícil hacerse a la idea que el artífice de tanta intensidad sea un legendario saxofonista que supera los setenta años. Grabado a finales de 2002 en el Velvet Lounge, el club que Anderson ha respaldado durante décadas (casi podría decirse que ésta es una grabación casera en su sentido más literal), el saxofonista reunió a varios paisanos de generaciones más recientes para este set compuesto íntegramente por temas propios. No hay cabida aquí para recurrentes estándares, pero sí para un lenguaje irremediablemente ligado a la tradición menos acomodaticia. Escuchando “Fogeux” u “Olivia” es fácil entrever que Anderson recoge el testigo de Coltrane, Ornette o Rollins y, sin la mínima intención de subvertir el idioma que éstos promulgaron, nos ofrece una espléndida panorámica de la vanguardia de los sesenta aderezada por el pulso del blues. Siempre en el terreno de la melodía, su saxofonismo es homogéneo, enérgico y de un exquisito clasicismo. Carente de estridencias y con un claro gusto por los registros más bajos de su instrumento, Anderson produce auténticas cascadas de notas que, lejos del exhibicionismo, conforman un discurso al servicio de la expresividad. Chad Taylor, un joven baterista curtido en Chicago pero residente en Nueva York, se muestra como un instrumentista versátil y de elegante sutilidad. Completan la sección rítmica Harrison Bankhead y Tatsu Aoki, que se alternan el puesto de contrabajista. De la aportación de Jeff Parker (Chicago Underground, Tortoise, etc), un músico capaz de adaptarse a los dictámenes del bop, la electrónica o el rock con sorprendente facilidad, no puede decirse gran cosa en esta ocasión. Su interpretación es algo tímida, incluso taciturna, adoptando un rol prácticamente secundario que contrasta con el del advenedizo Maurice Brown, un trompetista que hace aquí su primera aparición en disco pero cuyo lenguaje da muestras de estar sobradamente consolidado.

Con el espíritu del blues recorriendo los cinco cortes de esta grabación, Back at the Velvet Lounge difícilmente contará algo nuevo a aquellos que estén familiarizados con el trabajo de Anderson, ni siquiera a los oyentes del jazz más clásico, pero es sin dudarlo una excelente muestra de un discurso elocuente, de una veteranía bien entendida y desprende una autenticidad no tan habitual estos días.


Efrén del Valle


Satoko Fujii/Tatsuya Yoshida - Toh-Kichi

Músicos: Satoko Fujii (piano, voz); Tatsuya Yoshida (batería, voz)
Victo, 2002

Comentario: El Festival de Nuevas Músicas de Victoriaville de 2002 regaló a la audiencia, entre muchas otras atracciones, este encuentro, a priori variopinto. Sin embargo, a pesar de que Fujii y Yoshida provienen de tradiciones y estéticas muy alejadas, el cóctel resultante del vigoroso espíritu tayloriano de la primera y el frenetismo hardcore del segundo, dan sus buenos dividendos.
Es justo decir que Yoshida logra reconducir el libertinaje pianístico de la Fujii hacia su terreno y también que, cuando las manos corren por las teclas sin cortapisas, el baterista se tambalea al tratar de adentrarse en tierras inexploradas. Con todo, la energía de las composiciones, la robustez del engranaje que ponen en marcha los golpes certeros de Yoshida y la increíble capacidad de adaptación de Fujii, hacen de “Toh-Kichi” una escucha apasionante y agotadora a partes iguales. Es obvio que sobre las tablas se produjo un diálogo permanente y homogéneo, y que la pianista entró en el juego, en el circo Ruins, con su parafernalia de vocalizaciones dadaístas y ritmos delirantes. La interpretación es exultante y desprende humor y entendimiento por todos los poros. No importa que se trate de envites atonales, concesiones melódicas o un tango en el que los preciosos acordes de Fujii se arropan en el sonido de una cremallera amplificada. 

Quizá los fans acérrimos de una y otra parte no estén satisfechos con el híbrido, pero “Toh-Kichi” es sin duda una fantástica confrontación de rock y jazz, dos mundos que no siempre han convivido con la fluidez deseada. Cien por cien recomendable.


Efrén del Valle


Eugene Chadbourne/René Lussier - L’Oasis

Músicos: Eugene Chadbourne (guitarra, acústica, bajo y voz); René Lussier (guitarras acústica y eléctrica)
(Victo, 2002

Comentario: L’Oasis combina la grabación de dos conciertos: por una parte, un show totalmente improvisado en Les Instants Chavirés de París en 1998 y por otra, la actuación del dúo en el Festival de Victoriaville de Quebec en 2002, con un repertorio de clásicos del bluegrass. Ni una cosa ni la otra sorprenderán a los seguidores de estos polifacéticos guitarristas. Tanto Chadbourne como Lussier han hecho buenas las teorías de la vanguardia en su enfoque guitarrístico, que han sabido deconstruir a lo largo de unas carreras agotadoramente versátiles.

En los cortes pertenecientes a la tournée francesa, el énfasis recae sobre las improvisaciones ruidosas y abstractas que le han valido a estos veteranos la etiqueta de eternos enfant-terribles. Con menos virulencia de la que cabría esperar, “Scruggs Soufflé!” o “Our Satanic Majesty’s Request” son excursiones que esquivan dogmatismos, composiciones ad hoc con discretas –y contadas- referencias al blues y el country. Y este último es precisamente el terreno por el que optaron en su presentación canadiense. Con un repertorio preparado durante varios días antes del concierto, Chadbourne y Lussier se embarcaron en una personal reinterpretación del cancionero tradicional norteamericano, pero con altas dosis de comicidad e irreverencia. Los hilarantes solos, la cómica voz de Chadbourne y el contrastado virtuosismo de ambos músicos, hacen que L’Oasis se perciba como un todo perfectamente cohesionado, a pesar de plantear estéticas diametralmente opuestas. Chadbourne y Loussier parecen lograr grandes cosas sin pretenderlo, partiendo de la inmediatez de la música folk y de la complejidad de la experimentación sonora para ofrecer puro entretenimiento con maestría y un gran sentido del humor.


Efrén del Valle


BRÖTZMANN / PARKER / DRAKE - NEVER TOO LATE BUT ALWAYS TOO EARLY (dedicated to Peter Kowald)


Músicos: Peter Brötzmann (saxo tenor, taragato, clarinete), William Parker (contrabajo, doussn'gouni), Hamid Drake (batería)

Composiciones: CD1:Never Run But Go 1-4, The Heart And The Bones. CD2: Never Too Late But Always Too Early 1-3, Halfhearted Beast
Composiciones por Brötzmann, Parker, Drake
Duración 1h54'
Grabado el 10 de abril de 2001 en Casa del Popolo, Montreal, Canada
Eremite 037/038. http://www.eremite.com/

Comentario: Me preguntaba yo en mis dulces 14 años: ¿hay música después de Nirvana? ¿encontraré algo que me “remueva las pelotas” - como dice mi buen amigo Barahona - más allá de Kurt Cobain?. Ahora, casi diez años después, me enfrentaba a la misma disyuntiva: ¿hay jazz radical, free, visceral, dramático, que me ponga el pelo como escarpias, mas allá de Coltrane? Y otro buen amigo, Mr. Tapiz, en su primer capítulo de “La tercera hora” me ofrecía una respuesta, una respuesta clara, contundente y sin objeciones.....Peter Brötzmann.

Me resulta muy difícil poder criticar música porque me resulta de lo más subjetivo. No se qué decir, me quedo en blanco, como cuando me preguntan por qué me gusta este tipo de “música”. No tengo motivos objetivos, no te puedo dar razones musicales, sólo puedo decir “me gusta, me remueve las pelotas, me parte el alma...” sin saber por qué la escucho y la acepto con los brazos abiertos, de par en par, así que sólo me puedo limitar a decir lo que mis oídos reciben y cómo lo reciben.

Energía es la palabra, desde el primer segundo; energía de golpe, sin respiro, un “triálogo” entre genios que saben cómo hablar a la perfección con cada uno de sus instrumentos.

Libre, visceral, trágico, rabioso y “a-physikai” al tarogato y saxo tenor, por momentos (pocos) dulce al clarinete; Peter Brötzmann con un discurso sin dilaciones, como una tormenta, duro como una piedra, áspero, intolerantemente creativo, imaginativo, fluido, radicalmente musical.

Y como escolta de esa cólera artística una sección rítmica, un corazón en perfecto compás, una taquicardia homogénea de gran magnitud. El hilo que une a Hamid Drake y William Parker es de puro acero. Si eres capaz de atravesar el muro polifónico de Brötzmann verás con claridad cómo se la juega (y siempre gana) esta sección rítmica (la pregunta, cuando falten estos dos Maestros, será: ¿existe ritmo más allá de Parker y Drake?)

En definitiva, un trío que cumple la profecía “uno y trino”. En definitiva, creatividad, imaginación, fluidez, libertad, energía, entendimiento...ARTE en mayúsculas y sin privaciones.

Aquí se pierde la pista de ese “punto medio” que tanto añoraba Aristóteles; esto, o lo adoras, o no lo puedes soportar, no hay lugar a medias tintas.

Como músico en potencia que soy, sólo espero algún día poderle regalar a un amigo algo tan bello, como hacen ellos a Peter Kowald, porque algo así solo se lo puedes regalar a alguien al que realmente quieras.

thÖmasavant


TOTAL MUSIC MEETING 2001 - 2002

 

a/l/l 002 - a/l/l 006
http://www.free-music-production.de

TOTAL MUSIC MEETING (TMM) es un festival que cada inicio de noviembre y desde 1968 tiene su cita en Berlin. Organizado por el sello FMP (Free Music Production), una pequeña parte de su realidad ha quedado plasmada en grabaciones editadas por este interesante sello. Por primera vez en su historia FMP se ha animado a editar sendos recopilatorios de los festivales de los años 2001 y 2002.

¿Qué se encontrará quien se acerque a estas grabaciones? Empezando por los intérpretes, los dos discos recogen a 22 formaciones diferentes (once por edición). Están los correspondientes solos (Carlos Bechegas, Sven Ake Johanssen, Agustí Fernández), dúos (Wu Wey & Xu Fengxia -precioso el tema e impronunciables tanto el título como los instrumentos empleados en su ejecución-, Bernocini - Lehn, Angster - Kubler), tríos (los de Evan Parker y Alexander Von Schlippenbach, Voyager -con George Lewis, Aki Takase y el piano computacional interactivo Voyager-, IST -con Simon H. Fell-, Three October Meetings, The New Flags, Ossatura, Manuela -con Zingaro, Reichel, Carl), cuartetos (Doppelmoppel, Zenttralquartt, Contrabassclarinet Project), quintetos (el supergrupo 2X3=5 con los históricos Evan Parker, Paul Lytton, Alexander Von Schlippenbach, Barry Guy y Paul Lovens), llegando cuantitativamente hasta el septeto con Surprise Act.

En cuanto al jazz hispano, no se puede dejar de señalar el hito que supone la presencia del músico mallorquín Agustí Fernández a piano solo en "The Sea Under The Snow". A pesar de ser el primer músico español en grabar para FMP y en estar presente en el TMM, no son sólo estos los motivos por los que merece ser resaltado entre tantas importantes figuras. Por encima están su creatividad y la calidad de su interpretación.

Musicalmente sorprende la variedad y calidad de su contenido sonoro, realzadas por el magnífico gusto demostrado a la hora de disponer la selección. Más allá de una sesión de free-jazz y/o libre improvisación, en su variedad está el gusto para quienes se acerquen a estas dos grabaciones. A lo largo de las dos horas y media y como no podría ser de otro modo aparecen propuestas relacionadas con estos estilos. Sin embargo hay bastante más. Dentro de la creatividad característica de estos encuentros músicales hay propuestas de música electro-acústica (Bertoncini/Lehn, Mal D'archive, Ossatura), propuestas cercanas al rock y al blues (Doppelmoppel, Zenttralquartett) o a la música étnica (con Xu Fengxia, en el ya señalado dúo con Wu Wei y en otro integrando el grupo The New Flags).

En definitiva, dos magníficas muestras de parte del estado creativo actual del jazz y la libre improvisación por parte del sello FMP.

José Francisco Tapiz


ANTHONY BRAXTON

 

Anthony Braxton Quartet (Dortmund) 1976
Músicos: Anthony Braxton (saxos alto, contrabajo y sopranino, clarinetes y clarinete bajo), George Lewis (trombón), Dave Holland (contrabajo), Barry Altschul (batería y percusión)

Composiciones: 40F, 23J, 40(O), 6C, 40B

Grabado en directo en Jazzfestival "Jazz Life", Dortmund, 31 de octubre de 1976 por WDR, Colonia
hatOLOGY 557

Anthony Braxton Quintet (Basel) 1977
Músicos: Anthony Braxton (saxos alto y sopranino, clarinete), George Lewis (trombón), Muhal Richard Abrams (piano), Mark Helias (contrabajo), Charles "Bobo" Shaw (batería)

Composiciones: 69J, 69N/G, 69M, 40B

Grabado en directo el 2 de junio de 1977 en Safranzunft, Basilea, Suiza por Radio RDS, Studio Basel. Editado por primera vez en 2001
hatOLOGY 545

Comentario: Coincidiendo con la visita a España (Sevilla, noviembre de 2003) de Anthony Braxton he aquí un par de grabaciones rescatadas de su muy amplia discografía.

Grabadas a mediados de los 70, muestran al multi-saxofonista / clarinetista acompañado por músicos de auténtico lujo, que en el calor del directo, desarrollan su particular lenguaje (ver títulos de las grabaciones).

Del año 1976 es el concierto de Dortmund, celebrado en la primera edición del festival de Jazz de esta ciudad alemana. Sin piano y en cuarteto, Braxton se encuentra con viejos conocidos. La "rítmica", formada por Barry Altschul y Dave Holland, había compartido aventuras sonoras con el soplador en el grupo Circle (junto al pianista Chick Corea) a principios de los años 70. Los acompaña aquí el joven trombonista George Lewis (25 años), que recién integrado en la formación en sustitución de Kenny Wheeler, está en todo momento al alto nivel requerido para trabajar tanto con el universo personal de Braxton, como con los músicos que le acompañan.

Si algo resalta en este disco es la interacción entre Braxton (saxos y clarinetes) y Lewis (trombón). No hay que dejar de señalar, de cualquier modo, el trabajo de Holland al contrabajo ni a Barry Altschul a la batería.

En el año 2001 veía la luz una grabación inédita de un concierto del año 1977 en la ciudad suiza de Basilea. Apenas seis meses después de la grabación de Dortmund, sólo coinciden en ambas formaciones además de Braxton, el trombonista George Lewis. El cuarteto se ha transformado en quinteto y al contrabajo de Mark Helias y a la batería de Charles "Bobo" Shaw se une el pianista de la AACM de Chicago Muhal Richard Abrams.

La música vuelve a ser un auténtico lujo en manos de estos cinco músicos. George Lewis y Anthony Braxton siguen compenetrándose fantásticamente. Muhal Richard Abrams demuestra una gran imaginación a la hora de construir la música. Mark Helias y Charles Shaw son la base perfecta para mantener el interés y la tensión de la música.

Tras la escucha de estos dos directos surgen una serie de cuestiones relacionadas con Anthony Braxton. Habitualmente se le acusa de frio y cerebral. Me permito sugerir la escucha de las dos versiones de "Composition 40B", en el cierre de ambas grabaciones. Dedicada a Lou Donaldson y con su aroma a hard-bop, esta es una música caliente y sensual. Otro pequeño apunte. Al término de la escucha, a quien esto escribe le queda la sensación de haber recorrido toda la historia del jazz. De estar ante una música que sin dejar de mirar hacia delante y buscar expandir sus límites, es a la vez respetuosa y revolucionaria con su propio pasado.

José Francisco Tapiz


WHITE WIDOW / AVAILABLE JELLY – Happy Camp / MICHAEL MOORE – Jewels and Binoculars: the music of Bob Dylan

  

WHITE WIDOW

Músicos: Michael Moore (saxo alto, clarinete, clarinete bajo), Alex Maguire (piano), Mark Helias (contrabajo), Han Bennink (batería)

Composiciones: Moffat 4:20; Manuel’s Party 7:08; Coyote 4:16; White Widow 6:59; Aspatria 3:56; Codiphile 6:41; I Loves You Porgy 7:07; Leave Me Alone 5:28; Peabody 8:54; Parma Suite –ham, cheese, Parma violets 12:13

Ramboy 16
Grabado en Londres el 30 de enero de 2001.

AVAILABLE JELLY – Happy Camp

Músicos: Michael Moore (saxo alto, clarinete, clarinete bajo), Tobias Delius (saxo tenor), Eric Boeren (corneta, melódica), Wolter Wierbos (trombón), Ernst Glerum (contrabajo), Michael Vatcher (batería, percusión)

Composiciones: Nilentika – Tazana Kely 5:55; The Feeling Of Jazz 5:35; Boppard 5:18; Uninhabited Island 4:05; Elmo 4:39; Putto 4:08; Big Piece 16:48; Cowboy Henk 6:01; The Village Of The Virgins 5:08; Happy Camp 4:45

Ramboy 10
Grabado en directo el 22 de junio de 1996 en Bim-huis, Ámsterdam.

MICHAEL MOORE – Jewels and Binoculars: the music of Bob Dylan

Músicos: Michael Moore (saxo alto, clarinete, clarinete bajo, melódica, campanas), Lindsay Horner (contrabajo), Michael Vatcher (batería, percusión)

Composiciones: I Pity the Poor Immigrant 5:47; Fourth Time Around 4:15; Visions of Johanna 5:03; Dark Eyes 5:44; Two Soldiers 8:12; Higway 61 Revisited 4:39; With God On Our Side 4:00; Dear Landlord 6:52; Sign On The Window 3:35; Percy’s Song 4:05; Boots of Spanish Leather 2:41

Ramboy 15
Grabado en directo el 3 de diciembre de 2000 en el Grand Theater de Groningen (Países Bajos) y el 29 y 30 de noviembre de 2000 en Bruselas.
http://www.ramboyrecordings.com/

Comentario: Empecemos como en el “Un, dos, tres”*: Michael Moore es clarinetista y saxofonista de jazz nacido en Estados Unidos pero residente desde hace años en Ámsterdam, tierra de fumadores de tulipanes. Siguiendo el lema “si no puedes con ellos hazlo tú mismo” ha creado su propio sello discográfico, Ramboy, con el que documenta sus propios proyectos así como los de músicos afines. Y hay que decir antes que nada que los discos editados por Ramboy destacan por su exquisita presentación y calidad de sonido, a lo que se une el alto interés musical.

White Widow” es un disco ecléctico y variado –pero equilibrado- a cargo de músicos que gustan del free pero también de un jazz más swingueante (en el sentido tradicional), menos vehemente (en el sentido político) y más melódico (en el sentido canónico). Así, se alternan improvisaciones colectivas y temas más angulosos con composiciones muy líricas y un standard, el “I Loves You Porgy” de Gershwin que recibe una lectura llena de reverencia.

A la batería, Han Bennink muestra su característico toque chispeante, lleno de humor aunque, en esta ocasión, más comedido de lo habitual, plenamente integrado en la música del cuarteto. ¿Y quién ha dicho que Bennink no swinguea? Lo hace a su manera –como debe ser-, y su manera resulta muy eficaz. Mark Helias, uno de los bajistas más interesantes de al actualidad, demuestra clase y sabiduría, mientras que Maguire es uno de esos pianistas con un conocimiento enciclopédico del jazz, que cubren un enorme territorio estilístico. Pero su fuerza radica en que con esos ingredientes realiza una música intemporal. Por su parte, Moore es un músico de un gran lirismo, enamorado de la melodía, incluso en los contextos más rigurosos, y extrae siempre un sonido muy hermoso de cualquiera de sus instrumentos.

White Widow “ es, por tanto, un disco que refleja plenamente el carácter musical de sus integrantes: lírico, con toques de humor, entretenido a la vez que arriesgado, riguroso e inteligente. Un cóctel muy sabroso.

Y seguimos con los cócteles: Available Jelly es un grupo que también se caracteriza por el eclecticismo y su sabia mezcla de vanguardia y tradición. Desde que en 1984 publicase su primer disco, reúne en torno a Moore a varios de los mejores improvisadores de la escena holandesa y de alrededores. Este es su cuarto y, por ahora, último disco, y está grabado en directo, tal vez el mejor contexto para este grupo y la música que ofrece.

Porque la música incluida en “Happy Camp” desprende una contagiosa alegría de vivir. El disco se abre con un tema tradicional de Madagascar (en realidad dos en una misma canción), tan hermoso en su jovialidad, que este cronista tuvo que escucharlo tres veces seguidas. A continuación, “The Feeling Of Jazz” es la primera de las dos composiciones de Duke Ellington incluidas (la otra es “The Village Of The Virgins”, bonito título). En ambas versiones el grupo consigue hacer que éstas suenen frescas sin tener que recurrir a grandes “reestructuraciones” formales. El resto de temas llevan la firma de Moore, salvo uno del trompetista Boeren, y en ellos, el free, el bop, el swing y una original utilización del contrapunto se combinan de la forma más natural. Tal vez el único eslabón débil sea “Big Piece”, la pieza más abstracta del disco, que con sus casi 17 minutos de duración se hace demasiado larga. Y no es que carezca de interés, ni mucho menos, pero sí rompe un tanto la unidad del disco.

Los músicos que participan en “Happy Camp” no necesitan (o no deberían necesitar) presentación: tan sólo decir que figuran entre los más destacados improvisadores europeos y así lo demuestran en esta obra. Y quien haya disfrutado con estos dos cócteles y todavía siga en pie tal vez se anime con el combinado más exquisito de los tres.

En “Jewels and BinocularsMichael Moore, junto con Lindsey Horner al bajo y Michael Vatcher a la batería, interpretan once composiciones de Bob Dylan y el resultado es un verdadero éxito. El trío logra el “tour de force” de dar nueva vida a los temas dylanianos a fuerza de lirismo e introspección, sin necesidad de ponerlos patas arriba armónicamente. Es una propuesta totalmente intimista y lírica, pero donde la melodía es reinventada sin dejar de tener presente el original.

A finales de octubre Moore, Horner y Vatcher realizaron una presentación en concierto en Madrid (ver reseña en http://www.tomajazz.com/clubdejazz/conciertos/emocionajazz_moore.htm) en el que interpretaron varios temas no incluidos en el disco, lo que demuestra que este es un proyecto que da mucho de sí y no es flor de un día.

No vamos a repetir lo ya dicho en la reseña del concierto, sobre todo porque la reiteración de epítetos elogiosos puede llegar a sonar hueca. Tan sólo señalar que “Jewels and Binoculars” es un disco delicioso, cuidado hasta en sus más mínimos detalles. No sólo los músicos demuestran su cariño por la música de Dylan, sino que la presentación gráfica del disco es muy hermosa, el orden de las canciones logra un equilibrio emocional perfecto y la calidad de sonido es ideal (se alternan temas grabados en estudio y en directo sin que se advierta ninguna diferencia).

* Célebre y nefasto concurso de televisión.

Diego Sánchez Cascado


David S. Ware String Ensemble, “Threads”

Comentario: Hace ya dos meses que cargo con este último fardo de David S. Ware. Y digo fardo por que es un disco que me incomoda por lo negativo, partiendo del principio de que es bueno ser incomodado positivamente. Para mí, ha sido la mayor decepción discográfica de los últimos tiempos, felizmente tan llenos de otros discos interesantes, algunos de ellos realmente arrebatadores

Varios aspectos me han disgustado de “Threads”. Para empezar el título, que remite a desafíos que realmente no existen. Por el contrario, es un disco muy conformista, cabizbajo y rutinario. Si se mira la obra de S. Ware, que tengo el gusto de conocer bien, la comparación es dolorosa. “Threads” es un disco desequilibrado, que vive más del collage de temas desligados entre sí que de una continuidad coherente en su estética y en su discurso.

La publicidad lo presenta como un disco de composiciones de S. Ware. Y lo que uno encuentra, en términos de composición (que casi siempre ha brillado a gran nivel en la discografía del saxofonista, ¿dónde está la gran novedad?) es, por lo general, ordinario, demasiado para aquello a lo que nos acostumbró a partir de los años 70.
Por otro lado, la aventura de escribir para cuerdas (algunas de ellas falsas, porque son las “cuerdas” electrónicas de Matthew Shipp, que entran en coro para así intentar salvar la situación, pero esta es una cuestión menor), tampoco pasa de una tentativa, de un ensayo que mejor hubiese sido que se quedase en el tintero, porque se revela sin interés y repetitivo en el mal sentido.

¿Qué decir del hecho de que a pesar de ser un disco de S. Ware él mismo se muestre ausente la mayor parte del tiempo, como si contemplase la bella obra que ha realizado? Si se dijese que es un disco de Shipp & Maneri con David S. Ware como “invitado especial”, pase, aunque sea dispensable; pero no se habla de esto. De aquellos dos también se han escuchado obras mucho mejores este año y en los años más recientes, por ejemplo los discos grabados para Thirsty Ear, sin ir más lejos.

Volviendo a las composiciones, me pregunto que tendría en la cabeza el autor de ”Flight of I” para crear un tema como el cuarto (no recuerdo su título), un bostezo que dura unos exagerados 13 minutos (¡de eso sí me acuerdo!) y que sobre todo repite una melodía vaporosa, salida de la estética del respetable Michael Nyman, pero que ciertamente sonaría mejor si hubiese sido compuesta e interpretada por el propio Nyman.

Además de esta composición, la mayor parte de lo presentado no está al nivel de S. Ware, salvo quizás el primer tema, estratégicamente colocado al inicio del disco. O tal vez no. Percibo la intencionalidad de intentar hacer algo diferente y encaminarlo por la vía de la composición, aunque vistos los resultados, más valdría continuar como anteriormente, o volver a revisar composiciones ajenas, como sucedió con su anterior “Freedom Suite”, tomada prestada a Sonny Rollins.

¿Y el sonido? Bien, sobre este aspecto diré que Thirsty Ear no supo o no quiso captar la energía única, la textura, la dinámica y la potencia del magnífico sonido del tenor. Nos ofrece algo homogeneizado y comprimido al nivel de las frecuencias medias, con lo que han amputado todos los sublimes matices que se encontraban en el sonido en directo o en las grabaciones para la japonesa DIW y Silkheart. Incluso Sony/Columbia (“Go See The World”) dejó “filtrar” aquello que Thirsty Ear ha cortado.

Tiene aquí un sonido indiferente, que más se parece a David S. Ware para un oído atento que lo que verdaderamente es. Me dicen que el señor está convaleciente y que, debido a ello, perdió el “power”, lo que me parece una falacia, puesto que hace unos días escuché una muy reciente grabación de un concierto en directo en la que su sonido se mostraba en una enorme erección.

Se trata pues, de un disparo al agua o un traspiés, sin consecuencias y completamente irrelevante para la discografía del artista y para la música improvisada en general. Lo peor de todo es que con este disco, la carrera de David S. Ware se mete en un gran agujero, del cual no veo cómo va a salir. El cuarteto está agotado, es ley de vida. Y su Ensemble ha nacido muerto. Tal vez por eso se haya apostado por un formato con mayor potencial comercial (es un hecho que las cuerdas en el jazz siempre venden bien) al que no son ajenos los elementos señalados, que para unos serán virtudes, pero para mí son defectos. Por eso no me uno al coro que ensalza esta obra, completamente fría y sin cualquier atisbo de pasión.

Con discos como este “Threads” no es seguro que S. Ware logre despegar. Si estuviera entre sus próximos objetivos proceder a una renovación estética, sería forzoso dar marcha atrás y tomar otra dirección. ¿Cuál? El sabrá, si quiere.

Eduardo Jorge Chagas


THE ABSTRACTIONS - Ars Vivende

Comentario: ¿Qué es “out jazz”? Es esto, por ejemplo. The Abstractions –un furioso asalto colectivo bajo la forma de energía en bruto. Música bravía e indomable, construida a partir del cruce de géneros y subgéneros, del jazz y la libre improvisación electroacústica al post-rock pasando por el “spoken word” y el noise, que ataca con uñas y dientes al oyente y 76 minutos después lo deja en las más literal penuria física (¡que no emocional!). Gran culpa es los dos intrépidos guerrilleros de la costa oeste de Estados Unidos, Rent Romus y Ernesto Díaz-Infante, que no se dan descanso en la saludable actividad de animar la cosa. Lo que hace falta.

Por encima de todo The Abstractions tocan música experimental, que tiene entre otras posibles finalidades desasosegar al oyente más preparado para la inquietud física y espiritual y, al mismo tiempo, marcar terreno en la escena estéticamente más avanzada de la actualidad. Esta es, en síntesis, la muy seria propuesta de Ernesto Díaz-Infante, Dina Emerson, Phillip Everett, Sandor Finta, Lance Grabmiller, Bob Marsh, Jesse Quattro, Alwyn Quebido, Rent Romus y Stephen Ruiz.

No se puede negar que han hecho un bonito servicio en este segundo episodio. En “Ars Vivende” (ed. Edgetone Records/Pax Recordings, http://www.edgetonerecords.com, http://www.paxrecordings.com) realmente no se construye piedra sobre piedra el edificio que ha llegado a ser comparado con una enorme tela al estilo de las que pintaba Jackson Pollock, sólo que en este caso, en vez de pinceles, los artistas usan instrumentos musicales y todo un arsenal de la más variada electrónica del pasado y del futuro. Todo vale, incluso tirarse un cubo de pintura y zambullir la cabeza sobre la superficie cromática. ¡Una bofetada!

Hablar de rabia, ira, energía primitiva caos y tinieblas, de todo un pathos individual y social, ciertamente no es un despropósito total, no señor Aquí la cuestión sugiere tener el mayor cuidado y ay de aquel que se deje atrapar por el torbellino sin estar bien agarrado a cualquier amarra virtual. La cosa se pondría mal. Porque esta es realmente música de la mejor, en el sentido de que provoca los más osados e inquietantes desafíos.

Aparte de esto, estoy seguro de que una parte importante de la corriente musical más estimulante y radical de este inicio de siglo pasa justamente por aquí, es decir, por las manos de estos feroces creadores de California que, al final, parece que no sólo tiene playas y beldades curvilíneas.

Después de lo que se ha dicho no creo que sea necesario, pero por si acaso, aquí queda una advertencia: quien busque facilidades melódicas y una satisfacción auditiva dócil, mejor que se dé media vuelta y que vaya a llamar a otra puerta, porque además de la sangre, sudor y lágrimas que le esperan, aquí tiene una respuesta que es en sí misma una enorme pregunta: ¿qué va a ser de la música creativa de aquí en adelante?
Eduardo Chagas


Mihály Dresch quartet / Archie Shepp - Hungarian be bop

Músicos: Archie shepp (saxos tenor y soprano, piano), Mihály Dresch (saxos tenor y soprano, flauta), Ferenc Kovács (violín), Mátyas Szandal (contrabajo), István Baló (batería), Kálmán Balogh (cimbalon)

Composiciones: 1. Lily of the valley 7´59; 2. Búzal song (based on a traditional folk tune) 11´46; 3. I was beaten because... 10´02; 4. Steam 6´29; 5. Sorrow, sorrow 8´51; 6. Hungarian be bop 9´56
Duración total:55´03
Todos los temas compuestos por Mihály Dresch, excepto "Steam" por Archie Shepp.
Grabado en 2002 en Budapest.
BMC (Budapest Music Centre records)

Comentario: Me encontraba yo en uno de esos días en que el bolsillo te permite lujos musicales. Rebuscando, de pronto, me di de morros con un cd que tenia una portada exquisita, su precio era alto, y los componentes no me sonaban, pero era tan sutil su presentación... y el titulo rezaba “Hungarian be bop”...¡¡hungarian!! Con lo que a mi me gusta la música de Europa del Este. El caso es que al final no lo compre, pero quedó pendiente.

Meses después ya no se encontraba en el mismo lugar y le perdí la pista, pero ya conocía el trabajo de uno de sus músicos, Archie Shepp, y buscando en su sección volví a darme de bruces con ese cd. Esta vez no lo dude y me lo lleve a casa.

Puedo decir que di en clavo, desde el primer tema “Lyli of the valley” se nota la calidad y la originalidad musical puesta en este trabajo, donde, sin ningún pudor, se mezclan el jazz de mejor gusto y virtuosidad, con los tonos melancólicos y dramáticos de la música del Este y, como invitado especial, el personal Archie Shepp.

El título puede equivocar, ya que de be bop poquito. Es un disco profundo, tranquilo, relajante y melódicamente muy bello. El cuarteto liderado por el saxofonista Mihály Dresch demuestra una homogeneidad y un conocimiento vastos del entorno en que se mueven. Un cuarteto de gran calidad musical donde seria difícil destacar algún músico en especial desde planos objetivos. Pero desde mi subjetivo punto de vista, me gustaría destacar la figura del baterista, István Baló, que es un lujo para los oídos. Es uno de esos músicos que tiene la cualidad de saber lo que hace, cómo lo hace, y cuando lo hace, con un detallismo y un concepto rítmico insultantes (difícilmente encontrable en otros).

Y bueno, qué se puede decir de Archie, los contrastes de su voz saltarina, juguetona, psicodélica, free se mezclan con el melodismo y virtuosidad dulce y sobria de Mihály con una facilidad y un placer pasmosos.

Canciones melancólicas, folclore, tonos de cuentos de hadas (con Shepp a piano), y como temas más movidos el vals-be bop como primer corte, y la única canción bop del disco, la última, que le da título donde los cinco dan rienda suelta al jazz más rápido y musical, al autentico be bop húngaro.

Si no te gusta el jazz, el virtuosismo, la música de Europa del este y Archie Shepp ¡huye!. Si por el contrario no es así, es un trabajo indiscutible y de escucha obligada.

Toda una delicia empaquetada de lujo.


thÖmasavant


Kyle Bruckmann/John Shiurba/Ernesto Díaz-Infante/Karen Stackpole – Grand Mal (bar 1234) / Kyle Bruckmann/Scott Rosenberg/Michael Zerang – Six Synaptics (bar 333)

 

Comentario: Barely Auditable Records (http://www.barelyauditable.com), pequeñísimo sello norteamericano dirigido por Scott Rosenberg, uno de los responsables de la loable edición del conjunto de cuatro compactos que contienen seis composiciones de la Ghost Trance Music (GTM) de Anthony Braxton –audaz empresa que vio la luz gracias a la colaboración de su colega Rastascan (http://www.area.com/yol/rastascan/) - ha editado recientemente dos grabaciones. Tienen en común, además de las esperadas afinidades estéticas, la participación del soplador experimental y manipulador electrónico de Chicago Kyle Bruckmann y, cada una a su manera, destaca por la excelencia del material editado. No es casualidad que mostremos nuestra admiración, cuando la proveniencia y la manufactura exhiben tal certificación de calidad. Vamos con la prueba de la escucha:

Kyle Bruckmann/John Shiurba/Ernesto Díaz-Infante/Karen Stackpole – Grand Mal

“Grand Mal”, publicado en colaboración con el sello de Ernesto Díaz-Infante (Pax Recordings http://www.paxrecordings.com/), es el resultado de una sesión de música totalmente improvisada que tuvo lugar el día de año nuevo de 2001 en Oakland, California. Kyle Bruckmann (oboe, corno inglés, suona) había tocado anteriormente con los guitarristas John Shiurba y Díaz-Infante, aunque posteriormente no desarrollasen juntos ningún proyecto musical. Reunido el trío y establecidas las coordenadas, les pareció adecuado para la creación del ambiente buscado convocar a la percusionista Karen Stackpole, instrumentista afiliada al género lyttonesco en la forma de abordar las percusiones alejada, por tanto, de lo que pueda parecerse a un tratamiento convencional.

Todo menos convencional es esta música misteriosa que el cuarteto explora intensamente a lo largo de diez movimientos, recorriendo un amplio abanico de territorios ya visitados con anterioridad, pero susceptibles de revelar inesperados e interesantes (re)descubrimientos, narrados con un discurso colectivo e improvisado de evolución lenta. El propósito del grupo apunta claramente en el sentido de la investigación pormenorizada y microscópica de las inusuales texturas creadas por las dos guitarras, eléctrica y acústica –difícilmente identificables como tales-, los soplos microtonales al límite de lo audible y las percusiones espectrales. La música es casi estática y, por otra parte, evoluciona milimétricamente de forma casi imperceptible, igual que la vida en el interior de un hormiguero, creando un murmullo orgánico complejo, delicado y plenamente satisfactorio.

Kyle Bruckmann/Scott Rosenberg/Michael Zerang – Six Synaptics

Si “Grand Mal” fue fruto de la buena colaboración entre las discográficas Barely Auditable y Pax Recordings, en este caso el esfuerzo fue compartido entre la primera y la novel Ertia Creations (http://www.ertiacreations.com/), en un intento exitoso de poner en común, no sólo su quehacer habitual, sino esencialmente afinidades y complicidades en la creación musical espontánea. “Six Synaptics” documenta el encuentro entre dos de los mayores improvisadores de la escena actual de Chicago. El multisoplador de la escuela de Anthony Braxton Scott Rosenberg y ese completo percusionista y compositor que es Michael Zerang, uno de los más solicitados instrumentistas de la escena creativa internacional. El tercero es Kyle Bruckmann, un pilar de la comunidad de la nueva música en la ciudad de los vientos, aquí en plena exploración de las abstracciones sonoras realizadas con instrumentos de viento, a partir de su manipulación electrónica en tiempo real.

Zerang, veterano de innumerables colaboraciones con Peter Brötzmann, Mats Gustafsson, John Butcher y Ken Vandermark, aplica todo su saber percusivo al servicio de la construcción de estas seis impresionantes sinapsis recorridas por el fervor creativo de las tres figuras. Scott Rosenberg, saxofonista y clarinetista de creciente importancia en la escena norteamericana actual, da muestras de su inmensa capacidad para producir colores y movimientos irregulares. Se articula con la multipercusión de Zerang y con la maraña de ruidos electrónicos que brotan de la maquinaria procesadora de Bruckmann. Juntos escuchan, organizan y funden elementos orgánicos y sintéticos con una minucia y pormenorización tales que exigen al oyente concentración y recogimiento absolutos. “Six Synaptics” contiene música para escuchar con el oído literalmente pegado al sonido.

Eduardo Chagas


SUSIE IBARRA & MARK DRESSER - tone time / FREE FALL - furnace / GUY KLUCEVSEK & PHILLIP JOHNSTON - Tales From The Cryptic

   

Susie Ibarra & Mark Dresser - tone time
Músicos: Susie Ibarra (batería), Mark Dresser (contrabajo)
Composiciones: protone, jump, metatone, simmer, the subterrain, the weaver, untold, tone time, surrealm, slipinstyle, sphere a, sphere b, sphere c, sphere d, epitone.

Free Fall: Ken Vandermark - Ingebrigt Håker Flaten - Håvard Wiik - furnace

Músicos: Ken Vandermark (clarinete y clarinete bajo), Ingebrigt Håker Flaten (contrabajo), Håvard Wiik (piano)
Composiciones: Inside Out (for Paul Bley), The Spell Of Introspection, Hopscotch (for Merce Cunningham), Furnace (for Frank O'Hara), Into The Air (for Eric Dolphy), Half Past Soon (for Bill Evans), Momento, Halfway, Emergency

Guy Klucevsek & Phillip Johnston - Tales From The Cryptic
Músicos: Phillip Johnston (saxos), Guy Klucevsek (acordeón)
Canciones: Spin Cycle, Tulips Are Better Than One, Am-Scray, The Gift, Trial By Error, Petite Ouverture A Danser, A Pear For Satie, Slippin' On A Star, No More Mr. Nice Guy, Der Leiermann, Diggin' Bones, A Goyish Kind Of Blue, The Road To Woy Woy, The Needless Kiss, Blue Window

Comentario: El sello norteamericano Wobbly Rail (http://www.wobblyrail.com/) presenta dos nuevas grabaciones en la recta final de 2003.

La primera de ellas es tone time, grabación a dúo de la batería y percusionista Susie Ibarra (William Parker, David S. Ware, Assif Tsahar) con el contrabajista Mark Dresser (Anthony Braxton, Tim Berne, Dave Douglas). Ambos dos firman conjuntamente la composición de las quince piezas que integran esta grabación. Estas varían entre los ritmos claramente swingueantes de Jump, Tone Time o The Weaver y la abstracción de Metatone, Surrealm o las cuatro partes de Sphere.

Variado en su escucha, diverso en su contenido, es un interesante trabajo.

Free Fall es uno de los muchos proyectos que Ken Vandermark mantiene en activo. Acompañado por el contrabajo de Ingebrigt Håker Flaten (Mats Gustafsson, Bugge Wesseltoft, Atomic) y el piano de Håvard Wiik (Atomic), el soplador de Chicago se reconvierte aquí en clarinetista. Inspirado por el espíritu del mítico disco Free Fall (Columbia, 1962) de Jimmy Giuffre, este proyecto no se queda en una mera imitación de la música que creó ese trio (Jimmy Giuffre -cl-, Paul Bley -p-, Steve Swallow -cb).

Evolucionando sobre las composiciones del trío (cinco para Vandermark, tres para Wiik y una para Flaten), Furnace destila relajación, por encima de la excitación habitual en el free y la libre improvisación.
Placidez, belleza y tranquilidad son el factor común presente a lo largo de en esta grabación.

El acordeón no es un instrumento habitual en el jazz. Guy Klucevsek (Dave Douglas, John Zorn) es uno de los pocos instrumentistas que trabaja en entornos relacionados con la música improvisada.

Tales From The Cryptic (2003) es su tercera grabación en Winter & Winter tras Accordance (2001) y The Heart Of Andes (2002). En esta ocasión está acompañado por Phillip Johnston a los saxos alto y soprano.

El dúo ofrece un bonito y agradable disco para una escucha superficial. Sin embargo en su disfrute con la necesaria atención, se muestra lleno de detalles improvisadores que le otorgan una atractiva dimensión adicional. Salvo tres revisiones de temas provenientes de la música clásica (por Erik Satie, Franz Schubert y Johann Strauss hijo con el archiconocido Danubio Azul) el resto son composiciones propias que los músicos se reparten cuantitativamente a partes iguales.

Es de resaltar que aunque las composiciones de Guy Klucevsek fueron realizadas por encargo de la compañía de Jérome Thomas para el Circo Lili, estos dos artistas logran que en su ejecución pierdan ese carácter que se les podría suponer.

Un exquisito trabajo que gana escucha a escucha.

José Francisco Tapiz


MODERN JAZZ QUARTET - The Complete Modern Jazz Quartet Prestige & Pablo Recordings

Prestige Records. EPRCD-4438-2. http://www.fantasyjazz.com/

Creado en 1951, the Modern Jazz Quartet es una de las formaciones más longevas en la historia del jazz. Con apenas un par de cambios en su formación, sus cuatro componentes (Milt Jackson -vibráfono-, John Lewis -piano-, Percy Heath -contrabajo-, Connie Kay -batería) lo mantuvieron activo (salvo el periodo que fue de 1974 a 1981) hasta el fallecimiento del vibrafonista Milt Jackson en 1999.

Continuando con la puesta en circulación de su legado histórico, el sello Prestige ha editado el compacto cuádruple "The Complete Modern Jazz Quartet Prestige & Pablo Recordings". Cinco horas de música que recorren cronológicamente ocho grabaciones diferentes.

Del citado primer periodo hay 22 temas, que pertenecientes a cuatro grabaciones, muestran al grupo entre 1952 y 1955. Cronológicamente se inicia con "Modern Jazz Quartet / Milt Jackson Quintet". Entre los cuatro temas de esa grabacion (faltan los correspondientes al Milt Jackson Quintet) aparecen ya dos de sus hitos ("Vendome" y "La Ronde" ), así como un muy buen arreglo del clásico "All the things you are". En parte también (cuatro piezas) está el disco "Sonny Rollins with the Modern Jazz Quartet", editado a nombre del saxofonista. Resulta muy interesante el encuentro de sus estilos aparentemente contrapuestos. Dos obras más (ya a nombre del grupo) completan esta primera parte: "Django" y "Concorde".

En esta hora y media el grupo muestra parte de sus características: la elegancia en los arreglos y la ejecución, utilización de formas de la música clásica europea (contrapunto), un importante sentido del swing, así como un gusto exquisito en la búsqueda de las melodías. Estos elementos, unidos a la convulsión que jazzísticamente hablando tuvo lugar en este periodo inicial, fueron los que le hicieron al grupo ganarse el apelativo de "cool".

Las grabaciones pertenecientes al segundo periodo del grupo abarcan desde 1981 hasta 1985. Como curiosidad señalar que el primero de los temas es la reinterpretación del clásico "Softly As In A Morning Sunrise", que cerraba la primera parte. Resultan sorprendentes dos aspectos. El primero de ellos son los arreglos casi similares, que separados por 26 años, el grupo ejecuta en el inicio del tema. El segundo y más importante es el vigor que a pesar de su ya para entonces larga trayectoria, eran capaces de insuflar a todo su repertorio.

Si en el primer periodo predominaban las lecturas personales de clásicos del jazz, aquí abundan las composiciones propias. Cuatro discos, dos de ellos en directo ("Reunion at Budokan 1981" "Together Again / Live At The Montreaux Jazz Festival'82") y otros dos en estudio ("Echoes", "Topsy. This One's For Basie") están recogidos en tres de los compactos. Musicalmente el grupo continúa trabajando en base a las características citadas, además de mostrar un gran gusto por los blues.

A pesar de la calidad de las composiciones y de su interpretación, se podría objetar la aparente falta de evolución musical por parte del grupo, a pesar del tiempo transcurrido. Un aspecto chocante en cierto modo, ya que en 1959 y gracias al apoyo del pianista John Lewis (líder del grupo), Ornette Coleman (uno de los padres del free-jazz) recibió un empujón enorme (en forma de dos becas) para poder desarrollar su carrera.

Para terminar no se deben dejar de señalar ni la magnífica presentación ni el valioso libreto (en inglés), que contiene sendos ensayos escritos por los expertos Chris Seridan (Jazz Review) y Eugene Holley (Vibe, Down Beat).

José Francisco Tapiz


Bugge Wesseltoft - New Conceptions Of Jazz Live / Varios - Verve Remixed Vol. 2

  

azz goes to Rave... Así se podrían titular los intentos discográficos de Bugge Wesseltoft y del sello Verve con este par de ediciones, que logran dos resultados dispares.

El teclista (al fender) y pianista Bugge Wesseltoft presenta en su sello Jazzland su grabación "New Conception of Jazz - Live". Concepción diferente, cierto, pero no demasiado jazzística. Sin embargo y a pesar de ello no se trata de un disco carente de atractivo.

Acompañado por distintas formaciones, grabado en directo en diversos lugares y fechas, y publicado sin overdubs o correcciones es un buen muestrario de la música del nórdico. Su escucha resulta variada e interesante para el oyente que se involucre en un recorrido a lo largo de diferentes ambientes sonoros. Ambientes sonoros amables y festivos que no muestran desde luego ni la crudeza ni la agresividad de otras propuestas similares.

Aunque esta grabación no está tan orientada al jazz como al mercado del pop, posiblemente sus oyentes potenciales se encuentren con la barrera de una duración (para ellos y por tanto relativamente) excesiva de las piezas. Allí están los 20 minutos de "Live At Bla" (en dónde el teclista cuenta con la colaboración estelar del guitarrista John Scofield) y otras cinco piezas más que alargan su duración por encima de los diez minutos.

De cualquier manera y por si quedase algún tipo de duda al oyente acerca de la calidad del titular de la grabación como pianista de jazz, tras la sesión de música dance aparecen a modo de añadido y cerrando la sesión los temas "Feel Good" y "Existence". El Fender es sustituido por un Steinway Grandpiano y sus varios acompañantes son reducidos al formato más estándar entre los trios de jazz. Piano, batería y contrabajo (con un sorprendente Ingerbrit Haken Flaten que es habitual en terrenos libre-improvisados) mostrando las diferentes caras de un músico de jazz.

Bastante menos interesante es Verve Remixed Vol.2. En formato de compacto doble el oyente se encontrará con los temas originales (Verve Unmixed 2) y sus remezclas (Verve Remixed 2). La escucha secuencial y alternada de cada una de las remezclas con los temas originales no deja lugar a dudas sobre el casi nulo aporte creativo que los diferentes remezcladores aportan a este intento de aventura discográfica.

Da la impresión de que el repertorio original resulta demasiado grande para las intenciones de los diferentes invitados. Estos se limitan en las remezclas a acentuar diversos aspectos rítmicos muy puntuales, reduciendo en la mayor parte de los casos, la posible riqueza de los temas originales a una repetición machacona de unos elementos puntuales.

El contenido sonoro de Verve Unmixed 2 es un buen muestrario de jazz amable proviniente del catálogo actual de Universal, en su mayoría del legado de Verve. Como no podría ser de otra manera y debido a su orientación hacia el gran público, abunda la faceta vocal. Nina Simone, Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, Betty Carter, Astrud Gilberto o Hugh Masekela se unen casi testimonialmente instrumentistas como Dizzy Gillespie (con un fogoso Manteca en directo) o Archie Shepp (mostrando sus reivindicaciones sociales de principios de los 70).

En cuanto a las remezclas el momento más interesante se da en la revisión por parte de Mondo Grosso de "Blues For Brother George Jackson" de Archie Shepp y apenas nada más.

Supuestamente encaminado a ser un gran éxito de ventas, vista su difusión por todo tipo de superficies comerciales, a quien esto escribe su escucha le plantea la duda de si realmente logrará el propósito de atraer a un supuesto público joven y no iniciado al universo musical del jazz.

diyeipetea


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