JazzFermín 2016 I: Hutsun Txalaparta – Jaso-Escrich Trío – King Solomon Hicks (9 julio de 2016. Pamplona, Navarra) [Concierto] 1

JazzFermín 2016 I: Hutsun Txalaparta – Jaso-Escrich Trío – King Solomon Hicks (9 julio de 2016. Pamplona, Navarra) [Concierto]

JazzFermín 2016

Lugar: Plaza Compañía, Pamplona (Navarra)

  • Fecha: 9 de julio de 2016. 21:00
    • Grupo:
      Hutsun Txalaparta – Jaso-Escrich Trío
      Anai Gambra, Mikel Urrutia: txalapartas de madera y piedra
      Javier López Jaso: acordeón
      Marcelo Escrich: contrabajo
      Daniel Lizarraga: batería
  • Fecha: 9 de julio de 2016. 23:59
    • Grupo:
      Blues King Solomon Hicks
      King Solomon Hicks: voz y guitarra
      Russell Carter: batería
      Judson Nielsen: órgano Hammond B3
      Kirk Yano: bajo

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Tras dos años en pleno Paseo de Sarasate, en 2016 JazzFermín ha cambiado de localización volviendo a un escenario por el que ya pasó hace años, la Plaza Compañía. Un espacio que aunque inmerso en medio de ese escenario de las fiestas de San Fermín como lo es el casco viejo de Pamplona, presenta un cierto recogimiento debido a la peculiar topología festiva de la capital de Navarra. Ello hace de este un emplazamiento mucho más apropiado para este ciclo. Ello, unido a una programación que vuelve por donde solía, consigue que en 2016 vuelva a tomar nuevos bríos.

Jazz y txalapartas – txalapartas y jazz

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La primera jornada doble de las cuatro -con conciertos a las 21:00 de grupos de músicos locales en papel de teloneros y a las 00:00 con los cabezas de cartel-, comenzó con un proyecto de creación propia. El encuentro del dúo de txalapartaris Hutsun Txalaparta con el Jaso – Escrich Trío supone poner encima del escenario a músicas pertenecientes a dos tradiciones bien distintas. Por un lado las txalapartas, instrumentos tradicionales del País Vasco que se tocan por dos músicos percutiendo maderas contra maderas; por otro lado el jazz que como es bien sabido es a su vez una música que se nutre tanto de tradiciones extrañas -que termina haciendo suyas-, como de su propia tradición -para lo que no hay nada más que repasar la multitud de estilos de esta música con ya más de un siglo de historia. El resultado permitió poner en valor el potencial de las txalapartas que si bien en su ancestral forma de madera son un instrumento casi únicamente rítmico, en su versión metálica(*) se convierten también en un instrumento melódico. De este modo Anai Gamboa y Mikel Urrutia no sólo se encargaron de marcar el ritmo que complementaba al del baterista Daniel Lizarraga, sino que se permitieron realizar sus correspondientes solos que encajaron magníficamente con la música de Javier López Jaso, Marcelo Escrich y el ya mencionado Daniel Lizarraga.

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El quinteto apenas ha comenzado su andadura, con mes y medio de ensayos previos al concierto. A pesar de tan poco tiempo y de la dificultad de ensamblar propuestas tan distantes inicialmente, en el estreno en Pamplona ya sonó un tema compuesto para este proyecto titulado “Malambo Hutsun”. El resto fueron temas bien conocidos: “So What”, “Caravan”, “Little Sunflower”, el piazzoleño “Libertango” o la pieza de Richard Galliano “New York Tango”. Además de las piezas en quinteto el dúo de txalapartaris interpretó una improvisación en solitario -puro ritmo- con su instrumento de madera, mientras que el Jaso – Escrich Trío interpretó dos temas (“Un paseo con Astor” y “Vals 2016”) ya grabados en el más que recomendable Pagoda (Errabal Jazz), para el que muchos ya esperamos continuación.

Siempre es una buena noticia que los ciclos de jazz apuesten por proyectos de creación propia. Si además, como ocurre en este caso, los músicos de Hutsun Txalaparta – Jaso-Escrich Trío no sólo se quedan en lo superficial, sino que intentan engarzar un proyecto que no mira tanto hacia lo ya conocido, como hacia lo nuevo, hay que felicitarse por que el jazz encuentre en unos instrumentos de raíz ancestral como son las txalapartas, a unos nuevos aliados por los que recorrer nuevos terrenos.

King Solomon Hicks y su fiesta de blues

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El concierto del cabeza del cartel de la primera jornada sirvió para que se estrenase en nuestro país un jovenzuelo que posiblemente dará mucho que hablar en no demasiado tiempo. King Solomon Hicks es, a sus veintiún años un músico que sorprende por su pericia a la guitarra, además de un buen cantante. Magníficamente secundado por Judson Nielsen (fantástico al Hammond B3), Russell Carter (potentísimo a la batería), y Kirk Yano (bajista con una pose más propia de grupos rock), dio un conciertazo de blues que puso en pie y sacó a bailar a las más de 600 personas que abarrotaban la Plaza Compañía. Para ello echó mano de un repertorio de clásicos más que reconocibles. Los planteamientos de este tipo pueden ser -a veces lo son- una buena excusa para cumplir con el expediente, y que el correspondiente concierto sea una muesca más en la chequera que antecede a otras muescas más. Por fortuna King Solomon Hicks dio (a pesar de su juventud) una lección de interpretación a la voz y la guitarra. Temas como “Dust My Broom”, “Boom Boom”, “Key To The Highway”, “Bo Didley”, “Rock Me Baby” o “Johnny B. Goode” se han debido tocar unos cuantos cientos de miles de veces, pero Solomon Hicks y compañía todavía tienen unas cuantas cosas que aportar al legado de Elmore James, John Lee Hooker, Bo Didley, B.B. King o Chuck Berry.  Tal y como reza el título de su última grabación, Carrying on the Torch of Blues, lo suyo es seguir con esa tradición, y tal y como esa gran tradición merece, lo hacen con una propuesta compacta y rocosa, llena de magníficos solos, y con un elenco de músicos de primera que comienza por el guitarrista y que continúa con cada uno de sus tres acompañantes. En definitiva, un festival de blues, boogie y rock’n’roll primigenio.

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El público asistente al concierto no tuvo que ser jaleado en demasía para responder con palmas, bailes, gritos y aplausos ante la música de Blues King Solomon Hicks. El paseo entre el público -fotos incluídas- en pleno solo del guitarrista en “Rock Me Baby” fue la antesala perfecta para un final apoteósico con un potente “Johnny B. Goode” en la que realizó un solo con la guitarra en sus espaldas que terminó de anonadar a un respetable que ya estaba algo más que entusiasmado. El tiempo hablará como juez, pero es posible que en no demasiado este guitarrista pase a un nivel superior en cuanto a reconocimiento popular: ya se verá, pero por si acaso, mejor no olvidar el nombre de King Solomon Hicks.

Texto: © Pachi Tapiz, 2016
Fotografías: © Sera Martín, 2016

Nota: (*) Las txalapartas empleadas por Hutsun Txalaparta eran de madera y de piedras. La confusión de la piedra con el metal es debido a su sonido (por momentos recordaba al de un vibráfono) y a la sorprendente -para quien escribe estas líneas- posibilidad que este material presenta como instrumento melódico. Agradecimientos a Marcelo Escrich por la aclaración post-concierto.

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